Todos rieron

Nos introducimos en la trama lentamente, con la madurez de Audrey Hepburn y Ben Gazzara, poco a poco nos integramos con agrado porque la película es amable, simpática, tierna y elegante.

Audrey, enigmática, se agarra del brazo de un Ben Gazzara en esa etapa de la la vida en la que priva la calma y la sensatez, y transmiten juntos una agradable sintonía que el espectador disfrutará. Ben Gazzara es un actor que no cae mal y la media sonrisa fue su marca, como vemos aquí.

El guion es desenfadado, hábil, con escenas muy seductoras y con sorpresas agradables... Ideal para terminar sonriendo y muy conformes. Excelente ambiente, música y, encima, detectives privados por medio.

Se trata de una película agradable, con una buena BSO con estupendos temas de country y la maravillosa presencia de Audrey Hepburn. Pero nada más. El guión no tiene el ingenio, la frescura ni chispa de otras comedia de enredo (incluso del propio Bogdanovich). No se le saca partido a las situaciones que va produciendo y nos quedamos tan solo con una trama nada creíble y absurda. Las mujeres son seducidas con una sorprendente facilidad por hombres más mayores, o más feos, o que no las tratan bien. Y éstas caen irremediablemente enamoradas de ellos. Pero lo peor es que no se les saque provecho para hacernos reir.
Salvo alguna sonrisa puntual, todos rieron menos yo.

Hay una frase en esta película -dicha por el personaje protagónico, John Russo-, que explica claramente la razón de ser de los celos obsesivos: “Algunos hombres piensan que, aquello que ellos hacen, sus esposas pueden estar haciéndolo también”. Los tipos, entonces, se las dan de astutos, y no queriendo llevar cuernos en la frente, contratan a un detective para que los mantenga informados de los movimientos de su mujer… pero, lo que no imaginan es que ¡el romance puede surgir entre el sabueso y su esposa, y de esto nunca se van a enterar!

Con ese cierto toque de humor negro que recrea las ironías de la vida, el director Peter Bogdanovich, se propuso hace una comedia pensando en su exnovia, Cybill Shepherd y en Dudley Moore como protagonistas, pero, las cosas no se dieron, y cambiando notablemente lo que se proponía en principio, logró la presencia de Audrey Hepburn y de Ben Gazzara, como la esposa vigilada y el detective que caerá irremisiblemente enamorado. Pero, hay una historia adicional donde ocurre más o menos lo mismo, y ésta la protagonizan, John Ritter, como el alter-ego de Bogdanovich, y una chica que llena de luz la pantalla con su sola presencia: Dorothy Stratten.

No era una gran actriz y ella lo sabía (“Nunca he dicho que tengo un extraordinario talento, pero quizás tengo una extraordinaria curiosidad. Puedo aprender y estoy aprendiendo, y espero poder convertirme en una buena actriz. Algunas han hecho la transición de sex-simbol a ser tomadas en serio… y eso es algo que realmente anhelo”), pero su sola presencia nos deja boquiabiertos, convencidos de que ¡los ángeles definitivamente existen!

También, Bogdanovich, venía embelesado con su actriz -a quien conoció en una discoteca-, y terminó enamorándola durante el rodaje… pero, Dorothy, estaba casada con Paul Snider, un chulo canadiense que anhelaba fama y fortuna, y estaba convencido de que su esposa era una verdadera mina de oro. Ella era una chica frágil, su padre había dejado la familia siendo ella muy niña y los problemas de dinero eran bastante frecuentes, así que creyó ver en, Snider, al hombre fuerte que la sacaría adelante… pero, cuando el burlado esposo pensó que perdería su mina con Bogdanovich (ella misma le confesó que lo amaba), contrató a un detective privado (el director recreará esto en la película), y un día, recién terminado el rodaje, citó a su pareja en el apartamento donde ambos vivieron. Hasta allí llevó la escopeta que había adquirido y luego de disparar sobre el rostro de su adorable esposa, la violó y luego se suicidó.

Dorothy Stratten (1960-1980), nunca pudo ver la película y ningún Estudio se animó a estrenarla por la tragedia que la envolvía. Fuertemente deprimido, Bogdanovich decidió hacer una gran inversión para distribuir él mismo el filme… pero su labor fue un fracaso y esto lo tuvo al borde de la ruina financiera.

Pero, en resumidas cuentas, <<TODOS RIERON>> es un filme bastante entretenido.

Título para Latinoamérica: NUESTROS AMORES TRAMPOSOS

En esta película podremos ver las relaciones que se establecen entre los empleados de una agencia de detectives que se dedican a investigar a maridos y mujeres adúlteros. Lástima que el papel que interpreta mi querida Audrey Hepburn no sea muy largo(esto es debido que estaba alejada del mundo del cine). Su papel interpreta a una millonária que decide tener aventuras en Nueva York y allí, sin que ella se lo esperara, encontrará a su gran amor.

Peter Bogdanovich me conmovió en LUNA DE PAPEL. Magistral, asombrosa, acariciando ese lado oscuro que todos arrastramos, al perfilar a un embaucador que recorre con su hija la América profunda timando a viudas, durante la Gran Depresión.

Con guión de Alvin Sargent, sobre una novela de Joe David Brown. El gran acierto se encuentra, a mi entender, en haber dedicado a la dirección todo su tiempo, dejando la historia en otras manos. No recuerdo ninguna más del cineasta, que alcanzase el mismo nivel. En realidad el resto me parecieron esquemáticas y escasamente entretenidas.

TODOS RIERON, se compone de algunas escenas sorprendentes (pocas) y un desarrollo que no comprendí hacia donde nos quería conducir. Ben Gazzara repite papel bajo la misma dirección; en un protagonista similar al que realizó en Saint Jack, el rey de Singapur, filmada el año anterior.

Me cuesta escribir esta crítica, porque llegué a ella por recomendación de alguien a quien estoy comenzando a conocer y apreciar.

Ismael, que a ti te gustase, y yo no la haya entendido, no me parece trascendente; lo más probable es que tú estés en lo cierto, de verdad... lo pienso.