Jericó

Si esta película fuera norteamericana ya sería un clásico. Me quedé impactado al verla porque es poesía en imágenes, siempre que sale el tema del cine en una conversación la recomiendo. Creo que más que una película de aventuras coloniales en el fondo es una gran historia de amor.

Esta película está referida a una historia de un fraile que fue prácticamente obligado a ir como misionero, a llevar la palabra de Dios, colonizar, a predicar a aquellas personas que desconocen de su Dios (indios); a inculcar esa religión católica que hoy día persiste y que llevan muchos por dentro, no solamente por obediciencia si no por esa sed de ganar almas al igual que los tripulantes sedientos de oro, este sacerdocio de Dios emprende este viaje juntamente en uno de esos barcos.
Nos muestra además otra visión, la otra cara de la historia: lo que para ese entonces fue una conquista, pero esta conquista a la fuerza, la impuesta por los extranjeros (españoles, alemanes, franceses, portugueses e italianos).
Este hombre de Dios se encuentra con muchas decepciones tanto personales (esperaba todo menos lo que se encontró allí en esas tierras), como espirituales (hace muchas reflexiones, expresa su enojo, frustración e interrogantes con su Dios). Llevo muchas cargas consigo en ese viaje, el principal fue el de cómo persona en el ministerio de Dios fue el de tener que soportar todas esas escenas de violencia, muerte y pecado, para luego el mismo tener que perdonar y/o absorber los pecados de estos asesinos, violadores, etc.
En medio de la locura, describen a Jericó como una tierra o un mundo al revés: donde las personas están desnudas pero los animales están vestidos con su diversidad y colores.
Por lo que respecta a mi parecer es de buen gusto, exóticos escenarios y demas

Esta película de Luis Alberto Lamata me pareció que tuvo bastantes escenas crueles, donde el Fraile en una aventura de conquista vivió y llevo con él bastantes situaciones en las que no estaba de acuerdo, un ejemplo de ello fue cuando sus compañeros de expedición terminaron comiéndose a un indio, esta situación de verdad lo afecto bastante y fue una gran decepción, y para mí una escena totalmente atroz. El paso del tiempo en medio de la constante lucha, logra convivir y ser aceptado por los indios Caribes, fue la clave para lograr propagar el cristianismo pero a la final termino siendo parte de ellos, y hasta tuvo un hijo de la tribu. Lo que me llamo la atención fueron las escenas del paisaje muy diverso y frondoso y que se describieran a la Ciudad de Jericó por su modo de vida como la tierra al revés.

Una película muy mística, con un fraile dominico, Santiago, que se embarca en una aventura de una crudeza mayúscula por lo despiadados de los hombres que la lideran, enfermos de encontrar fortuna, o lo que es lo mismo, oro.

Deberá de soportar matanzas indiscriminadas y canibalismo puro y duro de sus propios compatriotas. Los habitantes de aquellas cercanas al Mar del Sur que buscaban, desnudos por completo de ropa pero llenos de ira y de venganza lograrán mantener sus dominios y perdonarán la vida a Santiago quien, en primera instancia luchará por trasladarles la fe y la bondad cristiana, algo muy alejado de la realidad.

La 2ª parte de la película tiene un encanto enorme, en aquellos parajes, hombres y mujeres completamente desnudos, pero sin nada que ocultar, y el fraile con sus atuendos y ropajes, que les asombran a los nativos. Santiago tendrá que claudicar y ser uno más.

Es una historia muy interesante, por momentos parece más un documental, pero, en esencia, la película traslada la maldad y el egoísmo del que hicieron gala los conquistadores ante aquella gente tan natural y tan pobre, y a la vez, tan rica en su interior. La valoro con un 6 pues me ha parecido una entrega muy interesante de este director caraqueño, Luis Alberto Lamata.