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Florence Foster Jenkins

Comedia. Drama Narra la historia real de Florence Foster Jenkins, una mujer que, al heredar la fortuna de su padre, pudo cumplir su sueño de estudiar para ser soprano. El problema era que carecía de talento, pero la gente acudía a sus recitales para comprobar si de verdad era tan mala cantante como decían los críticos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 77
Críticas ordenadas por utilidad
5 de marzo de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fantástica, deliciosa, magnifica. Todos los calificativos que se me ocurren para referirme a esta brillante comedia de Stephen Frears. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una película tan divertida. Al estilo de los clásicos de los Marx Brothers o el cine mudo, esta cinta, inspirada en hechos reales, relata la disparatada relación de Florence Foster Jenkins, una dama de la alta sociedad new-yorkina, con su séquito personal de aduladores, y como consigue llegar a ser una cantante de opera exitosa sin tener ni un gramo de talento.

Es difícil encontrar una película en la que Meryl Streep no esté espléndida. Cualquiera de sus interpretaciones es digna de Oscar pero esta en particular es de obligado reconocimiento. Consigue dotar a su personaje de la amargura de un ser desvalido e ingenuo, de la ternura de una anciana decimonónica, y a la vez consigue hacer reír a carcajadas en escenas antológicas.

El director inglés conocido por muchas de sus películas, pero en particular por una de mis favoritas, Las Amistades Peligrosas, vuelve a centrar el protagonismo en una mujer mayor, como ya hizo en Philomena o en La Reina, para mostrar seres vulnerables, heridos por hechos del pasado, pero con ilusión y firmeza ante la vida. ¡Y que bien lo hace! Son personajes maravillosos con los que lloras, ríes y empatizas desde el primer plano.

Otro dato reseñable de esta recomendable película es la participación del actor Simon Helberg, conocido por su papel en la genial sitcom The Big Bang Theory. El actor, que estuvo también nominado para los Globos de Oro al mejor actor de comedia, es lo mejor de la cinta. Sin él, tal vez, la película no funcionaría. Es su aspecto desgarbado y diminuto, sus muecas y gestos, al más puro estilo Peter Sellers, lo que desata la carcajada.

Hugh Grant es otro de los atractivos de este film que no desentona en absoluto. Con ese aspecto más envejecido consigue dar la replica al personaje principal y resultar creíble. Importante hacer mención de la gran labor de caracterización, así como la producción artística y el vestuario, este último también nominado al Oscar.

Una lastima que la película no haya conseguido ninguna de las estatuillas a las que optaba, mejor actriz principal y vestuario, ambas merecidísimas.

En definitiva, muy recomendable. Postdata: atención a la escena del baile en la casa del personaje que interpreta Hugh Grant. Genial.

www.elguardianenelcenteno.wordpress.com
Holden Caulfield
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22 de marzo de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que el interés artístico sobre esta soprano estadounidense carente de talento musical va por partida doble. Dos obras de teatro sobre ella en el 2005 ("Souvenir" y "Glorius"). Está última tuvo su aceptable versión española cinco años después con producción de Yllana y Llum Barreda como la cantante. Y ahora otras dos películas "Madame Marguerite", libre adaptación francesa premiada con 4 Cesar de Xavier Giannoli y esta del Reino Unido firmada por Frears con un buen manojo de nominaciones a diferentes premios y con La Streep esplendorosa como Florence acumulando también nominaciones al Oscar, esta fue su número 20. También hubo otra versión teatral anterior .

El caso es que esta adinerada mujer fruto de su herencia familiar da para mucho y el público recibe su historia casi con el mismo deleite con el que presenciaba sus conciertos, aunque se los tomaran a broma. Es innegable que Florence sentía auténtica pasión por la música pero no es muy creíble que durante 30 años no fuera consciente de su rechazo por parte de la crítica, por mucho que filtrara a su público.

