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Theo y Hugo, París 5:59

Drama En un club de sexo, los cuerpos de Theo y Hugo se encuentran y se mezclan en un apasionado abrazo. Más allá de la furia del deseo y la emoción de ese primer momento, los dos jóvenes, sobrios ya en las calles vacías de vida del París nocturno, se enfrentan a su amor en ciernes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezamos con una escena de sexo dentro de un cuarto oscuro, un establecimiento destinado a encuentros sexuales abiertos y desenfrenados entre hombres, donde solo se ven cuerpos desnudos alumbrados por luces que pintan su piel de rojo y azul, los colores de la bandera de Francia, país caracterizado por un cine transgresor, vanguardista y provocador, aquí produciendo una larga e intensa vorágine de instintivos deseos, que en un ambiente casi onírico se ve irrumpida por un asalto al corazón entre dos jóvenes participantes de la orgía que a primera vista son presa del amor y en una actitud casi hipnotizada se entregan a la carnalidad como si el mundo al rededor desapareciera, para después salir de ese idílico sueño a la realidad, lo que resulta ser París de madrugada, silencioso testigo del cúmulo de emociones que nuestros protagonistas experimentarán al saber que acaban de tener sexo de riesgo sin protección.

La película se desarrolla en tiempo real. La conversación, las confesiones y los reclamos son lo que sostienen las secuencias, la acción es poca y todo resulta sumamente sencillo, de manera que los silencios y los momentos de aparente inactividad son recurrentes, sin embargo, no hay escena en que alguna ligera tensión, un ocasional sentimiento, una palabra ahogada o un giro de actitud no esté presente, volviendo a esta una película muy humana que sin ninguna fórmula especial hace un ensayo sobre las relaciones, sobre el primer encuentro y sí, sobre el amor, que aunque manejado con un romanticismo cursi descarado, es tocado con absoluta transparencia, sin sentimentalismo manipulador ni golpes bajos, una cualidad acrecentada por la extrema naturalidad de las actuaciones, a cargo de actores amateur, reclutados por los directores a través de Facebook y cuya carencia de escuela formal es visible a la vez que afortunada dado el tono de una obra que como punto fuerte tiene la capacidad de contagiar de esas emociones reales, puras y transparentes, sin un pelo de dramatización artificial, lo cual además hace que el otro gran tema que plantea, pueda ser tomado con realismo y seriedad, y este es el SIDA.

El SIDA aquí es tratado desde un enfoque libre de la satanización y la sensibilería comunes, muy ubicado en los tiempos actuales, por momentos con cierta intención didáctica y en otro como elemento clave en la tónica emocional que los personajes cargan a lo largo de su vagar y divagar por París, haciendo notable que una enfermedad que suele inspirar inicialmente miedo, aquí es un factor de unión y fortaleza.

No obstante su sencillez, austeridad y linealidad, la dirección de cámaras es bastante cuidadosa además de que se aprovechan muy bien los escenarios y toda la puesta en escena resulta bella y de sólida realización.

Aunque al final se cae en el toque “feel good”, nunca se pierde la frescura de los personajes y al contrario, su carisma y empatía hacen del tópico algo necesario.
mikealeks
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15 de julio de 2016
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película igual de vacía que sus personajes, donde se repasan algunos de los principales tópicos del mundo gay y del amor más aburridamente convencional.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jimenezbravo
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19 de julio de 2016
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estas semanas que han llegado a la cartelera española películas que cuentan historias de homosexuales, uno de los títulos a tener en cuenta es la última película dirigida por Olivier Ducastel y Jacques Martineau, que debutaron en 1998 con Jeanne y el chico formidable", directores que fueron pareja y que han seguido trabajando juntos aunque ya no lo son. Un hombre de mediana edad entra en el sótano de un club gay donde muchos hombres practican sexo. Uno de ellos es un joven rubio con el pelo rizado que se fija en un hombre de pelo negro que está con otro. El primer beso que se dan despierta algo en los dos que hace que tengan una relación sexual en la que vemos un flechazo entre ambos cuando los dos están de pie. Así, el inicio del filme transcurre con esas prácticas sexuales sin apenas diálogos y los dos se enamoran mientras hacen el amor. Después, los dos salen del lugar y empiezan a conocerse caminando y yendo en bicicleta por las calles de París en madrugada. Théo, el rubio, se entera por Hugo, de pelo negro, que tiene el virus del VIH aunque sea indetectable. Tiene que ir al hospital y desde el primer momento, Hugo le da su ayuda y apoyo. La película está realizada con un tiempo real y el de la historia que van de la mano, el espectador asiste al nacimiento de una historia de amor romántica con un problema que les llevará a estar unidos, como es el SIDA, tema que ya estaba en la ópera prima de los directores. Además, aparte de conocer un poco a los dos protagonistas, aparecen otros personajes brevemente que aportan aspectos como la guerra en Siria o la situación laboral. Además, la película filmó delante de las cafeterías donde tuvieron lugar los atentados de noviembre de 2015. Los actores Geoffrey Couet como Theo y François Nambot como Hugo, de experiencia teatral, demuestran naturalidad y química entre ellos. Mientras Hugo muestra más su cariño por el otro, Théo se deja más querer, aunque desde el principio ambos se atraen más allá de lo normal. Es cierto que a veces los diálogos son muy explicativos sobre el tratamiento de alguien infectado por el VIH pero el personaje de Théo no conoce cómo funciona, está aturdido y se entienden las explicaciones. El filme fue premiado con el premio del público en el festival de Berlín de este año. El cine LGTB muestra en los últimos años una tendencia más realista y naturalista a las relaciones entre homosexuales y "Théo y Hugo", más allá de desnudos, felaciones y demás que puede recordar a "La vida de Adèle", es uno de los mejores filmes que he visto sobre este tipo de historias.

