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Juego de espías

Intriga. Acción 1991. El día de su jubilación, el veterano agente de la CIA Nathan Muir (Robert Redford) recibe la noticia de que su discípulo Tom Bishop, alias "Boy Scout" (Brad Pitt), se ha metido en un buen lío: acusado de espionaje, se encuentra en una cárcel china y será ejecutado en un plazo de 24 horas. Temiendo que este incidente pueda afectar a un acuerdo comercial entre EE.UU. y China, la CIA decide no intervenir. Así pues, para salvar a ... [+]
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Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espía veteranísimo + espía discípulo del anterior, metidos en un lío mayúsculo.
Tony Scott filmó una especie de Bourne antes de Bourne muy en la línea de lo que a mí me gusta llamar "thrillers de acción con sabor europeo" aunque sean películas estadounidenses (como la primera Misión Imposible, por ejemplo), que sin embargo fallaba en el ritmo y la duración. Dos horazas para contar esto eran demasiadas. Sí,es más o menos entretenida, y tiene su gracia ver juntos a dos de los mayores sex symbols de la historia del cine, pero no termina de impactar, emocionar o hacernos sentir una conexión real con personajes demasiado esquemáticos.
Sibila de Delfos
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16 de setiembre de 2020
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Entretenido film del recordado Tony Scott y con algunas de sus características como los continuos flashbacks que nos permitirán ir conociendo a los personajes principales. Aquí encontramos a un agente de la CIA que en su último día de trabajo se entera que su discípulo fue arrestado en China y va a ser ejecutado en 24 hs. Como su agencia decide no intervenir se verá obligado a realizar todo tipo de acciones al margen de la ley para tratar de sacar a su amigo de esa situación. Por supuesto tendrá dificultades de todo tipo, especialmente de sus jefes quienes tratarán por todos los medios posibles de sabotearle el plan. El film en muy entretenido, mas allá de las cosas ilógicas que tiene, el mismo se sostiene por el buen trabajo del gran Robert Redford y el correcto Brad Pitt. En síntesis es un film para ver y pasar un rato sumamente agradable.
gustavof42
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22 de noviembre de 2021
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Me ha gustado la película.
Muy buena la interpretación de Redford, como siempre. Muy creíble.
Brad Pitt esta muy bien también. Hacen una buena pareja.
Tema interesante. Muy trepidante. Rodado en un tiempo de 24 horas.
Buenas localizaciones.
Un final alucinante que te mantiene enganchado .
Vipe
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24 de marzo de 2023
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Normal. Ni buena, ni mala. Ni es una obra maestra, ni es mala de solemnidad. Un poco lo que es el director, prescindible cuando hablamos de obras de arte en el cine, pero entretenido en alguna de ellas, en las mejores de él, como esta, que son normales en el cine.
Clásica trama entre las ropas del poder, que puede perjudicar la vida de alguien, en concreto de un espía encarcelado en una cárcel china al que los servicios de inteligencia USA no quieren ayudar, pues se está cerrando un acuerdo comercial entre ambos países. El dinero de un espía que está a punto de jubilarse -maestro del susodicho- sirve para abrir las conciencias de los mercenarios.
ÁAD
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4 de abril de 2024
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Michael Beckner, autor y guionista, es un amante del excitante universo de los espías, en especial el creado por David John Cornwell (o John LeCarré), y estaba en preparación de un libro cuando llegó la idea de convertirlo en guión cinematográfico, un proceso lento y que llevó la historia original a muchas modificaciones, y un paso importante que incluía negociaciones con Universal para tener de protagonistas a Paul Newman y Robert Redford, pero esto nunca llegó a suceder.

Con éste a bordo, y con el paso del tiempo, el proyecto fue a Brad Pitt, con quien había trabajado en calidad de director, y a Tony Scott de rebote, y sin embargo parecía totalmente hecho para él, y más después de introducirse en el género de las conspiraciones y el espionaje con "Enemigo Público" (el veterano Gene Hackman y el joven Will Smith por Redford y Pitt). A ritmo de vértigo, como es su costumbre, nos lleva a las entrañas de una prisión en Suzhou, y de la mano de Pitt, que se infiltra con habilidad para rescatar a una mujer y después de algunas situaciones de violencia y tensión la operación acaba siendo un auténtico fracaso.
Una de esas introducciones que impactan, perfecta para un "thriller" de este calibre, y donde además ya deja patente el estilo, no sólo de todo el film, sino el que ha ido adoptando el director desde finales de los '90; y en "Spy Game" se consolida, por desgracia, porque estamos ante un Scott muy "michaelbayzado". A partir de aquí se incrementará la velocidad de los cortes en su cine, los movimientos de cámara dejarán de ser dinámicos para ser mareantes y se apegará a los avances digitales para bombardearnos con millones de filtros de imagen. Adiós a sus panorámicas urbanas bañadas en intensos colores naranjas, a las que nos tenía tan acostumbrados en la década anterior...

