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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
6
Drama Una mujer, profesora de piano en un conservatorio, frecuenta cines porno y tiendas de sexo para escapar de la influencia de su dominante madre. Uno de sus alumnos se propone seducirla. (FILMAFFINITY)
26 de mayo de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta ahora, el mayor éxito de Michael Haneke, que de una parte convenció generalmente a la crítica y de otra soliviantó al espectador, creándose no poco debate y polémica a su alrededor.
Es la historia de una profesora de piano (entregada Huppert), que vive con su madre, con la que mantiene una tensa relación amor/odio, la cual lleva una doble vida en la que tras su máscara fría y distante da rienda suelta a una mórbida sensualidad basada en un irremediable y enfermizo voyeurismo y en un malsano sexo muchas veces sadomasoquista y autolesionante. Todo cambia cuando deba atender a un nuevo alumno (Magimel)...
Muy sobrevalorada, tanto desde el punto de vista de sus propias virtudes cinematográficas, como desde el plano de la artificial polémica/leyenda creada a su alrededor (por ejemplo, la "mítica" secuencia del baño y la autolesión genital no es para tanto). Lo que Haneke pretende es narrar la historia de manera también distante, asentimental y fría para crear un clima de brumosa tensión, de tangible ambigüedad, de solidez dramática. El resultado, empero, le sale más que discutible, y al final parece que estamos asistiendo a un film varado y congelado, nada transparente en su lenguaje cinematográfico, dónde el cineasta es incapaz de cristalizar convenientemente ninguna de las tres intrahistorias que se le presentan: la personal y propia de Huppert -interpretación excelente, muy profesional-, una mujer fría y sin sentimientos ni sensaciones aparentes fuera de Schubert, que en realidad es un ser de enorme inestabilidad, que se volcaniza y escora hacia el sexo extremo y más peligroso derramando lava que hiela la sangre, en su pretensión de acuchillar psicológicamente, asesinar virtualmente y herir fisícamente; la relación amor/odio, dependencia/hastío, idealización/repulsión entre la posesiva, paciente y consentidora madre (muy bien, aunque escasa Girardot) con su desquiciada hija; por último, el antiromance entre la pianista y el nuevo alumno, dónde el sexo es lo único que no existe precisamente. Ninguna de las tres cristaliza de forma conveniente, todo por la discutible puesta en escena de Haneke, que hacen que el film pierda intensidad, ligereza, fluidez e interés y nos alcanze lejano y desamparante el peor sentido del término.
Así pues, esta metáfora del actual y terrible individualismo -más que la propia soledad- con la que nos guíamos en el mundo actual, en la que al fondo, quizás, se advierte un suicidio inevitable como culmen de ese individualismo negativo, queda desdibujada y borrosa cinematográficamente, sin que el espectador quede auténticamente golpeado por esa desolación del argumento, por esa furtiva brutalidad de algunos de sus pasajes, por esa autodestrucción de un ser malsano, enfermo, egoísta hasta la médula, incontrolable y dominante. ¿Se imaginan a Polanski como director de la película por ejemplo?. Pobre Haneke.
kafka
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