Un buen año

Comedia romántica y como tal se hace mas que previsible desde su comienzo, pero esto no la hace peor película ya que cada uno sabe lo que va a ver en cada momento y hay que aceptarlo como lo que es. Curiosamente a pesar de sus casi dos horas de duración no se hace larga y la verdad es que algo entretiene. Yo personalmente la he visto por la presencia en ella de Marion Cotillard, aunque en este caso sea escasa, pero merece la pena. Tiene toques de comedia y una historia de amor casi tan convencional como siempre. En general ,la recomiendo pero especialmente a seguidores de este genero, también a seguidores como yo de la actriz francesa Marion Cotillard.

No me leí el libro pero tiene pinta de ser bastante más entretenido que la película. No digo que la peli no lo sea, pero intuyo y fantaseo con cómo el libro te meterá de lleno en la historia, cómo te transportará a la provenza, cómo te envolverá en ese ambiente rústico, cómo te contará esa historia de amor entre el inglés estirado y la francesa del pueblo... Seguro que tenemos aquí una lectura interesante y perfecta para pasar un buen rato.

La película, no siendo nada del otro mundo, es también ideal para pasar el rato, para poner en una de esas tardes en las que solo te apetece tumbarte y ver una peli donde uno no tenga que hacer otra cosa más que contemplar esos bellos paisajes franceses, fantasear con tener una casa con viñedos, volver a ver lo irresistiblemente hermosa que es Marion Cotillard y descubrir lo pijo que se ha vuelto Máximo Décimo.

Una película que permite muchos visionados y que gana con el tiempo, como el buen vino. Con unos personajes memorables, llenos de carisma, se nos cuenta una historia sobre la búsqueda de la identidad. Magnifica fotografía, llena de frases inolvidables, es una película que no gusta a los críticos gafapasta, pero el tiempo la situará donde se merece, y a los críticos también. Russell Crow está inmenso y Marion Cotillard divina. Disfrute asegurado.

Rusell Crowe se pone en su papel más seductor para enamorar a un bellezón como Marion Cotillard. Un film alegre y con ritmo. ¿Predecible? Sí. ¿Disfrutable? También.

Rydley Scott aplica la misma fórmula de siempre, pero con esa escenificación tan buena que le caracteriza. Y es que un viñedo tiene su encanto, sobre todo cuando le da ese sol veraniego que embellece el verde. Crowe y Cotillard desempeñan un papel excelente, transmiten a la perfección esa amargura y desconfianza. Además, son actores con una voz excelente. El inglés y el francés dentro de la peli es una completa delicia.

Sí, el pasteleo y romanticismo excesivo del final puede resultar cansino. Está claro, pero ya sabemos como son estas pelis. Pocas dentro del género romántico se atreven a innovar. Sin embargo, la primera hora de la cinta es bastante agradable. Diría incluso que engancha al espectador.

Una película para los más románticos, de estas historias que los adolescentes creen que ocurre en la realidad (panda de ilusos). Nunca es un mal año para verla.

Una película que enamora desde el primer momento.

Russell Crowe demuestra que lejos de ser un gran gladiador es bastante polifacético y es capaz de enfrentarse a cualquier registro.

En mi humilde opinión es una película que quiere agradar desde los paisajes, la banda sonora y los personajes y lo consigue.

Es de esas películas que si estas aburrido no te cuesta nada volver a verla una y otra vez.