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Voto de ddarko_1980:
6
5,6
42.897
Comedia. Drama. Thriller
En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2011
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Álex de la Iglesia firma uno de las propuestas más radicales e inclasificables dentro de la actual cinematografía española, una película que no dejará indiferente a nadie (o no debería), un trabajo en el que mezcla cine histórico, gore y toneladas de humor negro (basta contemplar la escena inicial protagonizada por Santiago Segura, quien vestido de payaso travestido se dedica a degollar enemigos a diestro y siniestro).
La historia se centra en la lucha que mantienen dos payasos, el triste (Carlos Areces) y el alegre (Antonio de la Torre), por el amor de una trapecista (Carolina Bang). Un triángulo amoroso que tiene lugar durante el franquismo, con los payasos de la tele o el atentado que costó la vida a Carrero Blanco como telón de fondo.
El director ofrece una de cal y otra de arena, ya que, aunque su largometraje resulta de lo más curioso, la falta de cohesión entre los distintos actos resulta una lacra demasiado grande. Algo a lo que también habría que añadir el escaso interés de algunos pasajes o un humor que peca de paródico (a veces da la sensación de que estamos ante un sketch de Muchachada Nui o La hora chanante). De entre lo positivo convendría destacar su excelente ambientación (tan barroca como kitsch) y cierto aire a serie B de calidad (la película no hubiese desentonado nada como parte de Grindhouse, el homenaje al cine de acción y casquería que llevaron a cabo Rodriguez y Tarantino). Es por ello que no sorprende que fuese premiada en un festival (el de Venecia) que tenía como presidente del jurado al mismísimo director de Pulp Fiction.
La historia se centra en la lucha que mantienen dos payasos, el triste (Carlos Areces) y el alegre (Antonio de la Torre), por el amor de una trapecista (Carolina Bang). Un triángulo amoroso que tiene lugar durante el franquismo, con los payasos de la tele o el atentado que costó la vida a Carrero Blanco como telón de fondo.
El director ofrece una de cal y otra de arena, ya que, aunque su largometraje resulta de lo más curioso, la falta de cohesión entre los distintos actos resulta una lacra demasiado grande. Algo a lo que también habría que añadir el escaso interés de algunos pasajes o un humor que peca de paródico (a veces da la sensación de que estamos ante un sketch de Muchachada Nui o La hora chanante). De entre lo positivo convendría destacar su excelente ambientación (tan barroca como kitsch) y cierto aire a serie B de calidad (la película no hubiese desentonado nada como parte de Grindhouse, el homenaje al cine de acción y casquería que llevaron a cabo Rodriguez y Tarantino). Es por ello que no sorprende que fuese premiada en un festival (el de Venecia) que tenía como presidente del jurado al mismísimo director de Pulp Fiction.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Uno de los grandes méritos del director reside en su capacidad para plasmar escenas impactantes y muy llamativas a nivel visual, véase la primera aparición del personaje de Bang o su muerte durante la lucha sin cuartel que mantienen sus dos amores al final de la cinta. Pero para el recuerdo quedan otras muchas, entre ellas la protagonizada por Segura al inicio o cada una de las mutilaciones que sufren (alguna autoinfligida) los protagonistas.