El puente sobre el río Kwai

Película galardonada con 7 Oscar, entre ellos los principales, película, director (David Lean), actor principal (Guinness), actor de reparto, y entre otros el obvio de fotografía y a la mejor banda sonora, de todos conocida con el sonoro y prolongado silbido mientras desfilan los hombres.

A pesar de sus numerosos oscars, no es una película de 10 para nada, ni una obra maestra, ni mucho menos.

Dos partes claras la diferencian, ambas protagonizadas por Alec Guinness en uno de sus mejores trabajos sin duda; la primera donde pasea su obstinación y su orgullo insano de oficial inglés no dudando en poner en peligro la vida de sus hombres y la propia porque el también obstinado coronel japonés del campo no acata los Acuerdos de Ginebra sobre prisioneros de guerra.

La segunda, cuando atacado por el "Síndrome de Estocolmo", construye como es debido el puente y va contra todo sus deberes como oficial e incluso contra el bienestar de sus propios hombres, y sobre todo contra su propio honor por su insano orgullo de haberlo construido, aunque le cueste la vida una vez más.

A pesar de ello, y de que quizás se hace demasiado larga siguiendo las aventuras y desventuras de William Holden, es una notable película que debería estar siempre en nuestras videotecas. Un 8.

He visto varias veces esta película y la verdad es que siempre me ha gustado. Se trata de una película que es todo un icono del cine bélico y eso que no se ve nada guerra; pero su historia y sus personajes cuentan con una gran fuerza que encandilan.
La historia nos retrata un campo de concentración japonés en la II Guerra Mundial donde están arrestados diferentes militares en su mayoría ingleses. Todos están obligados a construir un puente para que el ferrocarril atraviese el río Kwai. Pero la actitud del general oriental choca contra la del coronel inglés que no está dispuesto a saltarse normas internacionales. Entonces se plantea un conflicto en el que participan todos los soldados tanto directa como indirectamente con el único punto afectado del puente. Mientras, la guerra sigue fuera de esa jungla que encierra a ese campo de concentración; al que intentan llegar varios soldados para acabar con ese puente y poder liberar a sus compañeros ingleses.
La película engancha desde el minuto uno hasta el final. Sin lugar a dudas uno de los puntos más interesantes son los personajes. Como están creados ofreciendo a unos soldados que son inflexibles para que se respeten sus mínimos derechos; pero que luego van evolucionando hasta un punto que uno no sabe quien está en un bando aliado y quien no. U otros soldados que se descubren cobardes pero que también evolucionan para ser los encargados de llevar misiones arriesgadas.
Esas evoluciones de los personajes es de lo que más llama la atención; y que uno descubre que el conflicto bélico no está fuera sino dentro de cada uno. Un conflicto que surge gracias a la construcción de un puente que poco a poco va formando parte de sus vidas.
Por otro lado, el film cuenta con unos brillantes efectos especiales para la época. Y es que uno puede apreciar que nada está hecho por maquetas; y que todo el trabajo de decorados es increíble. Realmente se construye un puente que atraviesa el río, y eso pocas veces se ha visto en el cine.
Pero hablar de esta película es hablar de su famosa melodía que todo el mundo conocemos y que alguna vez hemos tarareado. El silbido que tocan los soldados cada vez que marchan es mundialmente reconocible aunque no se haya visto jamás esta película.
En fin, "El puente sobre el río Kwai" es una gran película que sobrevive muy bien al paso de los años. Un film que engancha durante sus dos horas y media de duración gracias a una gran historia y a unos personajes creados con una gran fuerza y potencial.

Lean sumó demasiados minutos para realizar esta película de gran tufillo patriótico y/o propagandístico. El que no sabe antes de meterle mano a "El puente sobre el río Kwai" que se trata de una ficción total es porque apenas ha ojeado nada de Historia de la IIªGM, así que a mí no me sirve de mucho una crítica que encuentre que es irreal y que así no sucedió nunca, eso, amiguitos, ya se sabe desde el principio. Lo mismo que cualquier otra historia de ficción de cualquier otro tipo. Lo que sí es lamentable es que se exalte al pueblo británico de esta manera, ellos son los que saben hacer puentes y los japoneses no, ellos son mejores ingenieros, etc... a parte de que no sea cierto ya es algo difícil de pasar por alto.

