¿Quién dice que es fácil?

Acostumbrada como está una a que el cine argentino nos regale verdaderas joyitas, servidora se ha llevado tremenda desilusión con esta película fallida, sosa y mala, en definitiva, que nos presenta Juan Taratuto. Lo mejor sín duda de ella es su protagonista principal, un atractivo diego Peretti, actor muy reconocido en su país y al que yo aún no tenía el gusto de conocer, y que me ha precido, de lejos, lo más interesante y motivador de esta película. Su personaje es desesperante pero creo que Peretti le saca todo lo que hay por sacar. No puedo decir lo mismo de su pareja aquí, una Carolina Peleritti quién tras tener unos inicios como modelo ha decidido tomar la senda de la actuación y se está haciendo un hueco en el panorama interpretativo de su país. Me ha parecido una actriz muy mediocre, sinceramente, habrá que verla en otras actuaciones. Sorprendentemente, tenemos representación española de nuestro cine por partida doble. Por un lado, la televisiva Laura Pamplona, muy conocida por su participación en la primera temporada de la serie "Aquí no hay quién viva" y por otro lado Guillermo Toledo, quién últimamante está más preocupado por temas políticos con su defensa de saharahuis que por hacer buen cine. Ninguno de los dos se salvan de la quema aquí, sus personajes son directamente deplorablemente desarrollados. En fín, no podría recomendarla, sólo a fanáticos del cine de nuestros amigos argentinos.

No, definitivamente no lo es. No porque sea complicada, ni siquiera porque encierre un mensaje o valor oculto que haya que desentrañar.

No lo es, sencillamente porque es una película lenta que sobrepasa el límite del aburrimiento, haciéndola en ocasiones incluso soporífera.

Da la sensación de que sobran minutos, de que se alarga innecesariamente para mostrar algo que podría contarse con la mitad de tiempo. Más de la mitad de la película pasa sin relevancia alguna y casi parece de relleno.

Si esa misma idea la hubieran usado para un corto de unos 10 minutos, aún se podría ver.

Había una oferta de películas en la tienda. Muy entusiasmado, tenía que elegir 4 películas. Elegí La vida es bella, Cartas de Iroshima, Seduciendo a un extraño y finalmente vi ¿Quién dice que es fácil?. Una comedia argentina ¡genial! Recordé Luna de avellaneda, y hasta Nueve reinas. Oh... pero, está Peretti! El grande de los simuladores! Mejor todavía! Al llegar a casa, fue la primera que puse esperando un momento muy agradable....
A medida que iba pasando la peli me digo .."Menos mal que estaba solo" Cualquiera pensaría que una película así era apta para topdo público, no lo es. No es apta para niños, no es apta para personas que tengan a Peretti como alguien estimado, no es apta para mucha gente... en fin, no es apta para nadie. No hablo del contenido adulto sino de un atropello al buen gusto del televidente, con un argumento insostenible y unas reacciones de los personajes poco (muy poco) creíbles. Despúes de verla (sí, la vi toda para evaluarla completamente) la tiré a la basura...

No, si fácil no es. Yo todavía estoy intentando entender por un lado lo de comedia y por otro lo de romántica, y lo hago por separado porque juntos ni me lo planteo.

Vaya por delante que tengo cierta debilidad por Diego Peretti, que como actor de comedia me da mucho más que la media pero, no sé, al final de la película me quedé igual que al terminar el partido de la final de baloncesto entre España y Rusia… ¿qué ha pasado aquí? ¿por qué no hemos ganado…teniendo este equipazo? Pues igual, con esta historia…¿Por qué no me he reído…teniendo a Peretti? La explicación que le encuentro es la situación que se plantea de treintañero pasadito, acostumbrado a vivir solo, acomodado en sus rarezas, sus manías, sus excentricidades, con una visión cuadriculada del mundo, e impermeable a cualquier tipo de cambio como consecuencia de una personalidad temerosa e insegura, seduciendo o dejándose seducir por a una mujer de 8 sobre 10. Resulta de entrada chocante máxime si atendemos a que esta mujer de bandera es una persona tremendamente liberal, acostumbrada a la inestabilidad en el amor, el trabajo, la residencia, para la que todo lo nuevo ha de ser probado y si no gusta portazo. Vamos, que no le encuentro (porque además en ningún momento de la película queda claramente reflejado) dónde surge la chispa; es algo muy forzado, no hay espontaneidad. Ella es la típica vecina de los deseos prohibidos y él es el típico vecino coñazo al que hasta evitas cruzarte. ¿Por qué se enamoran? Es más ¿por qué se esfuerzan en enamorarse? Que no, que yo comparto la teoría de House: “los cuatros casan con los cuatros y los sietes con los sietes…”. Y si no es romántica, menos aún resulta graciosa por lo mismo. El personaje de Peretti resulta tan anacrónico y repelente que nada de lo que dice o hace te cae bien. Y ella, es el otro extremo, tan “guay” (para quién pueda verlo así, yo la definiría como cabra loca sin rumbo) que se supone debe cambiar la concepción del mundo para Peretti y, supongo, para todos aquellos que pensamos que después de mover la pierna derecha, si quieres seguir andando, entonces debes mover ahora la izquierda.

Normalmente, cuando se plantean estas luchas amorosas de belleza frente a simpatía o gracia, la bella debe de algún modo conseguir que todos nos enamoremos de ella (no solo hay cuerpo) y el gracioso debe conseguir que todas piensen “yo aceptaría una cita con este simpático tío para cenar”. Estos dos, lejos de lograr estas metas, más bien producen los sentimientos contrarios.

Más de 1 punto de mi 6 en la votación reconozco que es fruto de un cierto fanatismo.

Queda muy lejosde las últimas estupendas películas del cine argentino, que seguían la estela de "El hijo de la novia".
Una decepción, puesto que esperaba que mantuviera ese nivel.
La encuentro más comparable a españolas recientes, como la malísima segunda parte de "El otro lado de la cama". Como en estas, en los temas tratados destaca más lo "salidillo" que lo profundo. Esta película mejora bastante el producto similar español.
Las interpretaciones son correctas y algunos personajes tienen su lado tierno. También me gusta ver y "oír" Argentina.