Tiburón 3

Antes de ver la tercera continuación de las aventuras de los escualos asesinos ya estaba prevenido de que me podía encontrar ante una mierda de proporciones colosales, pues precisamente su reputación no es, por lo general, como para presumir. Me encontré, contra todo pronóstico, con una digna secuela.

Cuando una saga empieza bien y termina para echarlo a un cubo de basura suele ser porque con el paso de las continuaciones el equipo técnico y artístico no repiten y termina en manos de gente menos capacitada; aquí no están ni Spielberg (no me quiero imaginar lo que debió sentir si viese esta cinta alguna vez) ni John Williams. Solo repite Carl Gottlieb en el guion acompañado en este apartado por el legendario Richard Matheson, sí, el mismo que escribió 'Soy leyenda' o 'El hombre menguante'. Ni el propio Matheson pudo mejorar el resultado final.

La ausencia de la gente que formó el pelotazo de la primera 'Tiburón' se hace notar demasiado. Por mucho que se tenga a Dennis Quaid y a Louis "gano un Oscar y me meto en esto" Gossett Jr y a Matheson en el guion la cosa no remonta y ni siquiera se acerca a 'Tiburón 2'. Por el contrario, comparándolo con lo que sabía de otras opiniones, no está tan mal. Sigue siendo llevadera, en lo que respecta a algunas muertes los hace desde una perspectiva distinta y dura lo justo y necesario. Hay que ser justo, igualar a la primera era una tarea casi imposible.

Me ha gustado también la idea de que, ante la ausencia de Roy Scheider, se usasen a los hijos creando una conexión con las anteriores entregas que se agradece en lugar de ser una secuela que olvidase todo lo construido. Eso sí, la sombra de Roy Scheider sigue siendo alargada y sus hijos no han heredado la capacidad de sacar adelante la película ellos solos.

Para lo que podía esperar, el visionado no ha sido del todo malo. A falta de la cuarta parte es la peor, sin embargo, subjetivamente, las he visto bastante peores y con mejores medios. Se ha salvado de la mordedura esta vez.

Aunque podamos recordarla con cierto cariño quienes la vimos de pequeño (especialmente con las gafas 3D de la época), lo cierto es que al verla a día de hoy se le ven las costuras a la legua: Previsible y poco elaborada desde lo argumental, aún teniendo un elenco que cuenta con Dennis Quaid o Louis Gosset Jr. ni siquiera así se sostiene, resultando bastante poco emocionante. Para rematar, el hecho de estar rodada exclusivamente para 3D le saca aún más los colores con esos efectos tan obsoletos "viniendo hacia tu cara".

Hay muy pocas cosas buenas que rascar de este film. Aunque es cierto que tiene algunas ideas interesantes, todo está muy mal ejecutado. El guión es horrible y tiene agujeros por todos los lados. La banda sonora es mediocre y es imposible no compararla con la increíble banda sonora de John Williams, aunque siguen manteniendo su tema principal. Las actuaciones no sé si será culpa del director o de los actores pero no sé ajustan para nada como actúan los personajes con la situación extrema que se está viviendo. Los efectos visuales y el 3D no sé muy bien como calificarlos... Para no mojarme diré que han envejecido muy mal. Por lo menos se ve que hay una buena intención de impactar al público con el 3D aunque el impacto te viene por otro lado.

Es recomendable como curiosidad ochentera y por su mítica escena del tiburón acercándose a la pantalla pero hay que tener en cuenta que la película es mala. Si no fuera por su 3D (horriblemente nostálgico) hubiera quedado como otra película olvidable de tiburones.

PD. Le doy un cuatro porque tengo una extraña filia con las películas de tiburones y puedo asegurar que está muy lejos de ser la peor.

Tiburón 3 es la muestra de que cualquier entretenimiento puede descubrirse ante un argumento cogido con pinzas frente a la realidad, y unos modelos biológicos mal diseñados.
Tenemos por un lado un tiburón blanco de tres metros de largo aproximadamente, el cual posee un ancho mostrado de alrededor de unos 50 cm. Apreciamos una aleta dorsal de aproximadamente unos 30 cm. El diseño que se nos muestra de esta cría de tiburón es desproporcionado al que podemos ver en el estanque de mundo submarino, cuando vemos claramente que el tiburón medirá unos 2 metros, tendrá un ancho de cerca de 30 cm, y una aleta dorsal que no llegué a los 20.
La proporcionalidad de los modelos biológicos son realmente pobres; apenas vemos al tiburón a plena luz del día. Aún tenemos en la memoria al tiburón mecánico de Tiburón, pero que aportaba mucho más realismo que esta especie que algunas escenas, carece de él.
Las interpretaciones aportan la credibilidad necesaria para no hundir el film, pero algunas escenas quedan plasmadas con sencillez narrativa, que parece evadir fuertemente cualquier pauta.

No tenemos que engañarnos, El Gran Tiburón es todo lo que Joe Dante hubiese querido, una piraña de 10 metros que fácilmente se puede diseñar (no hay más que ver la película, pues la mitad está protagonizada por un tiburón de juguete).

El parque de atracciones acuático "Sea World" está en sus últimos preparativos para ser inaugurado, pero recibe la visita de un inesperado y peligroso depredador. Un joven tiburón blanco es el sospechoso de una serie de mortíferos ataques, pero el personal de "Sea World" se sorprenderá al descubrir el verdadero culpable.

Michael 'Mike' Brody (Dennis Quaid), el hijo mayor del jefe de la policía de "Amity Island", al igual que su padre es un experto cazador de tiburones e intervendrá en la caza de tan particular animal.

El tema de domar un tiburón para propósitos de atracción y entretenimiento, en el mundo marino es algo insólito y completamente absurdo por la naturaleza de su peligrosidad. El film pretendió aterrorizar con el nuevo tiburón blanco, pero realmente fue decepcionante.

El reparto tiene actores de primera, Dennis Quaid ("The Big Easy" 1986), Louis Gossett Jr. ("An Officer and a Gentleman" 1982) y Lea Thompson ("Back to the Future" 1985), pero lucen como peces fuera del agua con una falta de dominio sobre sus personajes.

También nos encontramos con escenas que no tiene sentido, falta de coordinación y realismo. El éxito del film descanso realmente en la innovación del 3-D de la época, sus trucos visuales son atractivos, pero aun así, se nota que el tiburón no tiene más tela que sacarle.

La película tuvo un presupuesto de $21 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $88 millones, más $27 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió cinco nominaciones a diferentes premios en festivales de cine.