Pese a todo ello, que ya se sabe desde el principio, como cinta bélica entretiene, el que busca acción la encontrará durante esas más de dos horas de metraje, y lo que William Holden resta con su personaje estúpido, lo suman, y con creces, Alec Guinness y el jefe japonés. Dos locos, eso es lo que son, más que dos militares (si es que no fuera lo mismo realmente) que al final tienen su merecido. Por lo que sé se dejaron una pasta en producir la película así que teniendo en cuenta que sólo habían pasado 12 años desde el final de la guerra es normal que les saliera así de nacionalista, lo típico de la época. El que más a gusto se queda es Alec Guiness con su victoria moral al salir del agujero y los vítores y el manteo de sus soldados.

Obligatoria para los amantes del género pero tampoco es para revisionarla sin parar o para recomendarla mucho. Sobran minutos, tal como es.

Si me diesen un euro por cada vez que alguien me ha dicho que no conoce esta película, pero si reconoce al instante su banda sonora, ya habría pagado con creces la hipoteca de mi casa.

A pesar que desde mi humilde opinión de aporreador de teclas en esta web, El puente sobre el río Kwai no es la mejor película del director David Lean, reconozco que la suelo ver bastante a menudo porque me encanta. Sin dudas la historia no gira sobre un hecho que aconteció de forma real, aunque mucho de lo que en ella se cuenta si. El puente Kwai existe realmente y he disfrutado bastante leyendo sobre este asunto.

Pero vayamos al grano, desde un principio la película tuvo su mal inicio, desde las dificultosas localizaciones para grabar, hasta la construcción del dichoso puente que se vino abajo o el descalabro de la escena del tren, pero todo comenzó mucho antes, desde el primer momento que los guionistas pusieron la primera letra sobre el papel, ya que ambos guionistas estaban en la famosa lista negra de la Caza de brujas y no fueron premiados en primera persona con el Oscar de la Academia por tal motivo, cosa que acabó con el autor de la novela como premiado. Pero este a su vez no estaba feliz, porque en la película le habían cambiado el final que era lo realmente grandioso bajo su punto de vista de su excelente trabajo.

Si me centro en la película bajo el rigor histórico bélico de la época, hay cosas que efectivamente concuerdan con la realidad, como que los altos mandos japoneses obligasen a los mandos militares prisioneros a trabajar, pero de ahí a ver lo light de su reacción va un mundo. Los japoneses eran sádicos y asesinos y no respetaban las normas sobre estos asuntos y quien no obedecía era ejecutado inmediatamente, sin pestañear. Nada de meterte en un cuarto al sol y esos castigos que vemos en la película de Lean. Incluso bajo amenaza de ser invadidos por el enemigo, tenían la orden de acabar con la vida de todos los prisioneros. Aquí solo vemos esto reflejado a la hora de los trabajos físicos, todo lo demás se aleja bastante de la realidad y es una pena, porque los ingredientes eran los perfectos para ver algo que nos transportase a principios de los 40.

La cuestión a la que hacía hincapié el autor de la novela, no era precisamente al trato recibido bajo el cautiverio, sino al orgullo británico por demostrar a los japoneses que ellos estaban muy por encima en todos los sentidos de sus captores, llevando este asunto hasta el dilema final que no desvelaré para no fastidiar a aquellos que no hayan disfrutado de dicha película.

Lo dicho, a pesar de que podría ser mejor, la sigo considerando una grandísima película.

Buaaaa, esto sí es una gran película merecedora de un Oscar a mejor película, me ha encantado.

La he visto sin saber de qué iba, a pesar de haber oído nombrarla mil veces (y conocer el silbido de la canción desde pequeño) y eso me ha hecho disfrutarla muchísimo más.

El duelo psicológico inicial entre coroneles es bestial, Alec Guinness hace un papel maravilloso y te gana desde el principio, la transformación de su personaje a lo largo de la película es sublime... y el final de la historia es una delicia, solo por este personaje ya merece la pena la película.

Pero esa transformación se ve en los tres personajes principales, y quizás se echa en falta que se ahonde un poco más en el conflicto interno del coronel Saito y en su situación tras verse superado por la cabezonería del coronel inglés, ahí había algo más de chicha que se podía haber sacado.

El soldado americano también sufre su catarsis interna, pero, aunque su historia es fundamental para el desarrollo y desenlace de la película, es el personaje que menos me atrajo de la película.

La fotografía, el puente, la forma de contar la historia que te atrapa, todo me gustó mucho... la única pega es que quizás se alargó un poco más de la cuenta hacia el final, pero tampoco mucho, pero si que quizás había unos minutos que se podían haber aprovechado para ahondar más en Saito, pero bueno, fue algo mínimo.

Lo dicho, peliculón.

Seguimos viaje.

Un saludo.