Lo dejo cuando quiera

En ese revoltijo que es el mundo de la comedia nacional y donde lo más habitual es la mediocridad y el autoplagio, este filme destaca por gamberrismo y lúcido sentido del ritmo y el gag. Las interpretaciones son de quitarse el sombrero, con un trío protagonista en estado de gracia. Verdaguer, Blanco y Sevilla bordan sus papeles y ofrecen momentos divertidos e incluso desternillantes. Castaño y Salamanca están decentes, pero el gran rol de la película es la de Ernesto Alterio en el papel del bizarro capo Tacho Laguna. Para disfrutar

Remake de la película italiana del 2014 "Smetto quando voglio"(Lo dejo cuando quiero) y tengo que decir que después de ver las dos cintas, la versión española es muchísimo más divertida que la italiana.
Es una comedia gamberra con un trío protagonista más que aceptable, David Verdaguer, Ernesto Sevilla y Carlos Santos componen unos personajes la mar de graciosos, acompañados por el trío femenino que no se queda atrás Cristina Castaño, Amaia Salamanca y Miren Ibarguren, pero una mención especial es el rocambolesco "malo" de la película interpretado por un Ernesto Alterio irreconocible.
Carlos Therón adapta perfectamente esta idea que recuerda claramente a la serie "Breaking Bad" trasladandola a un trío de empollones muy pringados que se quejan de haber desperdiciado su juventud estudiando para al final no conseguir nada. Uno de ellos inventa una droga que provoca todo tipo de alucinaciones y euforia y claro está deciden hacerse traficantes.
La sucesión de gags acertados es muy alta por lo que consigues pasar un rato de lo más divertido, consiguiendo una comedia muy redonda.
Destino Arrakis.com

Lentamente, como salida de la nada, este filme español se mantiene en la parte alta de la taquilla (aguantando el envite de Vengadores: Endgame) con firmeza y gracias al boca a boca de los espectadores, que son, definitivamente, los que tienen la última palabra. Yo mismo he sido reticente a la hora de ir a verla, pero las buenas críticas profesionales y las de la gente de a pie me ha empujado a hacerlo. Y no me arrepiento.
Es una película estupenda para pasar un gran rato, e incluso es merecedora de volverse a ver merced a un ágil desarrollo que sabe explotar la vis cómica de sus actores, que son en parte los culpables del éxito de la cinta. Desde el primero hasta el último participante en esta comedia logra pasarlo bien haciéndola, algo que se puede notar en la pantalla, y están muy cómodos en sus respectivos papeles: David Verdaguer (10000 KM, Verano 1993), Carlos Santos (El Hombre de las Mil Caras), Ernesto Sevilla (Tenemos que Hablar), Miren Ibarguren (Aída, Fe de Etarras), Amaia Salamanca (Fuga de Cerebros) o un desatado y espléndido Ernesto Alterio (Perfectos Desconocidos, Narcos: México). Esta gran armonía en el elenco es culpa quizás de su director, Carlos Therón (Es por tu Bien), que sabe manejarse en la comedia como pez en el agua y logra con ésta, su mejor película hasta la fecha.
Es también una mirada crítica a la sociedad española de los últimos años, en la que personas con estudios se ven abocados a trabajos por debajo de sus posibilidades o directamente al paro. También es una cinta sobre la amistad, el amor bien recibido y la búsqueda de la autoestima perdida. Es sencilla, pero tiene sus valores velados entre la comedia gamberra llena de divertidos gags y slapstick típicos del cine cómico de los últimos años.

Al grano - no he visto el original, pero que me aspen si el film que nos ocupa no está muy lejos de ciertos largos interpretados por el trío Sudekis/Day/Bateman - hay algunos montajes que huelen a comedia made in USA del 21 a varios kilómetros, oiga -- pero el resto - pues un trabajo sólido- pese a tanto chiste, la trama está enfilada (cortesía de los efectivos guionistas del largo, que hicieron años ha PROMOCIÓN ANTASMA) y la cosa se pasa volante. ¿Y los intérpretes? Pues bastante bien, oigan - Verdaguer es el aceptable anclaje emotivo de la peli, Santos hace el tontaina con fruición y Sevilla se las apaña para convertir en graciosos sus diálogos.

Y sí - la cosa es by-the-numbers y no arriesga. Pero se mira cara a cara con la comedia hecha en EEUU hoy en día. Que es la mayor fábrica de cine comercial del mundo, caray.

Sólo al principio hay un atisbo, ligero, de que aquello puede fructificar: Cuando se plantea la situación de los tan mencionados y tan poco atendidos “bien preparados” españoles que no encuentran modo de desempeñar las habilidades aprendidas en su país y para tener una vida digan tienen que emigrar.
Después la historia se desmorona, se llena de topicazos y todo suena a trillado y a descuidado. Esta dinámica llega al colmo cuando en la historia aparece el mismo decano que en el “Matadero” zamorano, el thriller ibérico de reciente emisión en la televisión. Mismo personaje, mismo actor y mismo final.
“Matadero” era una mezcla del “Fargo” de los Coen y el “Breaking Bad” televisivo, que tenía cierta gracia y más para mí que soy zamorano, pero ni tenía la originalidad de la primera, ni la amargura soterrada y potencia visual de la segunda, ni las interpretaciones de ninguna de las dos, siendo un remake ramplón. Así que “Lo dejo cuando quiera” que es una especie de remake de remake, uno se puede hacer una idea.
Además de estar llena de actores que cuando los ves ya sabes de qué palo va la película. Actores tan encasillados que son una casilla y van de grabación en grabación con el mismo personaje del brazo.
Película totalmente prescindible.
La gente ya empieza a estar aburrida. Se veía en las caras al salir de la sala.