The Shield: Al margen de la ley (Serie de TV)

Al menos hasta que vea "The Wire", lo es. Lo dejo entre interrogaciones por el qué diré, pero de momento, es lo que digo.

Piloto esencial. Final de piloto brutal. A partir de ahí, montaña rusa de emociones, implicaciones, devaneos, corrupción, drogas, calle, cámara al hombro, imagen con grano, 50% independiente/50% comercial. Interpretaciones creíbles y siempre brutales; protagonistas suficientes, van sobrados todos, con equilibrio, mucha acción, la dosis justa de verosimilitud... en fin, todo. Acabas la séptima temporada fastidiado porque se termina, y lo bueno termina aunque queda la duda de si debería terminar: nunca se hace larga, nunca defrauda, y la subida de la tercera, cuarta y sobre todo quinta temporada es alucinante. Los finales de las temporadas (particularmente el de la segunda y el de la quinta) son sensacionales, te dejan extasiado y a la vez con ganas de mucho más. Roto, noqueado, desquiciado... "The Shield" presenta un nivel de intensidad realmente elevado.

Presenta las complejidades justas, por otra parte. No es "Los soprano" o "A dos metros bajo tierra", en ese sentido. Tampoco es de trama adrenalínica tipo "24". Es otra cosa, quizás todas a la vez. Aparentemente existe gente que no ve ningún significado en esa serie, ni ninguna profundidad; la considera "otra serie más de policías". Yo sin embargo le veo todo lo que me gusta de las series que enganchan y además la densidad del día a día de una pandilla de criminales, en ambos lados de la ley. Es muy notable en ese sentido; muy equilibrada. Esa densidad es la rutina, y en este caso la rutina es dura, desagradable y bastante cruda.

Lo que hace "The Shield" especial es su elenco de protagonistas, el desarrollo de la historia, la música, el principio y final de los capítulos, el carisma de sus actores, y el guión, siempre bien hilvanado, medido y creíble. Todo tiene sentido en esta historia donde las bondades y las maldades tienen siempre sus matices. Logra su propósito de entretener (la empresa es Sony me parece recordar) y al mismo tiempo consigue algo mucho más difícil: tener un equilibrio sostenido durante 7 temporadas, a razón de entre 10, 13 o 15 capítulos por sesión, de más de 40 minutos, es decir, no es convencional en ese sentido. No es una serie más de Sony TV, ni de AXN, ni de la FOX. Tiene su parte sureña, su parte paleta, su parte del Los Ángeles más despiadado, inabarcable y salvaje. La música merecería un punto y aparte: Johnny Cash, Alice In Chains, Steve Earle, Smashing Pumpkins, Dwight Yoakam... demonios, incluso Coldplay suenan grandes aquí. Y muchos más nombres, y muchas situaciones, muchos personajes, muchos momentos de grandeza. Altísimamente recomendable, por no decir imprescindible.

Os propongo esta buena serie sobre la policía corrupta. Más concretamente sobre la vida del detective Vic Mackey (un enorme, Michael Chiklis) nos narra todos los trapos sucios de la policía, nos muestra como actua el detective Vic Mackey, aunque sus métodos no sean los mejores, consigue grandes resultados. El resto del reparto, muy correcto. Tenemos algunos "amigos" del buen detective Vic Mackey, y por otro lado a un comisario desesperado por la corrupción que tiene en su propia comisaría. Eso sí, algun poli honrado queda, pues no todos son corruptos. Serie con muy buen ritmo, grandes dosis de acción, y también algo de drama y romance. No se arrepentirán de esta buena serie, pues engancha desde el principio. En total consta de 7 temporadas (89 episodios). Disfruten de las buenas series de Tv.

The Shield es una de las mejores series de policías que ha dado la televisión; posee, entre otras virtudes, un inicio potente y un desenlace redondo, de los que dejan con la boca abierta. Ambientada en una comisaría ubicada en el distrito más violento de Los Ángeles, narra las desventuras del grupo de asalto formado por Vic Mackey y los suyos, quienes no dudan en aplicar métodos expeditivos para calmar las calles, apartándose de la ley, sacando tajada del negocio de la droga, hundiéndose más y más en el fango, temporada a temporada, cruzando todos los límites.

Pero The Shield no es sólo la historia de unos polis corruptos, sino también la de la honrada Claudette, enfrentada a menudo a sus superiores; la del eficiente detective Dutch, obsesionado con los asesinos en serie; la de Aceveda, un comisario con ambiciones políticas; la de los agentes Dannie y Julien, que tratan de poner en orden sus vidas mientras intentan progresar en su carrera. Es la historia de esos barrios marginales, dominados por las bandas, donde se suceden los tiroteos y las luchas de poder. También la de mi personaje favorito, el inspector Billings, el tipo más vago del cuerpo, un hombre que sólo sueña con jubilarse y cobrar su pensión.

