George A. Romero, director referente del cine de terror y especializado en el subgénero de zombies, dio con este filme el pistoletazo de salida a una carrera muy irregular y a ratos olvidable, pero dejó a millones de seguidores encantados con los nuevos tiempos que se avecinaban.

Es muy difícil evitar cualquier película medianamente buena sobre zombies posterior a este filme para verlo sin conocimiento previo, pues el subgénero ha dado infinidad de títulos herederos de él. Si fuera el caso, si pudiéramos ver la película de Romero antes que ninguna otra, nos encontraríamos con una obra de terror muy distinta y más agresiva que el canon gótico impuesto por los filmes de la Hammer, imperantes en el género por entonces. Ese atrevimiento, esa visión tan claustrofóbica y pesimista de la supervivencia de un grupo de seres humanos sometidos a una gran amenaza, era totalmente novedosa y arriesgada, por mucho que nos parezca convencional hoy en día. Romero sentó las bases de un subgénero de gran éxito que daría títulos de gran calidad en años posteriores.

La idea del terror en Romero es más conceptual que física. Si bien los zombies no dejan de ser peligrosos, ellos se mueven por un instinto puramente animal, desprovisto de emociones o juicios, y son fáciles de matar y de esquivar. Sin embargo, el verdadero terror reside dentro de la casa en la que se parapetan los supervivientes, ya que cada uno tiene opiniones diferentes sobre cómo llevar la crisis y el miedo los induce a no pensar con sentido común, resultando un peligro mucho mayor que las criaturas que están fuera. En este sentido, Romero hace un discurso crítico con el comportamiento del ser humano en situaciones límite, en las que el instinto de supervivencia se impone al del raciocinio y el egoísmo impera frente al heroísmo. Hay pocos héroes en la película de Romero, y el que resulta más valiente no tiene una buena recompensa final.

Esta novedosa concepción tan pesimista no es nueva ya que la Hammer también la utilizaría sobre todo en alguna de sus sagas, pero en “La noche de los muertos vivientes” resulta todo un revulsivo. Las reglas impuestas por Romero serían imitadas por él mismo y por otros autores en cada película sobre zombies hasta alcanzar nuestros días, cuyo mayor referente actual se encuentra en la magnífica serie “The Walking Dead” (2010).

Si algo genuino tiene esta película es su condición de pionera y, por tanto, indispensable para cualquier seguidor de los apocalipsis zombies.