Harry Potter y las reliquias de la muerte I

Soy fan de Harry Potter desde sus inicios. De pequeño, iba encantado a ver sus películas, y realmente me gustaban. Últimamente, han ido en picado. En las últimas, cada vez había más y más diferencias con el libro, hecho que no me agradaba. Hoy, todo cambió. Merecía la pena esperar. La película está bien hecha, buen guión y el transcurso de la historia es notable.
Buena actuación por parte de todos, muy creíble.
No se comen nada importante.
No me decepcionó en absoluto. Ahora a rezar para que la segunda parte sea aún mejor!
Ese 10 que le doy, es por la grata sorpresa con la que salí de la sala

Pues es así, solo aquellos que, grandes o pequeños, han acompañado a Potter durante siete libros comprenderán la grandeza de este film, que ha sabido dar una representación fiel a la mitad emocional del libro. Parte en la que se muestra la oscuridad que ya cargan los protagonistas en sus corazones. Pocas adaptaciones basadas en novelas han sabido reflejar al detalle cada escena del libro, y no estaría de más que algún director siguiera su ejemplo.

Una película que te lleva de la mano por tus emociones, en la que ríes, lloras y sientes la misma tensión, angustia y desesperación de los personajes. Una película que se vive desde el minuto uno.

Si Harry Potter sólo ha sido para tí una saga para niños que nunca te ha llamado la atención, no busques que ahora cuando llegue el desenlace final te sorprenda o te llegue al corazón, pues aunque veas a estos niños que ya no son tan niños sufrir y enfrentarse a retos mayores, para tí sólo serán los niños magos de esa saga que tanto dinero a recaudado. El que disfrutará esta película es el que conoce a Harry, Ron, Hermione y toda la familia, porque todos son para nosotros una gran familia.

Si te gusta Harry Potter, ésta, es la película que estabas esperando. Y lo mejor, es que aún queda más.

Como seguidora fiel de la saga literaria, le doy un diez, pues aunque las otras películas no llegaron a representar totalmente las ideas que los libros mostraban, mucho más oscuros y con un toque más adulto incluso, esta película es sencillamente el libro mismo.

Pues inocentemente pensaba yo que, con casi cinco horas disponibles de metraje, a los guionistas les podría dar por hacerlo medianamente bien y proveernos de una historia entendible no sólo para los especialistas en la materia. Hay ciertas cosas comprensibles en la irregular saga cinematográfica de Harry Potter (que únicamente pasará a la historia por sus logros económicos), libros muy largos con centenares de personajes con algo que decir y decenas de tramas secundarias que de ser sobresalientemente adaptadas a la pantalla se harían con muchísimas horas más de las que el espectador medio pudiera aguantar. Los recortes, mal que nos pese a los fans, son necesarios.
Y recortes así quedaron medianamente bien en "El prisionero de Azkaban" o "El cáliz de fuego", donde pese a la supresión de muchos aspectos de los libros había una historia entendible en líneas generales. Luego vino el fiasco de "La orden del fénix" (libro más largo-película más corta), y la remontada con "El misterio del príncipe". Y ahora llega la última, dividida en dos partes no por ser lo más fiel al libro posible (como se empeñan en decir sus responsables), sino en... bueno, ya nos lo imaginamos.
La película, por tanto, es malísima (no alcanzando el grado de podredumbre de "La orden del fénix", eso sí) en general, con algún par de momentos muy bien resueltos que rápidamente son aplastados por la siguiente escena mediocre. Los diálogos son terribles en su práctica totalidad, dejando todo a medio explicar y recitados siempre como con prisa antes de la próxima escena de acción (que nunca es nada del otro mundo, tampoco). Únicamente se salvan los citados momentos fugaces y el diseño artístico (constante en su calidad), brillando entre tanta oscuridad y tanta mierda.
Así las cosas, no le recomendaría esta película a nadie, pero nadie me hará caso. Las películas de Harry Potter son acontecimientos sociales de primer orden, y también yo, por muy cabreado que me haya dejado, iré a ver la última entrega. Y la jugada le saldrá redonda a los de Hollywood, aunque, ¿alguno albergaba dudas sobre ello?

Dumbledore, el mago más brillante probablemente en siglos, cerró los ojos para siempre dejando a la amenazada comunidad mágica tan terriblemente huérfana, tan sola en medio de una guerra de proporciones que se agigantan hora tras hora, que ya no parece posible encontrar una luz que guíe los pasos trémulos de los que pelean contra el mal.
Todo parece ahora tan inútil, tan frustrante, tan perdido, ahora que ese genio de cerebro preclaro y enorme corazón se ha marchado y descansa bajo su tumba blanca en los arrebatadores parajes de su hogar, Hogwarts.
El panorama es tan lúgubre bajo el caos desatado, con Voldemort imponiendo su ley del terror desde el Ministerio de Magia, desde los medios de comunicación como la prensa, enviando a sus esbirros a divertirse torturando, cazando a los muggles y sangre sucia como en aquellas redadas en las que se atrapaba a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial para conducirlos al exterminio… Harry es el Indeseable Número 1, en busca y captura. Los adeptos del Niño que Sobrevivió están cercados por todos los flancos, luchando contra una oscuridad pegajosa y espesa.
Sin embargo, Dumbledore no abandonó a su suerte a los seres a los que quería, ni a nadie que lanzara un grito de socorro. Hasta en los momentos más crudos tendió un hilo de esperanza, de fe, dejando las pistas para que los que continuaban pudieran encontrar el camino.
Y ese camino oculto se presenta para Harry, Ron y Hermione como un objeto sin identificar que podría estar en cualquier parte. Tan evasivo como esos horrocruxes que Harry no tiene la menor idea de cómo diantres localizar. Sumando al galimatías el hecho nada consolador de que desconoce por completo cuáles son los tres objetos restantes por buscar, que contienen trozos del alma de su némesis. Aparte del anillo de los Gaunt, del diario de Tom Riddle (ya destruidos) y del guardapelo del que sólo tienen una réplica falsa, ni una pista.
Ahora los tres tendrán que librar una batalla que, por si no fuera bastante con temer constantemente por las vidas de sus familiares y amigos y por el destino de muchos inocentes, así como esquivar a las cohortes malignas cuyo objetivo es localizar a su codiciado prófugo número uno, incluirá un elemento de agotamiento psicológico tan devastador, que sus temples van a sufrir una inexorable puesta a prueba. Cuando las semanas transcurran en una fuga perpetua, sin detenerse demasiado en el mismo sitio, sin tener noticias de los demás que se quedan luchando por su cuenta frente al peligro mortal, sin tener ni la más remota noción de qué es lo siguiente que hay que hacer, qué horrocruxes hay que buscar, y el modo de dar con su paradero… Surgirá un nuevo enemigo: el desgaste.

La película me ha gustado, tenía acción, un poco de comedia y de aventura...

Mi única objeción es que se han saltado cosas del libro que para mi eran importantes.

Pero si no habeis visto aun la película y no habeis leido el libro os gustará la película.

Àlex (12 años)