Falcon y el Soldado del Invierno (Miniserie de TV)

Para todos aquellos que vimos 'Vengadores: Endgame' ya sabemos que pasó con Steve Rogers/Capitán América al final de la cinta; pero el escudo tiene aún mucha tela que cortar en el Universo Marvel y su siguiente parada es en esta serie 'Falcon y el Soldado de Invierno' donde los eternos secundarios a la sombra de Chris Evans tienen por fin protagonismo y, personalmente, han demostrado que ellos también pueden liderar producciones de la casa.

Tanto Anthony Mackie como Sebastian Stan han liderado de forma más que solvente en estas nuevas aventuras y sin dejar de ser sus personajes, no he notado que les quedara grande el liderazgo donde hemos conocido más sobre ellos en su aspecto personal como aspecto complementario a la acción. Junto a ellos el regreso de Emily Vancamp como Sharon Carter o Daniel Brühl como el Barón Zemo a los que tampoco les puedo poner muchas pegas interpretando con el material que han dispuesto. Otra cosa es que hubiéramos pensado cada uno para ellos en la serie; en cuestiones de interpretación, casi nada que objetar.

Mención aparte para Wyatt Russell, quien se ha ganado el odio de la gente por su papel de John Walker, cuando eso es exactamente de lo que trataba su personaje. No iba a repartir paz y amor y el plus para el salón, su cometido iba a ser el que se ve a lo largo de la serie y el hijo de Kurt es una excelente elección para interpretar a Walker.

En cuanto a lo que nos quieren ofrecer, ciertamente contemplado en perspectiva a lo largo de sus seis capítulos no es una cosa que vaya a volar nuestras cabezas, sin ser eso nada realmente malo. A veces no se necesita ser demasiado ambicioso, solamente ir al grano, despacito y con buena letra, cosa que sí pasa realmente en esta ocasión. Salvo el primer episodio, que servía más que nada para introducciones y presentaciones, en los demás han sabido ir presentando las piezas y encajándolas en la narrativa general sin que se sienta que ninguno está metido a lo bruto. Bajo mi punto de vista sigue un orden natural haciendo que cada episodio cuente.

No sé si esto se va a quedar en formato miniserie o van a optar por más temporadas, el tiempo y las mentes pensantes de Marvel lo dirán. Sea como fuere, este viaje ha estado bastante bien y estoy satisfecho tanto si es la última parada como si no lo es.

(Más en el spoiler)

7.7

*Cómics inspiradores

La etapa de Ed Brubaker al frente de la colección de cómics del Capitán América es la más destacada de las últimas décadas y una de las referentes en su historia. En ella el guionista retoma la figura del Soldado de Invierno, reinventándolo por completo. Como es habitual en sus obras, la saga tiene un aire noir y narra en parte la cuestión del legado tras la desaparición de Steve Rodgers.

Por otro lado, la etapa de Nick Spencer en Capitán América narra los problemas a los que se enfrenta Sam Wilson al hacerse cargo del escudo.

Ambas obras, entre otras, son inspiradoras para la creación de la serie, aunque en este caso sea como punto de partida.

*Legado en forma de escudo

El tema central de la serie parecía ser la invisibilidad de ciertas figuras en los Estados Unidos a lo largo de su historia. El nombramiento de Sam Wilson como Capitán América y las constantes dudas del propio Wilson al respecto de su capacidad, sumadas a las que llegan desde el exterior podrían haber sido un hilo conductor muy interesante. La convicción de Wilson frente a las exigencias de Bucky y de todo un país nos llegan con cuentagotas y a través de diálogos principalmente. No existe una intención de mostrar visualmente un conflicto que podría haber sido muy rico.

Lo que significa la figura del Capitán América y los valores que debería representar ha ocupado numerosos arcos en los cómics. Aquí queda la sensación de que a pesar de querer situar a Sam Wilson en el centro, las reflexiones sobre Steve Rodgers son demasiado recurrentes. No puedes limitar la gran lección a un monólogo de Wilson en varios planos.

