Bestia

Survival con león comehombres, la belleza del paisaje surafricano y el inagotable carisma de Idris Elba. ¿Qué puede fallar? Un hombre vuela con sus dos hijas a Suráfrica, hogar de su fallecida esposa. Es su periplo por el lugar son acosados por un león enloquecido por la matanza de su manada.

Es una propuesta para un sábado por la tarde de palomitas, pero que no alcanza el placer culpable gracias a lo apuntado en la primera línea de esta reseña. Son ingredientes suficientes que dejan en un segundo plano la pobreza del guión y lo irritantes que a veces son las niñas. Sharlto Copley es otro pilar más que aporta sobriedad y buen hacer en un producto que, en otras manos y con otros mimbres, sería carne de telefilm cutre. No puede faltar la trama sentimental que, afortunadamente, ocupa poco tiempo en pantalla. Aunque lo poco que ocupa te rompe un poco las pelotas.

Hay que dejar a un lado el cerebro, eso sí, y tolerar que un animal se pueda comportar como una persona. Planea estrategias y hace seguimientos minuciosos para, al minuto siguiente, no detectar a su víctima a menos de un metro de distancia, por el puro afán de ofrecer escenas tensas. El CGI del león es moderadamente solvente, y solo canta en una o dos escenas generales, siendo más consistente en planos cortos. Elba no es el héroe al uso, y hace una buena composición de ser humano con fallas que no tiene otra que recomponerse y luchar para sobrevivir. No es inolvidable pero tampoco es deplorable.

Nuestro guardián de las puertas de Asgard ha pasado a padre de familia y a luchar con un león chutado de esteroides, porque de verdad que no me explico como después de todo lo que le hacen el bicho tiene más aguante que una panda de osos durmiendo una siesta en pleno invierno.
La película de hora y medía se dedica a perseguir al padre y las 2 hijas para ver si se los zampa, dejando a su paso más peña muerta que Rambo en una escaramuza.
No tiene más que contar, para pasar un ratito entretenido mientras destripas unas palomitas que hacen menos daño que los colmillos de este mamífero.
Hasta la próxima crítica con humor.

Partamos de la base de que no es una mala película. Igualmente no será recordada. Tiene un ritmo relativamente bueno, pero con altibajos, escenas que no vienen demasiado al caso o giros de guión metidos con calzador. Aún así, no es una mala película. Puede (seguro) que gran parte de las críticas positivas se deban a que Idris Elba es Idris Elba, y aunque una película sea mala, si está él en el reparto, gana automáticamente 3 puntos. En esta película pasa algo parecido. Si no estuviera él, todos diríamos que es una película aburrida y con actuaciones mejorables (excepto el actor Sharlto Copley, que da vida al tío Martin). El problema de esta película reside principalmente en su trama, la cual te deja un poco "frío". ¿Un león que olvida su instinto de supervivencia y se convierte en un asesino sanguinario?... Igual hay formas mejores de enfocar una historia así, como por ejemplo (y siempre desde mi punto de vista) "Los demonios de la noche" (1996) de Stephen Hopkins. Vale que la trama no es exactamente igual, pero si muy semejante. No la suspendo, en absoluto, pero no es una película que querrás ver varias veces para enseñársela a amigos que no la hayan visto. Y si no la ves, tampoco te habrás perdido nada que recordar toda tu vida. Pero si decides verla, vas a pasar un buen rato, ya que sus "solo" 90 minutos de metraje juegan a su favor.

Pues la verdad es que no me habían hablado muy bien de ésta película y yo me lo he pasado genial viéndola. Súper agradecido de las localizaciones donde se ha rodado, una auténtica maravilla de la naturaleza, al igual que la cantidad de fauna que se ve.

El doctor Nate Samuels pasa por un momento bajo de moral, su esposa ha fallecido recientemente y no mantiene una relación muy buena con su hija mayor, a pesar de eso decide hacer un viaje a Sudáfrica a mostrarle a sus hijas el lugar donde nació su madre. Allí vive un gran amigo suyo.

Lo que comienza siendo un gran paseo en un safari, comienza a complicarse gravemente cuando unos cazadores furtivos matan a una manada de leones y dejan a uno vivo, cuya única misión a partir de ese momento es quitar la vida a todo aquello que se encuentre por delante.

Baltasar Kormákur acierta en muchas cosas, el elenco de actores es muy bueno, trabajar con niños dicen que es un coñazo y normalmente me parecen que sobre actúan, las dos niñas me parecen un gran acierto, muy naturales y sin pasarse de listas en las diferentes situaciones, lo que hace todo mucho más creíble. Idris Elba cada vez lo veo más suelto en cualquier papel que caiga en sus manos.

Por otro lado sabe jugar a mantener continuamente los ojos del espectador en la pantalla, no sólo manteniendo la tensión durante gran parte del metraje, sino también aprovecha la situación dentro del vehículo para añadirle el plus de la claustrofobia. Mis felicitaciones.

Las escenas con los leones están muy bien rodadas, odio que se note mucho los efectos especiales diseñados por ordenador. Luego hay escenas poco creíbles que me las voy a ahorrar para no hacer spoiler y que es mejor que descubran por ustedes mismos.

En resumen, muy entretenida película de acción.

Hace 20 años vi una película llamada LOS DIABLOS DE LA NOCHE con Val Kilmer que podríamos encuadrar en la temática de películas africanas con cazadores, subgénero con leones y desglosando más el asunto, con leones asesinos. Me gustó, de hecho me pareció muy superior a esta otra que nos ocupa.

Aunque en estos tiempos culpabilizar a un león de matar sea, muy probablemente, políticamente incorrecto, algo que el director islandés, el siempre interesante Baltasar Kormákur comprende y se apresura a explicarnos en su película: el león no es malo por naturaleza son los hombres malvados, en este caso furtivos sin escrúpulos, los que le llevan a comportarse como un depredador. Se le olvida a Kormákur que el león se supone que per se ya es un depredador.

En fin, dejando a un lado este tiempo de corrección política y cinematográfica (los protagonistas son negros, por supuesto, pero no por estar en África, vienen de NY) la película basa todo en resultar emocionante. Para ello sacrifica el guión, lleno de contradicciones y que en muchos tramos de la película hace que ésta resulte increíble, sacrifica la historia y basa todo en la acción continua, el susto o la amenaza del mismo y un tempo trepidante pero cansino para el espectador.

La fotografía es buena pero podía haberse aprovechado más, dados los paisajes en los que transcurre la trama, aunque es quizás lo que mejor se utiliza por parte del director. Los personajes, en cambio, están mal diseñados y peor explicados, no interesa la historia personal del protagonista, un perdido Idris Elba al que no le va el papel de padre y médico atormentado.

En fin, una película de sobremesa que no se sabe si quiere ser de terror o bien quedarse en epopeya de aventuras africanas. Tanto da, se ve y se olvida, para qué discutir de dónde encuadrarla.