Cacería implacable

Como su mismo protagonista, ésta es una película mentirosa: crees estar viendo una cosa sólo para una hora después de salir de la sala, cuando ya es demasiado tarde, darte cuenta de que era algo totalmente distinto.

Mientras estás sentado piensas: qué peliculón, qué trama, los nórdicos éstos además de ser altos, guapos, ricos y tener Estado del Bienestar hacen pelis buenísimas... Incluso le darías el Óscar a ese pequeño Christopher Walken.
Pero tras toda borrachera llega la resaca. En este caso en forma de análisis pausado de camino a casa con tu pareja, justo antes de dormir o desayunando al día siguiente. Y la trama que antes era genial ahora está cogida con alfileres, situaciones antes creíbles ahora son inverosímiles...
Pero da igual, porque ya has perdido la cartera (el cuadro sería más apropiado ene ste caso), y no hay comisaría donde denunciar.

Pese a todo, vas a disfrutar viéndola, y la plausible decepción va a llegar después del chute de adrenalina que te va a proporcionar. Sin ser la obra de arte que durante unas horas creerás que es, no podemos hablar de una mala película.

La peli arranca en clave de cine negro. Estoy viendo un thriller, piensas tú para ti. Pero al rato todo se vuelve raro, estrafalario, cochambroso incluso, no sé… estoy viendo el show de Benny Hill, piensas de nuevo para ti, sólo falta el enano calvo, ah no, ¡está!

Pero qué thriller ni qué polaina, esto tiene de intriga lo que yo de alcachofa. Es una comedia. Pero como aquí no entendemos bien el humor noruego, los de la distribuidora se liaron y pusieron thriller. Error.

El señor protagonista es un adefesio bastante grimoso, casado con Miss Escandinavia, que se dedica al hurto mayor, el de obras de arte, para tener contenta a su despampanante señora, no vaya a preferir largarse con otro tío que no de asco, como él. Pero claro, no todo es como parece. El prota, mismo, al principio parece un tiburón, pero en realidad es un payaso.

La huida en el tractor es lo más festivo del cine europeo de la última década. Un thriller más marchoso que el de Michael Jackson.

Esta película cuenta con los buenos elementos del cine de acción estadounidense, una muy buena dirección, una bien equilibrada faceta dramática y una agilidad en general bien lograda; además tiene la solidez en el guión del buen cine europeo y actuaciones correctas aunque el guión no de para grandes interpretaciones.

El problema está en algunos diálogos poco realistas que remiten a los clichés hollywoodenses y situaciones, que si bien están sustentadas, se antojan algo forzadas ya sea para lograr más espectacularidad o hacer la historia más atrapante.

El final es totalmente convencional y deja la sensación de no haber visto algo realmente original, aún así no deja de ser una película efectiva y emocionante.

Estaba tranquilamente en mi casa cuando un amigo me dijo de hacer algo, a lo que dije que vale y quedamos. Decidimos ir al cine para hacer algo, a esa hora solo había dos sesiones, la de "Prometheus", que a pesar de que me picaba la curiosidad, sabía que no valía la pena pagar ocho euros y medio para verla, y luego estaba "El legado de Bourne", de la cual he visto su anterior triología, pero no quería defraudarme viendo solamente acción sin ninguna clase de entusiasmo, así que decidimos esperar a la siguiente sesión, donde habiendo varias opciones a elegir, mi amigo quería ir a ver "Abraham Lincoln: Cazador de vampiros" (mi amigo no es demasiado cinéfilo, que digamos), mientras que, de entre las opciones que había, yo me decantaba más bien por un discreto thriller noruego, finalmente le convencí para ir a ver "Headhunters". Sin contarnos a nosotros dos, solo había una pareja en toda la sala, sinceramente, me sentí avergonzado, avergonzado de que solo hubiera cuatro personas en esa sala mientras en "Abraham Lincoln: Cazador de vampiros" habrían por lo menos treinta personas.

No tenía expectativas muy altas, con un thriller pasable y tópico ya me comformaba, pero me sorprendió de inicio la música con un pequeño prólogo, divertido y cínico que consiguió animarme un poco, sin duda fue una sorpresa encontrar en este discreto thriller europeo no solamente entretenimiento, sino una talentosa evasiva de tópicos (en general) que te mantenía en constante tensión por la aparente sencillez de la trama, iba sorprensiéndome con chispazos de humor negro, de violencia y de desnudos, poco usuales pero sin duda potentes. También me encontré con un elenco de actores que cumplían su papel con creces (gran actuación de Aksey Hennie, con un considerable parecido a Cristopher Walken, con aires de Steve Buscemi) con un desarrollo de la trama que no puedes esperarte en un principio. Una pequeña aunque talentosa película a la altura (incluso superior) de cualquier thriller de Hollywood.

Empieza francamente bien: un personaje listillo, que cae en las garras de un tipo bastante más peligroso que él. Y todo se le complica y al pobre protagonista no sabe de donde le vienen los tiros. Situación propia de las películas del maestro del suspense. El problema es cuando el guión se va olvidando del leitmotiv que origina las persecuciones, el robo y falsificación de obras de arte, para convertirse en una especie de "mito Bourne" pero con una justificación que no hay por donde agarrar. Y el protagonista corre y corre, y el malo es cada vez peor, y las mujeres (esposa y amante) se cambian el rol habitual y la muerte pisa los talones en cada escena. Desternillante el papel de los dos orondos policias gemelos.