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El gran calavera

Comedia Ramiro es un viudo rico y aficionado a la bebida que se deja explotar por sus hijos Virginia y Eduardo, por su hermano Ladislao, que es un vago, y por su cuñada Milagros. Su hermano Gregorio, desesperado ante esta situación, decide hacerle creer que está arruinado y que su familia debe trabajar si quiere sobrevivir... (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
24 de mayo de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que buena es la comedia cuando nace de la crítica, sin duda el género que ha sido más afectado con la falta de originalidad y la tendencia a la pereza mental tanto del los autores, como del gran público. La verdad es que la única comedia que se recuerda en el tiempo es la que nace de la crítica y la sátira de la realidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
bananarock
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28 de diciembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más comerciales y menos personales de Buñuel, aquí no hay gallinas, no hay primeros planos de pies o piernas de mujer, aunque si está ese humor mala leche, mezclado con melodrama, igual como dije no es del todo Buñuel, ya que El gran Calavera es una de las escasas veces en su filmografía que no participó en el guión, aunque en este si estuvo, quién fuera su principal colaborador en México, Luis Alcoriza, por lo que si bien la historia está hecha para el lucimiento de los hermanos Soler, que además de ser los protagonistas son a la vez los productores de la película.
La historia en sí no cuenta nada nuevo, ni siquiera el tema era original en la época, ya que desde el cine mudo se vienen haciendo comedias sobre ricos que se vuelven pobres, y tiene que aprender lo que tiene verdadero valor en la vida.
Pero lo interesante acá, es como cuentan eso, con unos diálogos excelente, para eso Alcoriza siempre fue ducho, al igual que un muy buen ritmo, y también destacar la parodia que hace a los radio-teatros.
Aunque claro, no es 100 % Buñuel, es una historia decente y ya.
Manuel
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9 de noviembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A quien solo ve Buñuel como el surrealista o el “raro” le extrañará esta brillante y divertida comedia, basada en una obra teatral de Adolfo Torrado, que Buñuel aprovecha de forma magistral.
Grandes interpretaciones de Fernando Soler, Rosario Granados, los hermanos Rojo y en realidad todos.
Un guión maravillosamente hilvanado y un interés creciente hasta el final. Chispeantes diálogos.
Buñuel comentó que con esta película aprendió a hacer cine “normal”, empleó esta palabra cuando lo cuenta en sus Memorias, Mi último suspiro.
Buñuel odiaba que lo encasillara en un género o en una tendencia. Tocó muchos palos y esto es un ejemplo ejemplar más.
yoparam
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22 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran Calavera, es una película dirigida por Luis Buñuel en 1949. Después de la experiencia surrealista, la experimentación, la sátira, el documental, o el romance, Buñuel se atreverse con la comedia partiendo del guión de Raquel y Luis Alcoriza sobre la obra de Adolfo Torrado, donde los protagonistas absolutos son los allegados consanguíneos para crear situaciones de auténtica debacle de la sensatez en una familia donde los aprovechados diligentes se convierten en ventajistas de la situación en la que el deprimido Ramiro de la Mata (Fernando Soler) se encuentra.

Mediante el interesante aporte en la fotografía de Ezequiel Carrasco, la escenografía de Luis Moya y la música de Manuel Esperón, Buñuel nos muestra las miserias de un deprimido profundo frente a su querida familia: Eduardo de la Mata (Gustavo Rojo) es el hijo malcriado que cree en la riqueza como elemento de coacción ajena; Ladislao de la Mata (Andrés Soler), es hermano de Ramiro, aprovechado que no duda en saquear el descuido emocional para mantener sin escrúpulos la práctica con su adorada filosofía del quietismo; Milagros (Maruja Grifell) es la esposa hipocondríaca de Ladislao, siempre quejosa por cuenta del bolsillo de Ramiro… ¡claro!

Finalmente nos queda Virginia de la Mata (Rosario Granados), cuyo único interés es casarse con Alfredo (Luis Alcoriza) ganado además una Suegra (María Luisa Serrano). La manipulación emocional, la falsa necesidad material y el uso de lo insustancial en los personajes domina sin problemas la voluntad de nuestro protagonista a quien le da igual todo convirtiéndose en un hombre sin juicio y juerguista entregado a la diversión fácil y el derroche, pasando por situaciones complicadas para las que todavía le queda algo de sensatez frente al aprovechado cazador de dotes y su querida mamá creando situaciones sociales que rozan lo esperpéntico.

