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Amistad

Drama Una noche del verano de 1839, cincuenta y tres esclavos negros que viajaban a bordo del navio "La Amistad" se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de Cuba. Fracasado su intento de regresar a África, fueron detenidos por tropas americanas y se encontraron en un país extraño y a merced de un sistema judicial que les era ajeno. (FILMAFFINITY)
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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
6 de octubre de 2007
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daré la razón a todos los que dicen que esta es una de las películas menos logradas de Spielberg. Aun así, incluso en horas bajas, Spielberg está muy por encima de la mayoría de directores.
En este caso creo que lo que más perjudica a la historia es el guión. Un guión previsible y plano que se desarrolla de forma muy convencional. Es por ello que la historia resulta mucho menos intensa y apasionada de lo que debiera.
Amistad es básicamente una película judicial ambientada hace dos siglos y con el racismo como tema principal. Ingredientes más que suficientes para que alguien como Steven Spielberg hubiera hecho una película de diez. Pero la verdad es que la parte judicial de la historia resulta discreta, muy por debajo de otros grandes dramas judiciales, género cinematográfico donde los haya, y que en este caso está muy desaprovechado.
Esto no impide que gracias a la labor del director podamos disfrutar de secuencias de auténtico impacto, rodadas con absoluta maestría, como ese flash-back en el que se recrea la rebelión de los esclavos. Además, como siempre, encontramos a nombres como Januz Kaminski o John Williams que son garantía de un trabajo magistralmente resuelto, como es el caso.
La película cuenta con un espectacular reparto que, todo hay que decirlo, no responde a las expectativas. Matthew McConaughey no está a la altura de su personaje, y otros veteranos como Morgan Freeman o Nigel Hawthorne cumplen con eficacia pero sin entusiasmo. Anthony Hopkins llegó a ser candidato al Oscar en otra de esas interpretaciones suyas tan llamativas como artificiales. Y quien de verdad se luce es, el entonces debutante y hoy consagrado, Djimon Hounsou en un trabajo arrollador, que desprende por igual energía y emoción. Aunque solo fuera por haber descubierto a este excelente actor ya merece la pena esta película.
ernesto
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3 de octubre de 2015
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo tenemos una obra que incide de forma primordial en aspectos jurídicos, políticos y éticos: la esclavitud, con un añadido sobre los derechos fundamentales. Aviso que "Amistad" esta basada en hechos reales, un motín en alta mar por parte de unos esclavos, que a su llegada a los Estados Unidos serán juzgados por estos sucesos. De todo modos, la película no brilla por su fidelidad periódistica, ni tampoco a la historia en sí. De hecho, parece ser que la polémica no fue entre España y los norteamericanos, sino entre la ley de Connecticut, que sí admitía la esclavitud, y la prohibición del tráfico negrero, que ya había sido decretada por varios países, incluidos los Estados Unidos en 1808 y las potencias reaccionarias de Europa, en el Congreso de Viena en 1815. Ahora bien, una cosa es lo que diga un documento y otra la realidad de ahí fuera, así que la trata siguió existiendo ilegalmente durante varias décadas.

Y aquí llegamos al aspecto más polémico de la película, para España, que es que nos ponen de malos, lo que en mi tierra ha enfadado mucho. Pero como decía Aristóteles "Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad", he de reconocer que aunque la esclavitud en todos los sentidos era mucho más liviana en España, aunque en el siglo XIX se fue endureciendo, que en casi todo los demás países, también se mantuvo durante mucho más tiempo: hasta 1867 no se hizo eficaz la prohibición del comercio negro y hasta 1886 no se abolió la esclavitud en Cuba, el último país de Europa en hacerlo y casi del mundo occidental, sólo por detrás de Brasil, que lo hizo en 1888. De ahí que desde fuera nos vean como unos bárbaros, en cierto sentido con razón. El caso es que guste o no, España no sólo participó en esta trata ilegal durante parte del XIX, sino que a veces llegó a defenderla como un acto patriótico.

