¡Schmigadoon! (Serie de TV)

Me he fijado que aunque hace ya tiempo que la serie se ha estrenado todavía nadie no ha hecho una crítica. Me ha sorprendido porque, en general, en Filmaffinity la gente es bastante activa pero también me da a entender que es una serie que no despierta el interés del público. Y es una pena porque si el público le da la espalda a productos de este tipo no los vamos a ver más.

Hay quien dice que es una parodia de los musicales. Y no puedo estar más en desacuerdo. Para mí es un claro homenaje, sincero, entrañable, cálido y divertido a la época del musical clásico de los 40 y 50. Sobre todo hay muchos guiños a Rodgers y Hammerstein, de Oklahoma a The sound of music pasando por Carousel. Pero tenemos Brigadoon y The music man y tantos otros. Jugando siempre con los cliches, los lugares comunes del género que en ese tiempo se estaban inventando y que ahora nos pueden parecer pasados de moda.

Y contrastando constantemente la moralidad actual con la ingenuidad conservadora de esos musicales. Así que como sin querer, iremos hablando de homosexualidad, de machismo, de la vergüenza de las madres solteras... Incluso una clase de ginecología a ritmo de Do re mi...

Todos estos elementos dan mucho juego y están muy bien utilizados despertando constantemente sonrisas en el espectador que va cazando referencias sin parar y desearía poder pasar un tiempo en Schmigadoon para tener su propia orquesta omnipresente que te puede acompañar en cualquier momento. En tu registro vocal más adecuado, por descontado.

Grandes actores de Broadway se han prestado a colaborar en mayor o menor medida y el resultado musical es impecable. Grandes voces, grandes coreografías que se pueden apreciar totalmente con encuadres amplios y montaje reposado y canciones que imitan tan bien el estilo de la época que podrían pasar por temas de algún musical de R&H.

No busca ser trascendente. Busca divertir con lujo de medios y sobre todo busca la complicidad en el amante del musical al que cada capítulo se le hace cortísimo y espera con ganas el siguiente.

¿Se puede hacer una comedia musical basada en los clásicos pero actualizada, ingeniosa y divertida, que guste a mayores y también a los más pequeños? Pues sí, se puede. No parece ser fácil, porque no lo hace casi nadie, pero en este caso Barry Sonnenfeld y compañía lo consiguen. Y con nota.

Es perfecta para pasar un buen rato, olvidar los problemas y mantener una sonrisa durante su visionado. Hasta se han molestado en traducir y doblar al español las numerosas canciones contratando a cantantes, en plan My Fair Lady.

No me extraña que esta serie haya pasado de puntillas por nuestras televisiones, porque en España no hay un gran público que se interese por esta clase de productos. Sus continuas referencias a las películas musicales de los cincuenta y sesenta pasan sin pena ni gloria para quienes no las vieron ni las conocen, así que a las primeras de cambio, se cambia de canal de pago para no disfrutar de algo tan entretenido y encantador.

Desde luego, hay que agradecer el esfuerzo de haber doblado las canciones puesto que en nuestro país, las versiones originales no gozan de mucho apoyo popular pero recomiendo vivamente que se vea-escuche subtitulada porque gana muchos enteros.

En fin, es una serie para quienes desearíamos que volvieran las producciones musicales y aunque las satiriza de algún modo, es un gran homenaje. ¿Qué peca de dulzona y previsible? Por supuesto, es uno de los encantos de estas películas, junto con los colorines Eastmancolor.
Si pueden verla, háganlo y disfruten de los números musicales y de las grandes interpretaciones de los actores.

Segunda Temporada:
¡Cinco Paul lo ha vuelto a hacer! Esta nueva temporada ahora va sobre los musicales oscuros de los setenta, ochenta y posteriores, pero no ha perdido ni un ápice de su gracia, su buena música y sus magníficos intérpretes, así que si les gustó la primera, déjense llevar a Schnmicagoo y pasarán unas horas entretenidas y evocadoras.

El pueblo de Schmigadoon es, obviamente, la parodia de Brigadoon, la aldea de la otra película, que volvía a la vida cada 100 años para echarle un ojo al mundo y luego dormitar. Pero si en Brigadoon cantaban y bailaban Gene Kelly y Cyd Charisse, que rompían la pantalla de puro estilosos y fotogénicos, aquí, en Schmigadoon, bailan como patos, y cantan como lerdos, una pareja de tortolitos que se perdieron de excursión.

Pero la gracia es ésa: que alguien como usted, y como yo, que tampoco estamos para tirar cohetes -tú calla, Charlize- salga a buscar el amor verdadero y acabe atrapado en un pueblo del Far West, y en un musical de fantasía, donde brota la música del cielo y todos los habitantes se mueven como bailarines de Broadway, y cantan como triunfitos de la tele. Todo tan mágico, y tan plasta, y tan insoportable. Y tan cursi...

Schmigadoon, la serie, no es gran cosa: una curiosidad, los tres primeros episodios, y un incordio, los tres últimos. Pero ha sembrado en mí la semilla de una idea, de una adaptación al producto nacional. Sería una comedia musical ambientada en La Pedanía, que es el pueblo donde yo vivo, y que si no fuera por los coches innúmeros, y por los teléfonos de la gente, también parecería un Schmigadoon a la ibérica, un Brigadoon del Noroeste, varados en un tiempo como de película de Berlanga. El prota sería yo mismo, claro, cargado con mis películas, mis libros, mis aires de cultureta, sobreviviendo al día a día de estas gentes que no tienen ni puta idea de quién es Gene Kelly, ni Cyd Charisse, ni qué es una plataforma digital.

https://www.cinepasaje.es/

Original y simpática, esta comedia que parodia y homenajea a partes iguales a los ingenuos musicales de los 40 y 50 y que funciona como 6 pildoritas coloridas de buen rollo, amor y tolerancia para todo hijo de vecino en tiempos lúgubres y pandémicos. Te gusten o no te gusten los musicales pasate un ratito por Schmigadoon!.

cineziete.wordpress.com