Otro foco de atención que se nos muestra a través de pinceladas es la situación de los refugiados. El retorno de todas aquellas personas desaparecidas genera un problema a nivel global que tiene paralelismos muy interesantes con nuestra realidad. Pero finalmente nos quedamos con la sensación de no saber mucho y de haber reflexionado aún menos.

Los capítulos siguen una estructura narrativa muy similar, una parte inicial en la que se insinúa alguna de esas líneas narrativas inconclusas y una parte final con escenas de acción. El problema con esas escenas de acción es que en muchos casos no están justificadas y parecen servir como señuelo más que como parte integrada en el conjunto.

*Efecto Marvel

Es difícil no encontrar un proyecto audiovisual de Marvel que prometa durante su inicio una cantidad ingente de narrativa a desarrollar. Y es incluso más complicado encontrar alguno que lo llegue a mostrar en su totalidad y de una manera interesante. Eso es lo que vuelve a ocurrir con Falcon y el Soldado de Invierno, que durante sus cuatro episodios iniciales nos va planteando muchos interrogantes, resueltos parcialmente y de modo muy acelerado en el final.

La producción conjunta de Marvel con Netflix fue duramente criticada, por acabar componiendo temporadas excesivamente largas con una narrativa no demasiado rica. Y podríamos argumentar que por el momento la diferencia entre aquellas producciones y estas solamente se encuentra en la inversión económica tras unas y otras.

La ausencia de un enemigo claro no tendría por qué ser un punto negativo. Sin embargo el no desarrollar la figura que ejerce como contrapunto a los protagonistas no favorece el conjunto. Es otro problema recurrente en las producciones Marvel, héroes muy definidos, pero carentes de una figura que ofrezca el contrapeso necesario.

*Efervescencia

Falcon y el Soldado de Invierno apuntaba en muchas direcciones pero no llega a ninguna de ellas. Ni siquiera funciona como buddy movie. No se trata de exigir que los productos sean lo que los espectadores desean. Pero sigue resultando molesta la intención constante de Marvel de convertir sus obras en una sucesión de insinuaciones que nunca se llegan a realizar, para acabar con finales muy explosivos y llamativos que nos hagan olvidar lo que no se desarrolla.

La interconexión puede ser interesante, pero no hasta el punto de convertirse en el eje central de cada obra, con la consecuente disminución de interés narrativo que conlleva. Es el mismo tipo de línea creativa que Marvel lleva utilizando en los cómics durante décadas y ahora ha trasladado a la creación audiovisual. Conseguir que lo importante sea la maquinaria, a costa del sacrificio de cada una de las piezas.

Ya que Falcon y el Soldado de Invierno nos lanza una reflexión final sobre figuras ocultas en la historia, no estaría de más que la empresa se acordara de los creadores de sus obras y personajes de un modo más material que mencionándolos en los títulos de crédito.

Escrito por Juan Avilés Torres

He visto la miniserie... Falcon Y El Soldado De Invierno (Disney+)...
https://www.filmaffinity.com/es/film107656.html

Un 6. Ni bien, ni mal, ni todo lo contrario. Más material para la mochila de Marvel. Es fácil de ver y encaja dentro de lo esperable. Así que, si te gustan otras historias de Marvel, esta también te gustará.

Luces y sombras en Falcon y el Soldado de Invierno, continuación necesaria de Avengers Endgame sobre todo porque todo gira entorno a un gran protagonista cuya ausencia (aunque no exactamente) y los valores que representa ha dejado un enorme vacío en el universo Marvel; el Capitán América.

Funciona como buddy movie, aunque lejos de la añorada Hap and Leonard con la que mantiene evidentes paralelismos desde muchos puntos de vista incluida la ambientación sureña; funcionan las excelentes escenas de acción made in Marvel y funciona el capítulo final, toda una declaración de intenciones de la casa como alegato antifascista y antiracista, un buen directo a la mandíbula de la poderosa factoría Marvel-Disney al deleznable trumpismo (*). Y funciona de escándalo el nuevo personaje, John Walker, el reverso tenebroso del Capitán, representando lo peor de la sociedad americana (populista, fanfarrón y deshonesto) pero qué pasada conocer a Wyatt, el hijo de Kurt Russell).

