Largo viaje hacia la noche

Antes de reproducir la película, saqué mi botella de sidra, mi plato de queso Comté con mix de frutos secos, salchichón de Sendra y regañás. La verdad, he gozado mucho. La estética es brutal, hasta el punto de entretener incluso si por despiste alguien perdiese el hilo de la historia momentáneamente. Gran parte de las escenas son cuadros, para que nos entendamos. Historia turbia, dramática y con la profundidad que cada cual quiera darle,
es relativamente personalista. Si te dejas llevar disfrutarás. Recomiendo acompañarla con una o dos copitas de Brandy y un picoteo tranquilo, que favorezca un poco de inhibición y disfrutar con su banda sonora y sus escenas. A mí me he llevado a recuerdos pasados personales y a cierta capacidad de poder fantasear con cosas del pasado y presente a la vez. Por tanto, entre las sensaciones que me ha dejado la película, y el apartado técnico, desde fotografía, actuaciones y demás, solo puedo recomendarla encarecidamente, siempre que quieras un poco de inhibición, relajadamente antes de dormir, con tu fermentado o destilado que gustes, y sin prisas ninguna. Es un acierto de película la verdad.

Si no estás familiarizado con el cine asiático no la veas. Empieza antes por películas como La casa de las dagas voladoras, Hero, y en general películas un poco más occidentalizadas y de buena calidad, para familiarizarte con el estilo en este caso Chino.

Un abrazo "filmaffiniteros" y a seguir disfrutando del cine.

Después de la prometedora “Kaili blues”, Bi Gan ha dirigido este film cuyo estreno en España estaba previsto para finales de abril pero se ha pospuesto hasta mediados de junio para no hacerlo coincidir con otro título chino “La ceniza es el blanco más puro”. El argumento es sencillo: Luo Hongwu es un hombre que regresa a Kaili, su ciudad natal, de la que huyó hace varios años. Comienza la búsqueda de la mujer que amaba, y a quien nunca ha podido olvidar. Ella dijo que su nombre era Wan Quiwen. Este es un drama con toques de intriga y de film 'noir' que combina lo real y lo onírico, es más importante el aspecto formal, la plasticidad visual que la trama. La película se puede dividir en dos partes: puede decirse que la primera abarca la memoria, que comprende el presente y el pasado, mientras que la segunda pertenece a lo soñado, consta de un plano secuencia de unos cuarenta y cinco minutos memorable, con un uso justificado de la imagen en 3D que corresponde a partir del momento en que el protagonista entra en un cine a ver una obra que se titula precisamente “Largo viaje hacia la noche”. En este tipo de película en que prima lo sensorial al guion, el director consigue que el espectador se cuestione las imágenes que ve y transmite aquello que llamamos “la magia del cine”. Además, el concepto del tiempo también es importante, parece diluirse durante el metraje, introduciendo elementos como la manzana, habla de lo efímero asociado a una bengala y lo eterno al reloj. Presentada en la sección Un certain regard del festival de Cannes del año pasado, esta propuesta es una experiencia cinematográfica singular e hipnótica, una excelente demostración de que la cosecha del cine chino de 2018 junto con los trabajos de directores como Jia Zhang Ke ha sido magnífica.

Valoración: 9

Lo mejor: seguir a los personajes en el magnífico plano secuencia.
Lo peor: que cause rechazo por no entenderse bien aspectos narrativos.

https://josh-cine.blogspot.com/2019/06/largo-viaje-hacia-la-noche.html

地球 最後 的 夜晚, Últimas tardes en la Tierra, literalmente. Un grand voyage vers la nuit o Long Day's Journey into Night. Un largo día de viaje hacia la noche. Un largometraje de Bi Gan, del año 2018. Una pieza de arte mayor. Una obra moderna que retoma pinceladas de los clásicos: de Andrei Tarkovsky, ese recorrido hacia lo profundo de la psique, pero analogando sueño y noche en una profundidad onírica que hace que el tiempo flote, que se deslice suavemente en ciertas tomas pausadas, contemplativas, que invitan a una reflexión emocional; y de Wim Wenders, donde el viaje se torna existencial, aunque sin demasiadas palabras, donde hay una búsqueda, una sorpresa, indagación y magia ontológica, ciudades y sombras. Las luces fluorescentes nos sitúan en nuestro tiempo. Casi que ambientan un aire cyberpunk pero sin computadoras, como si se intentase recrear belleza en el prólogo de una distopía. Y la música..., algo extraño que podríamos utilizar para meditar bebiendo vino y fumando tabaco en pipa un sábado en un largo viaje hacia la noche.

“Una vez que la vi, sabía que estaba en un sueño”. Así inicia la segunda película del realizador chino Bi Gan, ‘Largo viaje hacia la noche’, que anticipa de alguna manera lo que estamos por ver en una película que derrocha belleza y destreza en su realización.

Luo Hongwu (Jue Huang), regresa a su pueblo natal en Kaili, en la provincia de Guizhou, lugar donde se desarrolla también la primera película de Bi Gan, ‘Kaili Blues’, alejado por algún motivo que no se esclarece nunca pero que podría estar relacionado con algún hecho gansteril. Así, el hombre inicia la búsqueda de una mujer a la que amó en el pasado y que dijo llamarse Wan Quiwen.

La película de Bi Gan es una constante búsqueda de los posibles alcances narrativos y estilísticos del cine, en una apuesta jugada en la que la historia que se narra termina convirtiéndose en una experiencia onírica y sensorial, a través de la hipnótica puesta en escena y de la tremenda belleza que emana de sus imágenes.

La película en su inicio se asemeja un tanto al cine del hongkonés Wong Kar-wai, donde sobresale la estilización y el colorido de las imágenes, pero conforme avanza el relato, este se torna cada vez más complejo y excepcionalmente enigmático, donde lo onírico y lo nostálgico permean cada momento que vuelve imposible definir lo “real” de lo que podría ser un sueño o un recuerdo, que lo acerca más al cine del tailandés Apichatpong Weerasethakul.

El relato arriesga sobre todo desde lo narrativo, llevando al espectador a vivir una experiencia única y totalmente sensorial, y cerrando con un imponente plano secuencia de más de 50 minutos y aparentemente sin cortes (que los debe tener más son imperceptibles), en los que no queda más que entregarse ante la destreza técnica y la avasallante belleza de sus imágenes. (Este tramo final originalmente es en 3D, pero la copia que hemos visto es en 2D).

Con dos películas, el realizador chino se erige como uno de los nuevos directores a seguir en el panorama del cine contemporáneo, gracias a su cine pleno de poesía y belleza, y visualmente poderoso.

https://tantocine.com/largo-viaje-hacia-la-noche-de-bi-gan/

Qué barbaridad de peli, qué pasada, qué fantasía. Exquisita. Belleza visual. Un portento de película. Absorbente. Podría seguir así enumerando decenas de adjetivos todos buenos. Realmente me ha hipnotizado.

Impresionante plano secuencia de más de 50 minutos de duración en el que cuenta cada detalle. Es algo muy impactante presenciar un plano secuencia de estas características. Plano secuencia para la historia.

Clásico instantáneo. Obra de arte. Pieza de culto.