Un crack

Este tipo de películas hace que la gente le huya al cine argentino, historia aburrida, lenta, insulsa, televisiva en el mal sentido, parece una mala telenovela de hace 25 años, con un costumbrismo impostado y sensiblero, el mate, la pava, la damajuana, el club de barrio, todo rancio, cursi.
La historia no despega y lo que cuenta es ta pequeño e intrascendente, pero lo peor no es eso, hay muchas películas que de historias nimias hacen algo bueno, acá no, el tratamiento y la forma de contarla la vuelve peor de lo que es, la achican más todavía.
Creo que lo único que se le puede reconocer hasta ahí es la interpretación correcta de Sancho, tampoco es que tiene un gran personaje, como dije nada en esta película lo es, pero por lo menos con lo poco que le dan, se defiende.

Un film con buenas intenciones pero que no las concreta. Buen trabajo de cámara pero el guión no se completa. Una historia que podría haber sido muy potente pero que se pierde en la intrascendencia. Jorge Piwowarski, con esta, su segunda película, muestra capacidad especialmente en aquellos planos en los que debe hacer transitar a sus personajes el desaliento de una historia de traiciones, pero falla en el desarrollo general. Un gran equipo actoral, aunque desentona el "trabajo" de Christian Sancho que solo hace de él mismo, sin capacidad para crear un personaje que podría haber sido interesante. Distinto el caso de Andrés Vicente quien funge como el protagónico del filme, con un trabajo impecable, con un crescendo realmente impresionante, que refleja la soledad y abandono de si mismo que transita su personaje; Un Actor que trasciende sus recordados trabajos de comedia en la televisión Argentina, y al que los años en el exterior lo han hecho crecer; y al que seguramente le han de llegar oportunidades mas importantes luego de este trabajo. Acompaña con eficacia Gabriel Almirón, otro excelente Actor Argentino que ha transitado la comedia y que logra componer el personaje de un querible y comprensible bufetero. Otros trabajos también destacan por su eficacia, en especial Martin Gallo y Daniel De Vita.