No funciona sin embargo la trama de esa resistencia liberadora / terrorista (un pequeño cacao se forman aquí los guionistas) absolutamente arbitraria, unos Sin Banderas de los que nunca queda clara su procedencia (y toda la historia del suero, ufff) ni sus ideales y que quedan lejos de ser un enemigo a la altura. O el tratamiento de algunos personajes que deambulan por la historia de forma muy arbitraria y casi demencial, como el Barón Zemo o Sharon Carter.

(*) Marvel siempre ha sido una productora muy política, desde que John Romita entrara en los 70 incluyendo la lucha por los derechos raciales en Spiderman. Y no hay que olvidar que ya hubo un capitán de raza negra en los 80 en plena era Reagan.

Segunda aproximación de Marvel Studios a la pequeña pantalla (o mejor dicho, al streaming doméstico) con una miniserie que podría hacer las veces de cuarta entrega de las aventuras del Capi o en su defecto, actuar como nexo conector entre la tercera y una hipotética cuarta película.

Vaya por delante que soy muy fan del personaje, quizá junto a Spider-Man, el gran culpable de que aprendiera a leer y que me introdujo desde bien pequeño ese maravilloso germen del coleccionismo, del frikerio y de la admiración incontrolada por las vidas que transcurren entre viñetas.

La miniserie, como todo producto apadrinado por Disney-Marvel, cuenta con un gran despliegue de medios y eso se nota a nivel de localizaciones, efectos especiales y calidad en los 6 episodios de los que se compone. A mi me ha parecido una entretenida película de acción con tintes (ligeros) políticos, nada de lo que avergonzarse y sí reivindicar moderadamente.

Quizá su mayor defecto es que actúa como nexo entre lo que ha venido y lo que está por venir, por lo tanto, tiene un trasfondo muy marcado en la transmisión del legado, descubrir al mejor heredero no solo del escudo y las barras y estrellas, si no del estandarte como símbolo humano y leyenda viviente. Aquí creo que juegan sus cartas razonablemente bien, con un Falcon (correcto Anthony Mackie) que pese a sus más y sus menos, consigue formar equipo con Winter Soldier (pelín desaprovechado Sebastian Stan), a esta ecuación tenemos que sumarle la aparición de uno de los personajes más desquiciados de Marvel: USAgente (interpretado con gran solvencia por Wyatt Russell) que se ha llevado más de una encolerizada critica emitida desde el más profundo desconocimiento, en el comic, John F. Walker es bastante más agresivo, violento y excesivo que en esta representación.

Además, la serie aprovecha para poner sobre el tapete temas tan interesantes como los presos políticos, la geopolítica mundial con los juegos de poder entre grandes corporaciones y las naciones y un conflicto racial latente que subyace en la sociedad.

Como cabía esperar no se profundiza en demasía en estos temas, no estamos frente a una producción de Costa Gavras, y precisamente, creo que ese es otro de sus grandes errores, ya que el grupo de los Sin Banderas podría haber dado mucho más juego, por no comentar que la sobreexposición a sueros de supersoldado, desvirtúa el concepto en sí mismo y que la lideresa es una adolescente con berrinches. Aquí, una vez más, es mil veces más interesante la versión comiquera, con una asociación de terroristas sin escrúpulos que bajo una premisa de anarquismo y de liberalización del yugo opresor de los políticos, buscan alinear a las grandes potencias del mundo bajo la bandera del fascismo.

El resto de actores tienen nivelazo: Emily Vancamp vuelve con fuerza a su personaje de Sharon Carter (y lo posiciona en una perspectiva tan atractiva como sorprendente) y Daniel Brühl se transforma de nuevo en Zemo, pero en esta ocasión aportándole un toque racional y hasta cierto empático (los superhombres no deberían tener cabida en una sociedad igualitaria de hombres y mujeres) convirtiendo a su personaje en un antihéroe que esperemos sea recuperado en las versiones fílmicas que están por llegar.

En resumen: correcto producto con el sello Disney, cargado de acción y buenas escenas y con una premisa interesante desde el punto de vista del legado pero que desaprovecha unas cartas muy jugosas para desarrollar otro tipo de historias más profundas.