Son como niños

Confieso que me decidí a verla para ver hasta dónde podía llegar el mal gusto y la egolatría modernista de Adam Sandler pero lo que me encuentro es algo completamente diferente a lo que tenía en mente. La primera esperanza de que iba a ser al menos digerible es que "Niños grandes" es apta para todos los públicos, así ha sido calificada en España. Y de hecho así es, incluso la referencia al ratoncito Pérez podemos pasarla por alto porque en España es una tradición que no seguimos demasiado. Pero si es el caso, cuidado con la escena en la que Salma Hayek está hablando por teléfono y aparece la hija que se le ha caído un diente, y en la siguiente cuando comentan la jugada. Tomad precauciones, avisados estáis.

Sea como fuere, me ha medio sorprendido Adam Sandler con una comedia que sin ser tronchante, sí cuenta con muchos momentos graciosos, especialmente por los diálogos, más frescos y punzantes de los habituales. Por ejemplo, me parece buena la idea de los hijos pijos que ni imaginan cómo era la vida o los juegos antes del siglo XXI, aunque el recurso tampoco se explota demasiado. De hecho, "Niños Grandes" no le acaba sacando partido a nada, no tiene apenas argumento ya que se conforma con ir acumulando personajes en distintos escenarios, todo barnizado con una fácil moralina. Acompaña un conocido elenco en el que junto a los habituales de Adam Sandler o Kevin James se cuela la guapa Jamie Chung.

Tiene un buen puñado de chistes de esos que gustan tanto a los amigos en los que uno se mete con lo que más le duele al otro y el otro se lo toma con deportividad o le responde con otro más ingenioso. Por lo demás, alguna secuencia graciosa (por la fórmula del chiste del tartazo) y un amasijo de secuencias sin demasiado hilo. Deberían haber gastado más presupuesto en un buen guión y menos en el casting, en el que no falta de nada.

Lo más original de este film es que mezcla humor de "dos rombos" con humor para niños.

Algunos de los cómicos más insufribles de los últimos tiempos (Adam Sandler, David Spade, Rob Schneider…) protagonizan esta comedia dirigida (es un decir) por el igualmente insufrible Dennis Dugan, quien ya nos obsequió (también es un decir) en el pasado con memeces como Os declaro marido y marido (I Now Pronounce You Chuck & Larry) o Los calientabanquillos (The Benchwarmers).

La historia versa sobre un grupo de amigos cuyo reencuentro les hará apreciar lo verdaderamente importante de la vida (sic). Visto así hasta parece un poco apetecible, de no ser por lo expuesto en los primeros párrafos o porque lo que aquí predomina es el humor chusco (no voy a negar que a veces incluso funciona), las malas interpretaciones (¿no se cansa Sandler de seguir interpretando el mismo personaje una y otra vez?) o un devenir de lo más previsible y conservador. En su defensa diré que me la esperaba todavía peor.

Es una buena película. Me ha entretenido y divertido todo el rato y nada de ella me parece ridículo ni inmoral, todo lo contrario. Los niños suelen descubrir el secreto del Ratoncito Pérez, que se revela, normalmente, cuando son algo pequeños. Lo digo por las pequeñas polémicas en otras críticas. En la película habría aberraciones si nos ponemos a aventurar moralinas, pero no: se pasa muy bien, se puede ver solo, con amigos, en familia,... vamos, lo que sea. Es de un humor excelente.

Una comedia que echaron ayer, también la habían echado en la televisión no hace mucho.
Está divertida y entretenida. Cómo unos amigos de hace tiempo, se vuelven a reunir de mayores con sus parejas, hijas e hijos, para pasar unas vacaciones.
Divertida y entretenida.