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Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón

Comedia Luci, un ama de casa abnegada, Pepi, su vecina "moderna", y Bom, una rockera diabólica forman un trío disparatado que vive al ritmo desacompasado de La Movida. La violación de Pepi modifica el destino de todos los personajes... (FILMAFFINITY)
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Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
20 de noviembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pedro Almódovar debutó en el cine con Pepi, Luci y Bom y otras chicas del Montón (Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón, 1980) una película que a su vez adapta la novela gráfica que el manchego había trabajado poco tiempo atrás, Erecciones Generales. El título de esta obra gráfica ya resulta un buen indicativo para apuntar lo que podemos encontrarnos en el filme.

Por otra parte, la vena Punk que destapa la película no la encontraríamos en filmes posteriores del cineasta, que acabaría dulcificando su propio mensaje. Aparte de este primer cómic un elemento indispensable para que surgiera el filme fue Carmen Maura. Almódovar había contactado con ella a través de una compañía teatral donde ambos colaboraban, Los Goliardos. Además de la intérprete principal de la película, Maura también ayudó en la parte crematística del filme, recaudando gran parte del presupuesto de la obra.

El problema principal de la película es sencillo. Cuando a cineastas como el primer Almódovar los ponemos en comparación con coetáneos suyos como Eloy de la Iglesia o Pilar Miró (por poner un par de ejemplos bastante ilustrativos) las evidencias se exponen solas. Era evidente que Almodovar sólo tenía que moderar su discurso para acabar triunfando en el cine comercial. Y es que Pepi, Luci y Bom y otras chichas del montón es simplemente una película irreverente. Y basándose en esa irreverencia, la película acaba aunándose con un espíritu del cine Pop que concluye en la superficialidad más absoluta.

No resulta difícil entrever que el mensaje que propone la película es fácilmente domesticado, porque las gracietas que se desarrollan a lo largo de la película no tienen un objetivo al que atacar, sino que simplemente se acumulan formando un esperpento que no tiene la intención de llegar a ninguna parte. No se produce ningún tipo de poso en el espectador, que contempla el filme con más o menos interés (dependiendo de si su sentido de humor es más afín al del cineasta) pero que sale igual que como había entrado al afrontarse a la cinta. A la película le sucede lo mismo que el Arte Pop de Warhol y sus sucédanos cinematográficos (sólo que la película camufla esta vena Pop con un espíritu irreverente que falsamente algunos lo han denominado Punk) y es que se convierte en un ser líquido y transparente, como intuía Deleuze, que finalmente será absorbido por organismos mayores. Lo que vemos en Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón es lo que hay. Buscar un pretexto social y cultural detrás de lo que se nos muestra es inane y no conduce a ningún lado.

Regurgitando el cine de John Waters[1] la película sigue una trama que no tiene hilos narrativos (el cineasta intenta transgredir la narración con algún recurso interesante, como alguna cartela indicativa que rompe con las reglas clásicas, o la introducción de algún recurso onírico, que se permite jugar con el propio concepto metacinematográfico) y que simplemente acumula diversas anécdotas y gags eróticos. Una continua inserto de diversas referencias que el director trata de ingerir, aunque añadiéndole el punto Almódovar que es cierto que ya aparecía en esta primera película. Formalmente se trata de una de las peores películas del director, en parte por el reducido presupuesto con el que se contaba. Nada en la puesta en escena resulta realmente destacable.

Si nos ponemos a analizar iconográficamente podríamos realizar una lista de los conceptos totalmente deleznables que continuamente retrata la película. Para empezar, el maniqueísmo inherente que acompaña todo el relato y que parte de la premisa argumental inicial (El Policía del filme es el malo de la película, mientras que los jóvenes rebeldes son los protagonistas) hasta los coqueteos que realiza la película con el sadomasoquismo (absurdo ver a una de las protagonistas ser orinada por otra de ellas, mientras que Almódovar sólo busca la sonrisa con dicha secuencia, dejando la transgresión a un lado) y sobre todo el sexo. Porque si la mejor baza que tiene la película para conseguir sus objetivos es hacer un certamen de Pollas donde el protagonista ganador exige quien le puede felar, a lo mejor denota los pocos recursos con los que se emplea Almódovar en el filme.