Vic Mackey no es el típico villano. Tiene aristas, punzadas de mala conciencia. Y, por encima de todo, es un enamorado del trabajo; la cantidad de energía que despliega durante su jornada laboral es encomiable. A eso hay que sumarle los disgustos que le da la familia, los problemas con Shane (ese desastre absoluto que va de cagada en cagada), los continuos conflictos para los que ha de encontrar soluciones rápidas, el peligro que afronta a diario, el arrojo que muestra siempre. En muchos sentidos, Mackey despierta admiración.

Rodada con cámara al hombro, The Shield gana interés según transcurren los capítulos. Hay tramas absorbentes, como la del dinero de los armenios, y las interpretaciones son de diez, entre las cuales destacaría a Walton Goggins, dando profundidad a un ser despreciable. Todas las temporadas rayan a gran altura, aunque personalmente me quedo con la quinta, que cuenta con la presencia estelar de Forest Whitaker, y la séptima, en la que se pone un broche de oro a esta serie excepcional.

Pudo haber sido memorable, eternamente recordable. Y lo terminó siendo. The Shield supo mantener en vilo al espectador a lo largo de siete temporadas con solo mover la cámara de aquí para allá, zooms que se alejaban o se acercaban...y un coro de personajes entrañable.

Son los personajes los que sostienen The Shield, y se podrían resumir como un triángulo : un grupo de asalto brutal; una pareja de detectives con un timming hipnótico y un dúo de policias que patrullan las calles aportando "historias de color".

El grupo de asalto se centra en Vick, los demás son sus satélites, se le acercan o se alejan de acuerdo al momento pero siempre orbitan en torno a él. También son el núcleo duro de la trama, todo empieza y termina a raíz de lo que ellos generan. De una forma u otra toda La Cuadra depende de sus acciones. La trama, a su vez, los elige como columna vertebral de la serie.

Después está una detective con don de mando que nunca está en el poder pero siempre opera desde allí. Es la justicia en estado puro, inflexible, innegociable. A su lado está Dutch, el Sherlock Holmes de la serie y la contracara de Vick. Vick no puede parar, siempre va hacia adelante y arrastra a todos consigo. Dutch es el cerebro que, en medio de una oficina estática, tan solo piensa, concluye sus ideas y direcciona las investigaciones. Si Vick es el brazo armado de la ley; Dutch es la mirada y la mente que todo lo registra.

El último eslabón del triángulo lo conforman, primero, una policia y un gay condicionado por su religión. Luego se sumará una lady al paso. Ellos son la comparsa, entran y salen de la serie aportando chispas de frescura.

Centrándonos por último en la serie como totalidad: The Shield siempre sabe a que juega, tensa y afloja los hilos. Abre y cierra puertas, a mi gusto demasiadas puertas. No me cabe duda de que la serie se estiró un poco. Luego de la cuarta temporada ya las cartas estaban sobre la mesa, y se seguían abriendo sub historias que ya se decantaban como relleno. A mi gusto, le sobra una temporada, ustedes decidan cual pero de seguro está entre la tercera y la cuarta. No hablo de suprimirla, sino de trasladar hechos, rearmar el puzzle de otra manera para eliminar sobrantes.

Esto no quita que me haya quedado con un sabor de boca ultra-hiper- positivo. The Shield sienta las bases de como debe ser un policial puro y duro, un noir camuflado, bah.

The Shield es grande, muy grande. Una serie que rompe las reglas, que deja aparcada la diplomacia, que se olvida de hacer el típico retrato de buenos contra malos, que te revuelve las entrañas con la dudosa moralidad de lo todo cuanto sucede...

El protagonista, Vic Mackey (brillantemente interpretado por Michael Chiklis), dirige un grupo de asalto que siempre actúa bordeando la legalidad. Torturas, asesinatos, palizas, invención de pruebas, todo vale para hacer cumplir la Ley... su Ley! En la misma comisaria de Farmington, L.A., trabajan otros secundarios, como el capitán Aceveda, Dutch, o Claudette Wyms, excelentemente construidos por los guionistas, complejos, humanos. Y es que bueno, lo que se dice bueno, no lo es ni el apuntador, en The Shield. No hay blanco ni negro, todo son grises, más o menos intensos, y ahí radica la grandeza de esta serie.

En cuanto a la realización, tiene un tono pseudodocumental, la cámara es eléctrica, nerviosa, lo cual da un toque de realismo aún mayor a la serie. Y si así es la realidad, ¡pañados estamos!

Personalmente, en determinados momentos me llego a sentir mal ver que me gusta tanto esta serie, pero es que The Shield es un buen chute de adrenalina y, como toda droga, cuanto más la ves, más la necesitas. Ya he visto las 4 primeras temporadas, y no puedo esperar a ver la 5a. Vic eres grande, muy grande!