Ahora bien, los señores que defendían esta execrable institución, no tenían que ser retrógrados impenitentes. Era más bien al contrario: los liberales y progresistas españoles mandaron durante muchos décadas sin poner en entredicho la esclavitud. En cambio, figuras ultras como el Padre Claret sí la condenaron, cosa que no debería extrañar si recordamos que el Papa Gregorio XVI, que también era un "carca", ya lo había hecho antes, en 1839. Pero la película apela a la constitución americana y a los derechos naturales como remedio a esta situación, en un pomposo discurso final, dentro de una película en general bastante pomposa. Podría servir en teoría pero se nos olvidan los aspectos ocultos del discurso liberal. Lo que afirma John Quincy Adams (Anthony Hopkins), "el derecho [de cada hombre] a rebelarse contra los que pretendan privarle de su libertad" es exactamente en lo que creía un individuo como Adolf Hitler.
Reaccionario
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10 de enero de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considero a Spielberg uno de los mejores directores de la historia, pero hasta el mejor escribano tiene un borrón, que no puede eclipsar una filmografía que incluye títulos como “El diablo sobre ruedas”, “Tiburón”, “Jurassic Park”, “War Horse” o “El puente de los espías”, entre otras muchas. Sin embargo, con ésta no sé por dónde empezar. Por decir algo bueno, la banda sonora es bonita, John Williams siempre es un acierto, y aunque no sea la BSO de “La lista de Schindler”, es bonita; y cuenta con un reparto de lujo encabezado por Matthew McConaughey y Djimon Hounsou, cumpliendo todos con su papel a la perfección. Todo esto, añadiendo que la película juega a ser “histórica”, la hacen muy apetecible. Sin embargo, es una obra menor y poco conocida del Rey Midas, y con razón. Se basa en una idea que, a grosso modo, fue histórica, pero tan a grosso, que no. Buscaban hacer la gran superproducción contra la esclavitud y enormemente patriótica, y larga es... personajes sin matices, los buenos siempre son buenos; los malos siempre malos y bastante idiotas. ¿Qué costaba poner que Cinqué fue esclavista en África? Pues que entonces pasaría de personaje muy bueno a muy malo en esta incapacidad de poner grises, por ejemplo. ¿Tanto costaba también aclarar la situación de la esclavitud en España? Supongo que sí, porque entonces quedaría a la vista que en esos aspectos España era un país enorme mente superior a Estados Unidos. Por no hablar de los fallos enormes respecto a la corona española. Alguien debe explicar en Hollywood que no todo es una juerga según les venga bien, y que Isabel II no era reina con 11 años, ni los españoles cedía a los caprichos de una niña que saltaba sobre las camas mientras decidía el futuro de una nación que todavía poseía territorios a lo largo del orbe. Por otra parte, y volviendo al reparto, decir que una de mis debilidades actorales es Anthony Hopkins, sin embargo su papel aquí… aparte de cambiarle la cara (no entiendo contratar a este actor para llenarle de maquillaje, aunque espero que al menos se parezca a John Q. Adams), realmente sólo suelta un discurso de 15 minutos, aunque si me dicen que dura media hora o más me lo creo, sobre la libertad y la igualdad de los hombres. No estaría de más que a su personaje alguien le hubiera explicado la situación de la esclavitud en su país hasta la llegada de Lincoln, que no entraría en escena hasta bastantes años después, y también que lecciones a España con respecto a este tema, ni una, ya que los primeros Derechos Humanos los redactó la Reina Católica Isabel de Castilla en el siglo XV, y Estados Unidos aún no ha hecho nada parecido, ya que no hay más que mirar la legislación en los estados del sur hasta Kennedy, aproximadamente (mejor dicho, Johnson con las ideas de JFK). Aparte de este detalle técnico e histórico, casi lo más importante referido a la película es la siguiente pregunta: ¿a qué ha venido ese cuarto de hora? Aquí no se juzga la libertad, sino la rebelión de unos esclavos que mataron a unos marinos españoles, de eso va, y también de demostrar su procedencia, no de si se está a favor de la esclavitud o no, sobre todo contando que en estos momentos la esclavitud estaba a la orden del día en Estados Unidos, y no se concebía otro modo de vida; la Guerra de Secesión es posterior. Creo que esto es lo más molesto de la película, más allá del rigor histórico, que un absurdo discurso sin relación con lo que se trata acabe de “manera épica” con un conflicto por la propiedad y origen de unos supuestos esclavos. No se juzga la esclavitud, se juzga ese caso concreto. Si les hacía ilusión, que después demandaran al Gobierno por permitir la trata de negros, pero en un caso aparte. Con todo, si pese a no acertar mucho en el terreno histórico ni jurídico, si al menos fuera entretenida tendría un pase, pero hasta aquí falla. Repito, un borrón de un monstruo como Spielberg, pero para no perder el tiempo viéndola.
AliciaPV
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9 de diciembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg quiso estrenarse con su productora Dreamworks con esta historia sobre racismo y esclavitud, heredera de “La lista de Schindler” (1993) pero sin la decencia suficiente como para mirar a su hermana mayor cara a cara.

Con la seguridad argumental que da una historia basada en hechos reales, Spielberg se valió del relato de un grupo de esclavos africanos que, en 1839, eran trasladados a Puerto Príncipe por la goleta española “La Amistad”. Se amotinaron (brillante secuencia inicial), pero fueron capturados por los guardacostas norteamericanos. A partir de aquí, los intereses por la propiedad de los esclavos son puestos sobre la mesa en un juicio en el que no sólo se esclarecerá la propiedad de los mismos, sino que se pondrá en duda su autenticidad como esclavos.

