Enter the Void

Un engendro intragable dilatado hasta el hartazgo, que la va de cine experimental psicodélico y termina por convertirse en una pésima y pesada broma visual. Del argumento mejor ni hablar: en los primeros minutos ya sabes lo que pasará y lo peor de todo, como concluirá el film porque el "genio" del director se empeña en explicarlo con el tan mentado "Libro Tibetano de los Muertos" y para colmo desanda todo el argumento que explicitó al comienzo, lo que hace redundante a la propia redundancia.
Daba nomás para un corto ó un mediometraje que con el manejo de los efectos de cámara subjetiva podría haberse convertido en "algo" interesante y original.

Recuerdo que hace varias décadas surgió el movimiento psicodélico, en el que perfectamente podría encuadrase esta lúcida película sin sentido.

Si no llego a leer la trama en esta página, no hubiera entendido que deseaba contarme... deslumbrado por tanto foco desenfocado, cuarto de baño mugriento, barras de striper y neones.

Se me hizo larga... fíjate tú... y eso que solo dura dos horas treinta y cinco minutos con cinco segundos. Creo que me hago mayor y ya solo me gusta el cine que me cuenta un historia bien contada, donde la coherencia y la narrativa visual sea lo que me entregue. Estoy raro... yo.

Se dice de un actor sobreactúa cuando exagera tanto sus gestos y sus palabras que lo hacen poco creíble.
Anoche tuve la desgracia de ver esta película entera. Bueno, realmente tengo que confesar que los momentos de luces parpadeantes estilo Pokemon tuve que cerrar los ojos porque aquello resultaba realmente molesto.
Esto aparte, la película empieza de manera interesante. Hasta la mitad más o menos se hace soportable, pero es entonces, en el punto de inflexión de la película, cuando ya sabes cuál va a ser el desenlace, así que te limitas a esperarlo durante una hora de tedio, en que el director sobreactúa, valga el símil, con planos cenitales cansinos y luces cada vez más irritantes.

La presentación y el viaje inicial son de lo mejor que he visto nunca. El estilo visual es único, las interpretaciones a gran nivel y la atmósfera muy conseguida; la magnitud de la ciudad, su agobiante geometría, la basura, la nada. La película, como decía, empieza que parece que va a ser una de las grandes obras maestras of all times, pero de repente empieza a diluirse y a centrarse en aspectos sin ningún interés. El amigo Noé parece no enterarse de que con una sesión estroboscópica es suficiente, y te las acaba metiendo hasta en la sopa. La película mezcla momentos de una belleza impactante, con otros absurdamente banales.

Al final, es mucho más que evidente que al metraje le sobran unos 40 o 45 minutos, desperdiciados en repetirse una y otra vez en los mismos detalles ad nauseam. La obsesión por el sexo no tendría por que importarme si se confrontara de manera coherente con el argumento, pero es que me da la sensación de que al tío este lo que le gusta es la plasticidad de una escena en la que una tía lo único que hace es chuparle la polla a un japonés.

Eso sí, el final te da un portazo en la boca, y te llena.

Conclusión: una maravilla visual, y un experimento que todo el mundo debería al menos ver. Lástima de esos 40 minutos de la basura que seguro que van a hacer que a muchos se les atragante demasiado.

Desde luego, no deja indiferente.

Vale, todo lo que queráis, la mayor parte del tiempo que aguanté la peli me estuve preguntando: ¿cómo $&% habrán filmado eso? Desde luego es impresionante el uso de la cámara. No solo eso, la conjunción de imagen real con efectos que desde el principio nos trasladan sensaciones realmente alucinógenas solo a través de los sentidos de la vista y el oido. Muy loable y me quito el sombrero.

Dicho esto, la técnica no quita que la experiencia sea un maldito calvario. Experimental, sí. Pero el viaje en la montaña rusa mola durante un rato. Después me quiero bajar, porque ya marea. Sobre todo si la historia que me cuentan empieza a rozar la pedantería primero y más tarde el aburrimiento. A ritmo -de nuevo- de montaña rusa desbocada y en primera persona.

Menos mal que hay unas cuantas escenas de sexo bastante explícitas que molan bastante y ayudan a pasar el rato. Por cierto que las chicas están todas bien buenas. Especial el cásting que hizo el director de las tetas. Justo cuando estaba pensando "jol, vaya fetiche que tiene este director por las tetas" va uno de los actores y dice: "Me encanta fumar, me recuerda a chupar el pezón de mi madre. La mejor mierda del mundo" (cita aproximada). Digo, con un tio tan obsesionado con los pezones no me extraña que la historia trate de sentimientos edípicos reprimidos. Ahora, de ahí a la reencarnación hay un trecho muy largo. Puede que funcione, pero chicos, no aguanto el viaje. Me dio fatiguita.