Condor (Los Angeles 1999) (TV)

En los años 80 pensaban que en el año 2000 la gente llevaría chaquetas de tonos pastel, con las mangas arremangadas y el cuello levantado, los pantalones por dentro de los botines, a su vez abiertos por la cremallera y un ordenador de a bordo conduciría nuestros coches mientras consultaríamos nuestros quehaceres por una pantalla de TV pequeñita, donde las prisiones están vigiladas por androides que parecen los masillas de los power rangers y todo eso sin internet.... ¡que ingenuidad! ¡que graciosos son estos filmes que especulaban sobre un futuro que jamás ocurrió!

Este telefilme era un episodio-piloto de una serie que jamás se rodó. No tuvo éxito. Relataba las aventuras de una especie de agente secreto que trabajaba para la Fundación Cóndor, o algo así. La verdad es que tuvieron poco tino en elegir el nombre de la organización, por cuanto "Cóndor" fue el nombre de la siniestra operación con la que los dictadores sudamericanos eliminaban a los opositores demócratas. Aquí el protagonista se enfrentará a su némesis, otra agente que parece una terrorista alemana de los 80 y que creo responde al nombre de Black Widow. La serie se inspiraba en las aventuras de Michael Knight y su coche fantástico, por eso, al igual que Michael, el protagonista irá acompañado de una inteligencia artificial en forma de androide rubia y atractiva, con la que iniciará el consabido ritual de tontear. ¡En eso le ganan a KITT!. .El protagonista era Ray Wise, que empezaba a despuntar aunque no con demasiada fortuna, sería un secundario en Robocop y le llegaría la fama por Twin Peaks, allá en los 90. La historia relatada puede tener algo de neo-noir, con asesinatos y malosos que actúan de noche en barrios turbios, pero poquito, ya que su textura es la de cualquier telefilm de anticipación de entonces. También es una buddy movie, de esas con parejas raritas o extravagantes.

Quizás lo que contaba ya estaba muy visto. Ya habíamos tenido hombres invisibles, superhéroes americanos, coches fantásticos y halcones callejeros, por eso, aunque no estuviese mal contado, no provocó el más mínimo interés en los espectadores.