Frears compone una comedia agridulce, amable, apoyándose en las interpretaciones y en una buena dirección artística donde lucen los ambientes y el vestuario, rodando con su solvencia característica pero sin mojarse demasiado en la realidad de los personajes y modificando lo que haga falta para reforzar el aspecto más sentimental de la historia de amor con un Hugh Grant felizmente recuperado para la escena.
ELZIETE
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17 de abril de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por la disparatada historia de Florence.
Por la genial interpretación de Meryl, que a cualquier edad demuestra que es la mejor.
Por un muy bueno Hugh Grant, que aquí se redime de otras recientes interpretaciones nada buenas.
Por el estupendo personaje que interpreta Simon Helberg.
Por un guión inteligente, que va al grano.
Pero, sobre todo, por lo que te hace reír sin estridencias ni cosas bastas. Ver la cara de risa del pianista o de los que asisten a los conciertos te hace reír de verdad.
Hace tiempo que no me reía tanto en una comedia.
yoparam
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27 de setiembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es necesario ser un consumado melómano, tampoco ser experto en el mundo de la lírica ni conocer los excéntricos comportamientos de algunas divas para disfrutar de esta distinguida e inteligente cinta que deja una huella indeleble, por su desnuda humanidad para nada anecdótica y superficial como alguno cita erróneamente. No creo que esta trama basada en hechos reales, pretenda censurar a los personajes, los trata con respeto presentándolos como seres humanos con sus virtudes y defectos a la vez, tampoco creo que pretenda abordar lo que es obvio, el dinero lo puede todo porque todos tenemos un precio. Los estereotipos no tienen cabida en el cine de Frears, pues se trata de un análisis de las relaciones humanas en una determinada época y contexto social.

Florence Foster (una genial Meryl Streep) es una mujer acaudalada de alta sociedad, que sufraga muchas entidades neoyorquinas para fomentar la cultura musical ("El club Verdi" es un buen ejemplo del centro social de Nueva York), además de actos benéficos para sus país que detallo en spoiler, así como otras consideraciones. Florence es una mujer madura con conciencia social pero le vence su anhelado sueño... Ser una gran diva del "Belle canto", una quimera que le resultará cruel y despiadada, sufriendo la mofa por su estrafalaria vena artística. No estamos ante una comedia irreverente y mordaz, se trata de una tragicomedia esperpéntica, un drama patético e hiriente donde la hipocresía y el cinismo muestran la mezquindad de una determinada clase social. Una historia emocionante y conmovedora, tristemente humana de un personaje adorablemente mediocre. Florence ama la música por encima de todo, es una enamorada de la ópera pero carece de aptitudes que su entorno pretende disimular interesadamente por dinero, ella se deja llevar ingenuamente por ese sueño que no le permite ver la realidad.

Tener la vitola de ser la peor soprano de la historia, servía a muchos de sus espectadores para saciar un morbo lascivo que podía convertirse en una cruel carcajada. El hecho de vender multitud de discos muestra la delgada línea que separa lo ridículo de lo glorioso y la esquizofrenia de un público moldeable. Hasta su estoico pianista (excelente Simon Helberg) terminará aceptando la candidez de su filantrópica diva, pese a su lacerante ingenuidad y nefasta aportación artística. Aunque todo su círculo íntimo son parásitos que viven de su fortuna, procuran formar un escudo que proteja con cariño y ternura a su fuente de ingresos. Nadie como ella destrozó con tanta pasión la sublime aria de "La reina de la noche", Mozart se revolvería en su tumba ante tal despropósito pero, quizás la perdonara por sus buenas intenciones de popularizar su última y más enigmática ópera, "La flauta mágica", un claro tributo a la masonería. Película recomendable para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad porque Florence nos llega al alma, su mirada perdida nos conmueve hasta perdonar su osadía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
EL ALBATROS
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20 de enero de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias al uso desmedido de las selfies y demás publicaciones que a diario bombardean las redes sociales, la autocomplacencia y la búsqueda de aceptación parecen ser fenómenos que caracterizan a los tiempos actuales; no obstante, la realidad es que estos vicios han existido durante toda la historia de la humanidad. Como si fuera corolario del famoso cuento de Hans Christian Andersen “El traje nuevo del emperador”, surge Florence Foster Jenkins, un personaje bastante peculiar cuya historia, aunque inverosímil, resulta ser verídica a pesar de que bien hubiera podido salir de la mente de algún famoso cuentista.