[1] Como admite el propio cineasta en una entrevista que encontramos en:STRAUSS, Federic, (RE) Convsersaciones con Pedro Almódovar, Ed. Akal, Madrid 2001, pp. 27

http://neokunst.wordpress.com/2014/11/20/pepi-luci-y-bom-y-otras-chicas-del-monton-1980/
Kyrios
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22 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pepi, Luci, bom y otras chicas del montón

La ópera prima de Pedro Almodóvar, resulta en un proyecto demasiado fallido a nivel narrativo y técnico que realmente se pierde en el intento del español que terminará englobando un debut poco auspicioso.

Pepi Luci bom y otras chicas del montón retratarán la vida de un grupo de mujeres que por lo pronto ese tomaremos como una característica de estilo que luego el cineasta imprimirá a lo largo de su carrera, las historias que las rodea en un 90% a base de mujeres.

Una narrativa demasiado dispersa y un guion flojo no logra crear una atmósfera en todo su desarrollo, mostrándonos simplemente retazos en la conformación de los personajes que de tal manera resultan demasiado vacíos sin una enfatización en sus trasfondo que a ese caso deriva en actuaciones un tanto teatrales pareciendo por momentos salidas de un sketch bizarro.

Técnicamente bastante floja, un montaje que no deja posicionarnos de forma eficiente en ninguna de las historias que se nos está contando, unos encuadres malos que se pierden de ser una buena puesta en escena a nivel visual y la ausencia total de cualquier otro elemento que caracterice al cineasta, como los colores primarios que en esta ocasión no se encuentran.

Para suerte de Pedro Almodóvar y nuestra, aprendió mucho luego de eso entregando enormes películas habiendo dado un paso en falso en lo que fue su inicio en el largometraje.

Calificación: 4.5
Ceferino
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20 de mayo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy, después de muchos años y varios intentos, he podido por fin ver la primera película de uno de mis maestros tutelares, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, la cual pude encontrar por primera vez libre en internet (creo que pronto El Deseo va a dar el grito en el cielo para obligarnos a verla en Apple TV+). Varias cosas hay que decir de la película, que está lejos de ser perfecta, pero en ella se encuentran elementos destacables que pueden ser mencionados. A continuación procedo a exponerlos.

Comienzo con los elementos formales y técnicos, y tengo que decir que la película desde estos aspectos es horrible: planos desenfocados, colores descoloridos, cabezas cortadas en planos accidentados. Aunque cuando nos enteramos de las circunstancias en que fue filmada lo anterior se entiende, realizada sin permiso en escenarios exteriores de Madrid cuando la policía lo permitía, razón por la cual la mayoría de las escenas de la película transcurren en escenarios cerrados. Como elemento técnico del que adolece menciono también la falta de buena calidad del sonido. La ingeniería es casi inexistente, y las distorsiones se cuentan por docenas en espacios cerrados llenos de eco que hacen que los personajes suenen como metidos en tanques de agua.

Un segundo elemento que se resalta de la película es lo que ella misma revela sobre el cine de Almodóvar que viene. De eso sí que nos encontramos: uso de un eterno rojo y un eterno verde, que luego se hará un elemento pictórico distintivo; las calles de Madrid como su capital creativa; un cine en el que las mujeres son el centro, aunque estas sean tan variopintas como una heredera irresponsable, una cantante punk y una ama de casa masoquista. Otro elemento coincidente con el Almodóvar venidero es la presencia eterna del humor, aquel que nos lleva a las mayores carcajadas, sobre todo en los pequeños sketches publicitarios sobre las falsas pantaletas Ponte, lo cual hace emerger desde el principio a Almodóvar como el mago de los anuncios falsos, que quizás llegarán a su cumbre en una posterior Kika (1993).