Ampliando la espiral de los protagonistas, Buñuel pone en escena al sensato Gregorio de la Mata, hermano de Ramiro, representando con fidelidad el rol de ángel salvador al ser reclamado por Alfonso (Antonio Bravo) socio de Ramiro poniéndole al tanto de la situación que les lleva a todos a una serie de acontecimientos que hace intervenir a Pablo (Rubén Rojo), un vecino que ayudará a recuperar la sensatez que un día dejó de lado nuestro protagonista, situación inesperada para los acomodados familiares de la abundancia ajena, incluido Juan el mayordomo (Antonio Monsell).

El giro de los acontecimientos se produce gracias a una situación límite que vive Ramón llevándolo a plantearse asuntos que afectarán de pleno el futuro inmediato donde los aprovechados cazados, se las tienen que ver con la inesperada nueva situación familiar, en la que los acomodos y los cheques a tutiplén no tienen cabida por lo que el patriarca Ramiro tratará de recuperar la estabilidad familiar y la mejor solución para la felicidad de su hija Virginia, un entuerto donde todos juegan y todos, o casi, ganan.
avanti
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10 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Luis Buñuel. Un millonario viudo enfrenta una depresión que lleva a su familia a vivir entre las clases populares de México. Se nutre de múltiples giros en el argumento.

Por Nicolás Bianchi

Esta película es la última de Buñuel antes de filmar Los olvidados (1950), donde se exhibe una mirada cruda y filosa sobre las diferencias sociales en México. En cambio, en este caso el tono elegido es el de comedia. Se trata de un relato clásico para esta época que combina algunas escenas disparatadas y varios gags con un trasfondo de melodrama.

En primer lugar, el protagonista es un millonario viudo y deprimido que está completamente entregado al alcohol. Con respecto a esto, el empresario Ramiro de la Mata (Fernando Soler) bebe día y noche sin prestar atención a sus negocios ni a su familia. Mientras tanto, distintos personajes se aprovechan de esta situación y viven a su costa sin trabajar.

El entorno de Ramiro está formado por sujetos como su hermano Ladislao (Andrés Soler), un vago profesional que directamente considera indigno el trabajo. Su mujer, la cuñada del protagonista, es Milagros (Maruja Griffel). Esta mujer finge distintas enfermedades y afecciones que le impiden cualquier tipo de actividad. A su vez, los hijos del protagonista tienen objetivos muy concretos. El varón Eduardo (Gustavo Rojo) anuncia que abandona la universidad para vivir licenciosamente, con el visto bueno de su padre, mientras que Virginia (Rosario Granados) busca casarse para ser una gran señora que continúe con la estirpe familiar.

En relación con esto último, este deseo provee a la película del componente melodramático que, de alguna manera, funciona como un hilo conductor. En primer lugar, Virginia decide intentar cerrar su boda con Alfredo (Luis Alcoriza), pero su padre, completamente borracho, dinamita sus planes. Es que Ramiro cree que este pretendiente solo busca a su hija por dinero. Esto incluye un running gag sumamente efectivo sobre la madre de Alfredo, una señora con bigote que es objeto de burlas permanentes.

Luego de esta situación, Ramiro colapsa y queda en coma. Entonces, su otro hermano Gregorio (Francisco Jambrina) aparece en escena con un plan algo retorcido: una vez que Ramiro se despierta todos lo engañan diciéndole que ha pasado un año. En ese interín, la familia, supuestamente, ha perdido todos sus recursos. Por este motivo, se han mudado a un departamento en un barrio popular (algo así como un conventillo). Allí los problemas de estos personajes se tensionan y, varias veces, engañadores y engañados cambian sus roles.

En cuanto a la presentación de los personajes, los habitantes de esta nueva vivienda, provenientes de clases populares, se muestran atentos y solidarios. De hecho, Virginia encuentra nuevo candidato: Pablo (Rubén Rojo). Este hombre tiene una pequeña camioneta que usa para hacer publicidad de distintos negocios con un megáfono. Al revés que los otros, luce lleno de energía y recursos para conseguir su sustento.

Si bien los ricos no son decididamente malvados, sí son presentados como personas frívolas y haraganas. Salvo Ramiro, que cuenta con el aliciente de su viudez, son todos parásitos. El gran Calavera es la última incursión de Buñuel en el cine comercial antes de retomar su carrera como autor. El film resulta ligero pero divertido. Sin presentar nada novedoso logra construir una historia sólida y dinámica.

Está en YouTube. Contacto: [email protected]
El Golo Cine
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