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Rashomon

Intriga. Drama Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único ... [+]
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Críticas 122
Críticas ordenadas por utilidad
13 de mayo de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veamos, esta es la única película de Kurosawa que he podido ver entera si bien tengo más que quiero ver. De todas formas os dejo con mis impresiones.
Director; sin duda este es uno de los mejores directores de cine a nivel mundial junto al incomparable Bergman. En la película se suceden planos de personas normales pero pone su sello en cada uno de ellos consiguiendo momentos realmente expresivos aunque no digan nada.
Guión; buen guión que diferencia bien a cada personaje por cómo habla y que además contiene frases muy buenas.
Actores; nos encontramos ante actores grandiosos que llegan a emocionar. El protagonista es simplemente uno de los mejores actores que he visto nunca y creo que borda su papel.
Argumento; trata sentimientos muy humanos como los celos y el odio genialmente entrelazados y consigue pintar un relato muy parecido a la mismísima vida.
Conlusión; película imprescindible que debe ser vista por todo el que diga que le gusta el cine. El blanco y negro le da un aire artístico que la película agradece y está rodeado por actores francamente excelentes, desde la pareja recién casada hasta el protagonista y por supuesto los tres amigos que cuentan cada uno su versión de lo sucedido. También es una película centrada en el guión y al director, sólo le hace falta cinco o seis personajes para hacer un retrato de la sociedad. Nada de burdos personajes que no sirven para nada, aquí todos sirven incluso las voces en off que juzgan al protagonista. Buena filosofía la de Kurosawa en esta película, sencillez y aprovechar lo que tiene apoyándose en un guión genial.
Misterchess
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16 de abril de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Japón, siglo XII. Tres personajes (un leñador, un monje y un peregrino) se resguardan de la lluvia en las ruinas del templo de Rashomon. Los dos primeros han asistido a un juicio, en el que se quería dilucidar la posible implicación de un ladrón (Toshiro Mifune) en un caso de violación de una mujer (Machiko Kyo) y el posterior asesinato del marido de ésta (Masayuki Mori).

El leñador (Takashi Shimura) insiste en señalar que todos los directamente implicados en el caso han mentido; el monje (Minoru Chiaki), por su parte, se muesta apesadumbrado ante la maldad de los hombres; el peregrino (Noriko Honma), se muestra impasible ante los hechos relatados y los considera habituales entre los hombres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pintusian
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4 de setiembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerada la primera obra maestra de Akira Kurosawa, Rashomon es un film de 1950 ganadora de la mejor película de habla no inglesa en la edición de los Oscar de 1952, donde además consiguió la nominación a la mejor dirección artística, curioso teniendo en cuenta que se desarrolla en contadas localizaciones, aunque no por ello desacertadas. Basada en la combinación de dos relatos cortos de Ryunosuke Akutagawa (que no he leído), está protagonizada por actores habituales del cine de su director como Toshiro Mifune, Masayuki Mori, Machiko Kyô y Takashi Simura entre otros.

En una tormenta, un bribón llega a las puertas de Rashomon donde se encuentra a dos hombres asombrados por un suceso al que han asistido ese mismo día en comisaría, estos dos hombres, un padre de familia y un monje, le cuentan la historia: el bandido Tajômaru (Mifune) se enamora de una dama (Kyô) que va paseando por el bosque con su marido (Mori), el primero les sigue y tras atacar al esposo, viola a la mujer, acto seguido mata al marido y se da a la fuga, aunque es atrapado. La película narra las testificaciones de cada uno de los envueltos en el crimen, el bandido, la mujer y la víctima (mediante una médium), cada versión de lo sucedido diferente a la anterior pues cada uno tiene algo que ocultar. Solo tras haber escuchado cada una conoceremos la verdad gracias a un cuarto personaje.

Drama, suspense, peleas y hasta algún toque fantástico, eso y más encontramos en Rashomon, referente actual pues hay gran cantidad de películas recientes que utilizan la técnica de contar una historia según fragmentos y perspectivas de diferentes personajes (la reiterativa En el Punto de Mira, la divertida Basic, la también asiática Hero...). Film innovador en su momento, con un Kurosawa elegante en estilo, con mucho recurso cinematográfico (travellings, picados, contrapicados, o la misma manera de contar la historia) sobreponiéndose a la precariedad de la producción pues no había dinero (Japón acababa de perder la 2ª Guerra Mundial). El único punto en contra de su trabajo cabe encontrarlo en las batallas con espadas entre Tajômaru y el marido de la dama, que vistas hoy día resultan ridículas, alargadas en exceso, cortan el ritmo ágil con el que se suceden los hechos. Pese a ello hay que entender que era otra época y que se contaban con otros medios. No deja de ser una pequeña tara de una obra que resulta sobresaliente.

A pesar de esa mencionada falta de dinero el director japonés se pudo permitir algún lujo, como hacer que construyeran en un estudio la puerta donde sucede la introducción de la historia, la puerta de Rashomon, pues no encontró en todo Japón un lugar que encajara con la majestuosidad que buscaba. El gasto dio sus frutos pues como he comentado, en la edición de los premios de la Academia de 1952 estuvo nominada en el apartado a la mejor dirección artística (lo que también se conoce como escenografía). Pero no solo en ese apartado es meritorio el largometraje de Kurosawa, no se puede pasar inadvertida la excelente música de Fumio Hayasaka o la labor de cada uno de sus actores (aunque Toshiro Mifune resulta algo exagerado).