Con tercer elemento, por supuesto la película tiene su mérito como testimonio fílmico de la movida madrileña. En esta se puede ver el Madrid de estas épocas: grupos emergentes, fiestas sin fin, drogas, la libertad recuperada de las mujeres, el frenesí. Es más, durante la película misma somos testigos de varias presentaciones en vivo de algunas bandas pertenecientes al conglomerado en ebullición, las que quizás en temas de sonido son las mejores escenas de la película.

Finalmente, quienes busquen una película de Almodóvar la encontrarán: hortera, guarra, libre, transgresora y underground. Pero, quienes busquen una película perfecta, huyan, el universo de Almodóvar apenas estaba en maduración.

Le doy un puntaje de 2.5 sobre 5.
LíoEscobar11
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4 de julio de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos directores hicieron de su primera película una obra de arte, pero este no es el caso. Esos directores se pensaron mucho como tenían que plasmar en imágenes lo que seguramente habían estado rumiando durante años, sentados en las butacas de las salas de cine. Almodóvar seguramente estuvo en muchos cines viendo todo lo que pasaban por la pantalla, pero no se puede decir que estuviera pensando en la película que le gustaría rodar. Para empezar no pensó en que toda película está basada en un guión que de una manera especialmente escrito servirá para después contar esa historia en imágenes. No me puedo creer que este sea el mismo Almodóvar que después escribiría los guiones de “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella” o “Volver”. Y al que se le ha llamado director de actrices que se le escaparan las actuaciones de las protagonistas, especialmente la de Alaska. Con lo bien que más tarde integraría la música, y determinadas canciones, en sus historias, no me cabe en la cabeza la mala utilización de la banda sonora, y me refiero a la imágenes, no a la canciones en sí. Y el color, la fotografía, algo que después sería como su firma, no tiene absolutamente ningún atisbo de valor. Una cosa si me gusta de esta película: que Almodóvar hizo lo que le vino en gana.
Del Mar
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15 de marzo de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón de Pedro Almodóvar, es una comedia basada en la amistad entre 3 vecinas muy distintas entre sí. Dirigida con un ritmo trepidante y desenfrenado, y al más puro estilo propio y personal del director, aunque se nota su mano más inexperta, es cargante e inapetente dentro de su singularidad y diferencia con otros films. Realizada de modo defectuoso y banal, tiene un resultado artificial y nimio que no aconsejo ver.
La fotografía, tiene imágenes sugerentes a la época en cuestión, no siendo un buen trabajo y estando muy a juego con el resultado del film. La música, es ochentera y variada, muy alusiva a la movida madrileña con sonidos rítmicos que son muy fatigosos y pasados afortunadamente de moda. Y los movimientos de cámara y planos son rápidos y dinámicos, con cámara en mano, detalles, primeros planos, subjetivos y generales poco experimentados, en los cuales se nota que el director es novel, al ser uno de sus primeros largometrajes.
Las actuaciones, son endebles y ridículas, muy adulteradas y fingidas en las participaciones de Carmen Maura, Olvido Gara "Alaska", Eva Siva, Kity Manver, Cecilia Roth, Julieta Serrano, Félix Rotaeta, Ricardo Franco e incluso un pequeño papel realizado por el director. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes y estéticamente evocadores a los personajes en cuestión, siendo llamativos pero muy pasados de moda.
El guion, escrito por el mismo director y dividido en capítulos, está basado en las extravagancias de los personajes, incomodando al público por ser desconcertante e inadecuado, intentando ser jocoso sin ningún éxito, y calando más bien por lo hortera e inaudito de su argumento absurdo y disparatado, que por su nula calidad cinematográfica, extralimitándose en cuanto a lo comprometedor y ordinario. Y empleando además, unos inesperados y vulgares diálogos que marcan por su extrema chabacanería inadecuada y extravagante, que incomoda y sorprende por su ordinariez.
En conclusión, lo considero una cinta olvidable y ordinaria, con un vocabulario que se basa en lo vulgar, actuaciones artificiales y discordantes, guion insulso y artificial, música ochentera e insoportable, y vestuarios y caracterizaciones estéticamente pasados de moda que hacen de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, una película cargante, hortera y carente del más mínimo gancho cinematográfico.
Elcinederamon
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