De todos modos sabe compaginar ese lado trepidante con un tono más sobrio, más contenido, que es el encarnado por Redford, aquí un miembro de la C.I.A. (Muir) que se lleva un disgusto en su último día en la agencia: su aprendiz, ahora renegado, Tom, es preso de los chinos. El estilo contrasta con la época en que nos sitúan, 1.991, cuando las altas tecnologías en móviles y ordenadores no existían; pero Scott la recrea con una modernidad inusual gracias a sus cortes, su ritmo, su nervio. Y más atrás nos iremos, este es el secreto del guión de Beckner que ha retocado David Arata...en mi opinión quizás no el mejor.
Porque cuando llega Redford, imponente, a esa sala atestada de tipejos de caras detestables pero muy elegantes podemos intuir todo un duelo de inteligencia entre ellos y él cuyo objetivo sea liberar a Tom (y es que aquí no hay otro objetivo). Empieza entonces, con micrófonos, dossiers secretos, miradas de sospecha y más elemento del clásico catálogo del "thriller" de espionaje, un interrogatorio al personaje que resulta que no tiene nada que ver con el problema actual, sino con las experiencias que él y Tom han vivido juntos desde que se conocieron en Vietnam durante una misión de alto riesgo.

Increíble es que nadie en el departamento de maquillaje se tomara más tiempo para disimular el paso de los años en los rostros de ambos actores, pero aún más increíble es saber que nada de lo narrado por Muir revele una conexión, por pequeña que sea, con la captura de su aprendiz. Y así va moviéndose la pseudotrama, un corta y pega de docenas de relatos de espías que ya hemos visto en otras películas o libros, una recopilación de sucesos que nos arrastran de Vietnam a Berlín, y de Berlín a Beirut en los más recientes '80. El "juego de espionaje" del título alude a los intentos de los hábiles "entrevistadores" de Muir para cortar su relación con Tom, inculparle y dejar que sea ejecutado.
Manteniendo una relación casi padre-hijo, Redford es un mentor endurecido en un trabajo atroz hasta el punto de mostrarse despiadado con Tom, aún incapaz de comprender las maniobras de sus jefes y aliados. Scott maneja de forma interesante los filtros para dar a cada lugar y época una personalidad propia, y bajo los colores grisáceos de un Beirut en guerra se introduce el típico romance que nunca puede faltar en su cine; la magnética Catherine McCormack resulta creíble gracias a un personaje (Elizabeth) más misterioso y profundo de lo que pudiéramos pensar en un principio.

No es preciso estudiar en la C.I.A. para saber que esta pasión peligrosa entre ella y Tom es el motivo que desencadenará la situación principal del film. O lo que parece serlo; en eso se debería centrar el guión, que desperdicia la jugosa oportunidad de tener a Redford luchando a contrarreloj para salvar la vida de su aprendiz-hijo usando su ingenio contra los agentes chinos, contra los suyos y contra quien haga falta. En lugar de eso recorremos las memorias de un veterano; sí, también recorremos la relación entre los protagonistas y el "flashback" de Beirut es (el único) necesario, pero el término del viaje no satisface como es debido. ¿Y por qué?
Porque si ya hemos visto a Muir resolviendo situaciones comprometidas a base de llamadas y convenciendo a otros individuos, esto y nada más (y tampoco hay que dar clases de espionaje para saberlo) podría hacer falta para asegurarse de que el jovencito salga sano y salvo (con quince huesos rotos, eso sí). Decepcionante que mientras los minutos del plazo corren y corren sigan interviniendo millones de personajes que no sabemos quiénes son (como ya ha sucedido por medio de los "flashbacks") ni se nos explica de dónde demonios han llegado (incluso el ejército aparece...¡¿pero por qué y cómo?!).

Un sinsentido absoluto que acaba antes de empezar y deja a esta carísima coproducción internacional en un "thriller" intenso, visualmente poderoso, pero desaprovechadísimo...
También fue un éxito de taquilla (a eso sí que se llega sin haber trabajado en la C.I.A.).
Chris Jiménez
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