Hija de un acaudalado abogado, Florece Foster decidió desde pequeña dedicar su vida a la música, a pesar de la desaprobación de su padre. Al haberse truncado su carrera como pianista profesional debido a una lesión en la mano, la aspirante a artista se empeñó en continuar en el mundo de la música, esta vez como soprano. Gracias a una herencia que a final de cuentas logró obtener, la cantante tuvo la posibilidad de continuar con su carrera artística, presentándose ante diversas audiencias hasta llegar a actuar en el mismísimo Carnegie Hall. Sin embargo, la historia tiene una particularidad: Florence Foster tenía una de las voces más desagradables que se han escuchado en el mundo de la música y sus funciones eran un éxito rotundo debido a las gestiones que su segundo marido, St. Claire Bayfield realizaba para sobornar a espectadores y críticos con el fin de mantener la farsa en pie y evitar el desencanto de una excéntrica mujer cuyo amor por la música fue lo que la mantuvo con vida durante muchos años, a pesar de los males de salud que le aquejaban.

Es esta pues una historia verídica llevada al cine de forma excelente por el director Stephen Frears (Philomena) quien, basándose en el libro biográfico de Nicholas Martin titulado “Florence Foster Jenkins: The Inspiring True Story of the World’s Worst Singer”, retrata atinadamente en su largometraje a personajes reales, guiados por sus propias pasiones e intereses. En un magnífico marco que refleja fielmente el ambiente neoyorquino de los años cuarenta, el espectador conocerá a fondo a Florence Foster, una excéntrica celebridad que vivía en su propio mundo, aquel fabricado gracias a su fortuna y a la astucia de su marido. Asimismo, St. Claire aparece como un oportunista, amante de la buena vida y dispuesto a hacer lo que sea con tal de satisfacer los deseos de su esposa para así seguir gozando de los privilegios y placeres que el dinero de su pareja le puede comprar. Asimismo, se encuentra Cosmé McMoon, un pianista principiante que no dudará en aprovechar la situación junto con una serie de músicos, aduladores y supuestos amigos oportunistas que estarán dispuestos a seguir el juego de Florence con tal de seguir disfrutando de su fortuna.

No obstante lo anterior, la cinta no sería un éxito sin la presencia de Meryl Streep, quien realiza un trabajo impecable en el papel de Florence Foster, demostrando que la magnitud de su talento le da incluso para imitar las desentonadas notas registradas en las grabaciones de la curiosa cantante. La interpretación de Streep es tan convincente, que incluso es capaz de provocar que el mismo espectador se sienta culpable al final por haberse burlado de los cantos de la protagonista durante toda la cinta. Por otra parte, Hugh Grant (Four Weddings and a Funeral, Notting Hill) regresa a la gran pantalla para demostrar que todavía es capaz de encarnar a personajes complejos de forma excelente. Por último, cabe destacar la grata sorpresa que supone la actuación de Simon Helberg (quien interpreta a Howard en la serie de televisión The Big Bang Theory), quien como Cosmé McMoon se destapa como un actor más serio y de grandes facultades.

De esta forma, se trata de una película muy bien realizada y dotada de una fuerte dosis de humanidad, mostarndo que la vida real no es perfecta, no existen héroes o villanos en toda la dimensión de la palabra, sino personajes ambivalentes a los cuales es imposible juzgar yéndose por los extremos. Florence Foster Jenkins es uno de esos casos, si bien pudiera ser objeto de admiración por nunca cejar en sus intentos y dedicación para dedicarse a la música, también es criticable el hecho de que con dinero se puede conseguir prácticamente cualquier cosa: incluso cantar en el Carnegie Hall. Sin duda, se trata de una cinta bastante recomendable para disfrutar, reflexionar e incluso reír.

Calificación: TÚ DECIDES.
Más reseñas en https://wraparty.wordpress.com
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wraparty
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