El filme comienza con fuerza. El motín de los esclavos, liderados por Cinque (Djimon Hounsou), es probablemente la secuencia más brillante y mejor filmada de toda la película, lo cual no necesariamente juega a su favor. Una vez que la trama judicial toma protagonismo, el ritmo y el interés van decayendo. Es inevitable notar cómo el filme se alarga innecesariamente debido a los falsos clímax en el nudo principal, relacionados con victorias efímeras en los tribunales.

Spielberg tampoco parece haberse documentado excesivamente en el contexto político e histórico, metiendo ampliamente la gamba a la hora de presentar a la por entonces imberbe Isabel II (Anna Paquin) como principal responsable de las decisiones de la corona española, o de situar la legislatura del presidente norteamericano Martin Van Buren en el contexto temporal del juicio. El público no es tonto y, con poco que se consulte, se encuentran deficiencias que, si bien no afectan a la trama, a Spielberg parece traerle sin cuidado. Y ya puestos, su héroe Cinque aparece como la gran víctima de la esclavitud, protegido y ensalzado por ese aura spielbergiana de sentimentalismo comercial marca de la casa, ayudado por la música celestial con ritmos africanos de un John Williams poco inspirado esta vez… pero en realidad el tal Cinque era también un tratante de esclavos en su país.

Como viene siendo habitual, y gracias a que todos los productores se corren encima cuando tienen que poner millones de los grandes para un proyecto con su nombre, Spielberg realiza un excelente trabajo técnico y de diseño que enmarca un relato judicial con más moralina que novedades. Al final, resulta que “Amistad” es un trabajo menor del rey Midas de Hollywood y sin embargo contiene mucho del sentido cinematográfico que le ha dado el éxito y la gloria en gran parte de su dilatada filmografía, pero en esta ocasión parece ser que su magia no ha calado tan honda.

En cuanto al elenco, las actuaciones no llegan a ser brillantes salvo los escasos momentos en los que aparece Anthony Hopkins, principalmente con el emotivo y spielbergiano discurso final. Djimon Hounsou, cuya fama alcanzaría con Ridley Scott en su péplum “Gladiator” (2000), concede suficiente credibilidad a su personaje, y por último un correctísimo Matthew McConaughey va haciéndose poco a poco un hueco entre el star-system. A Morgan Freeman, esta vez, no le podemos clasificar más que de florero decorativo.

“Amistad” es, pues, un compendio de clichés “made in Spielberg” que edulcoran adrede la realidad y que siempre resultan efectivos. Esta vez se ha buscado la eficacia en detrimento de la brillantez, pero aún así sigue oliendo a Spielberg. Aunque sea una obra menor, estará siempre por encima de la media.
Richy
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11 de agosto de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg o el Rey Midas como lo quieran llamar, tenía los ingredientes necesarios para hacer una obra maestra como hizo anteriormente con la vida de Schindler. Un marco social que despierta interés como es la esclavitud, aprovechando en esta ocasión el racismo como bandera. Una presupuesto digno para hacer lo que le viniese en ganas. Un auténtico reparto de lujo, McConaughey, Hounsou, Freeman, Hopkins... pero le faltó dejar un poco de lado el afán de americanizarlo todo y buscar la sensibilidad facilona y tremendamente efectista en pantalla, antes que ganarse el afecto y el corazón del espectador. No llega a tocar la vena sensible en los muchos momentos del film. Si quitas la actuación de Djimon Hounsou, la verías como un simple hecho histórico sin tocarte el corazón. Algo ha fallado para que siempre me ocurra lo mismo con esta película.

El argumento está muy currado. Esclavos que son sacados de sus tierras y transportados a países donde se comercia con ellos de forma legal. Pero ocurre un suceso inesperado y son conducidos a Estados Unidos, donde este tema es muy delicado, ya que la economía depende en gran manera de esclavos que trabajen las tierras. Y luego están los abolicionistas de la esclavitud. Dos posiciones de una misma sociedad. Es aquí cuando aparecen diferentes personajes que quieren sacar tajada de la situación y cuando conocemos al abogado que interpreta Matthew M. quien está muy interesado en aplicar justicia y conseguir la libertad de esos hombres arrancados de su tierra a la fuerza. Gran parte de los minutos serán llevados a cabo en la sala del jurado, exposiciones, pruebas, interrogatorios, muestras, nos irán mostrando quien cuenta la verdad y quien no. Lástima lo predecible de su desenlace, esperaba un giro argumental o algo que me sorprendiera, pero no fue así, ni los créditos finales.

Como película sobre el racismo y la forma de vida de la época está muy bien, no nos vamos a engañar, pero sigo insistiendo que ésta vez, no me llegó lo que vi en pantalla.
THE CROW
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