Genial película de suspense. Kubrick logra una atmósfera perfecta de tensión con una banda sonora, que como en todas sus películas, encaja a la perfección. No solo es la música, si no que prácticamente todo en la película ayuda a crear esa fantástica atmósfera de suspense y nerviosismo, como por ejemplo, y me parece de lo más reseñable en este sentido, el hipódromo y la voz del radiador de las carreras. No me atrevería a decir que me ha parecido la mejor película de Stanley Kubrick, pero seguro que hay pocas que estén a su altura. Digamos que es casi perfecta.