Es la primera película que veo de su autor y desde luego una experiencia que ha hecho que me interese descubrir el resto de su filmografía, que iré visionando y comentando por aquí a medida que las vaya disfrutando. Un clásico.
David MS
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16 de setiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La naturaleza del ser humano expuesta mediante verdades y mentiras, llegando a conclusiones que hacen perder la fe en la humanidad. El humano es egoísta, cobarde, ladrón, asesino, mentiroso... Incluso el diablo huye de los hombres.

La historia comienza con un monje, un peregrino y un leñador resguardándose de la tormenta bajo la puerta de Rashomon (que, por cierto, es un decorado grandioso, y simboliza la decadencia moral del humano. Un escenario opresivo y desolador). Éstos se ponen a contar la historia de un bandido que asesinó un samurái y violó a su esposa, y a reflexionar sobre ello.
La historia es contada por los diferentes puntos de vista de los implicados: el bandido, la mujer, el muerto (mediante un médium), y el leñador (testigo de los hechos).

Todas las versiones de los hechos son contradictorias entre sí. Se muestra, pues, la dificultad de hallar la verdad. Todo el mundo miente y omite lo que le parece para santificar o glorificar su figura, o bien su visión de la realidad está distorsionada por los sentimientos (detalles en el spoiler).

Muy interesante. Los planos, el manejo de cámara, la fotografía, la banda sonora... todo raya en la perfección. Las interpretaciones también rinden a alto nivel. Se puede apreciar el bajo presupuesto, lo que solamente le otorga mayor valor.
Una película imprescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Biopunk
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6 de setiembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bella historia la que nos propone Kurosawa, donde invita al espectador a buscar la verdad a través de los testimonios de cuatro personajes diferentes para tratar de dilucidar la aparición de un cadáver, muerto con violencia.
Sumergiéndonos en una fábula del siglo XII japonés, escucharemos a través de flashbacks, las declaraciones de los cuatro implicados en el suceso.
Situando al espectador al lado de las autoridades frente a los testigos y el acusado, debemos actuar de jueces y buscar objetivamente la verdad.
Pero comprobaremos que no es nada sencillo, pues los testimonios están impregnados de la subjetividad de los narradores, es decir, todos mienten, o adornan, o alteran sustancialmente la narración para librar sus conciencias.
Este brillante ejercicio, que luego veremos millones de veces en infinidad de películas, lo utiliza Kurosawa para reflexionar sobre la fragilidad del alma humana, cuyos intereses y sentimientos egoístas, ( codicia, orgullo, honor, deseo, pudor, vergüenza, lujuria, cobardía...), moldean los recuerdos e interpretaciones de la mente, impidiendo que la verdad ( sólo una cosa ha podido ocurrir), salga a la luz.
No entiendo nada. No entiendo nada. Repite el leñador una y otra vez después de haber oído las declaraciones. Él ha sido el que ha encontrado el cadáver y la declaración de los tres testigos ( el muerto incluido, al que escucharemos a través de una vidente), autoinculpándose del crimen le dejará noqueado. Aunque luego sabremos por qué.
También el monje está horrorizado. La mentira campa a sus anchas en este mundo. No existe una verdad absoluta. Estamos perdidos.
El peregrino que escucha la historia, hombre pragmático, realista y egoísta da con la clave. No se puede pretender alcanzar la verdad. Tenemos que conformarnos con lo más creíble o coherente, nada más.
La conciencia del hombre está llena de luces y sombras. Los pequeños destellos de luz de la enmarañada conciencia del hombre es lo único a lo que podemos aferrarnos.
Decir también que aquí hay infinidad de escenas de gran cine.
La preciosa escena de la ráfaga de aire fresco que sellará el destino de los protagonistas. Las luchas de los dos rivales, la primera con heroísmo y habilidad según la cuenta uno de los interesados, la segunda con torpeza, patetismo y cobardía según la cuenta el observador. La escena de la muchacha alejándose y acercándose a su marido, llena de terror por su mirada perdida...
Hay un montón de escenas maravillosas que Kurosawa, al estar narrando una historia del siglo XII, impregna de escenas oníricas propias del teatro kabuki, que a nuestros ojos, pueden incluso resultar excesivos.
Eso me pasa a mí con las interpretaciones y la gestualidad exagerada. Así como disfruto mucho de los movimientos, que casi parecen bailes y coreografías en determinados momentos, no me gustan nada los exagerados cambios de expresión donde pasan de la desesperación a la risa desaforada en un segundo para puntualizar los diferentes sentimientos de nuestros personajes. No estoy acostumbrado y no me permiten empatizar con ellos.
Pero siempre me pasa lo mismo con este cine. Pero eso no quiere decir que no haya disfrutado enormemente de este film, con lo que la recomiendo con entusiasmo. Un gran ejemplo de CINE.
Al hilo del tema de esta película y por hablar de lo que muchos usuarios de esta página pretenden exigir de las críticas de los usuarios. La objetividad.
¿ Creéis de verdad, que leyendo las críticas de las películas vamos a obtener valoraciones objetivas de ellas?. ¿ Sabréis a estas alturas que eso es imposible, ¿ verdad?.
Izeta
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