Valoración: 8
Lo mejor: La historia de amor profunda que hay detrás del encuentro carnal entre los amantes.
Lo peor: deja con ganas de seguir a los personajes.

http://josh-cine.blogspot.com.es/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joe Diaz
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30 de noviembre de 2016
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema, para mi gusto, es que el director no conoce la elipsis entre otras cosas que explicare. Con lo que se hace aburrida. Además, el comienzo es tan explicito que si hubiese sido una película entre un hombre y una mujer así, todo el mundo habría dicho, que si hacía falta tanto sexo y tan explicito. A mí se sobra bastante.

El encuentro de ellos, me parece muy mal llevado, me saca completamente de la película, no es real. Como cuando miran directamente a cámara.

Cuando van andando por la calle sin hablar, cuando van en bici, o por el interior de un edificio sin hablar, ¿hace falta verlo? ¿Es imprescindible ver les andar solos? ¿Para qué se invento la elipsis?

Ellos están muy bien, los dos. Y es una historia muy bonita, aunque no entiendo esos momentos de salida de tono, las cosas se hablan y ya está. Parecen dos enamorados realmente, que se acaban de conocer y van a pasar el resto de sus vidas juntos.

Tiene una fotografía bonita, doy por hecho que rodar de noche ha ayudado mucho.

La dirección, aparte de la de actores, no es ninguna maravilla. Una de sus tareas es no aburrir y no lo consigue, no digamos de la puesta en escena y la cámara.

En resumen, si no hubiese perdido tanto tiempo inútil, aunque hubiese sido más corta la película habría ganado muchos puntos. Y siendo menos explícita, como le pido a cualquier película, también habría mejorado.
Andres Camara
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29 de abril de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos jóvenes se encuentran y enamoran en un club nocturno gay, donde tener sexo entre ellos a la vista de todos, forma parte de la normalidad del lugar. Tienen una relación sexual pasional, muy caliente y con mucha ternura a la vez, lo que provoca que después de finalizar la faena, quieran salir juntos del lugar y seguir conociéndose.
Ese paseo de madrugada por las calles de la bella París, charlando cada uno de su vida, tiene un quiebre emocional fuerte, cuando uno de ellos le dice al otro, que se había olvidado de ponerse un condón, lo que hace entrar en pánico al otro sabiendo que él es portador del virus del sida.
A partir de aquí la peli entra en un deambular sobre miedos, incertidumbres, preocupaciones y un sin fín de pensamientos que tienen los protagonistas a raíz del hecho de tener sexo sin protección y con el tema "sida" sobrevolando siempre.
Con un principio excedido para mi gusto de escenas de sexo explícito, que solo provoca el regodeo de los amantes del cine porno gay, aunque muy bien filmadas, le quita espacio al desarrollo de la trama y hace una primera parte monótona sin sentido.
Los actuaciones son buenas, los dos actores principales cumplen bien con su papel y transmiten con credibilidad los vaivenes de esta pareja gay que se conoce en esa noche de sexo y amor parisino.
Entretiene, se deja ver, le falta más desarrollo y capacidad para atrapar más al espectador, solo muestra sexo explícito y poco más.
Carolina
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