Una madre perfecta (Serie de TV)

Sumario

Con algunas ideas interesantes, esta breve miniserie policial belga no logra librarse en casi todo de su transcurso de su tono apático y desganado, debido en parte a actuaciones poco convincentes. Tampoco la ayudan ciertos aspectos poco verosímiles del guion

Reseña

Anya, una estudiante, es detenida en París como sospechosa de un asesinato. Hélène, su madre, viaja desde Berlín para socorrerla. Desde el comienzo, sabemos que Anya (Eden Ducourante) no dice toda la verdad, que oculta cosas, y la serie recorre el camino hacia un posible esclarecimiento del asesinato.

Esta serie belga tiene algunas ideas interesantes pero las plasma mal. Una madre perfecta no funciona bien ni como thriller ni como drama familiar. El guion tiene algunas inconsistencias (entre otras, la participación del abogado que contacta Hélène, ciertas alternativas de la investigación que emprenden ambos; ver abajo zona spoiler) y como drama, todo luce cansino y desganado, debido en parte a las frías actuaciones de Ducourant (sí, entiendo que oculta cosas) y de una Julie Gayet en el rol de una madre cuyo mundo perfecto se viene progresivamente abajo. Tampoco aporta mucho la subtrama que se desarrolla en Berlín con el padre y el hermano de Anya. Por otro lado, aparece la temática de la inmigración ilegal, y la serie logra transmitir algunos mensajes efectivos al respecto.

Anya tenía elementos para ser un personaje interesante, sobre todo por sus motivaciones, ocultamientos y contradicciones, que la serie expone, pero hay algo fallido en su puesta en escena y no generan mucho interés dramático.

La miniserie es muy breve y podría haber sido una película. Como suele ocurrir, el último capítulo levanta la puntería y el ritmo y la serie concluye con un final logrado.

https://impresionescinefilas.wordpress.com/2022/06/11/una-madre-perfecta-une-mere-parfaite-the-perfect-mother/

Nota: son verdaderamente inaceptables los comentarios misóginos (disfrazados de antifeminismo) que pueblan los comentarios sobre esta serie (y tantos otros). No entiendo cómo pueden ser aprobadas reseñas con esos contenidos y que no exista un botón para reportarlos.

No comienza mal esta serie belga: buenos actores, una trama que te intriga desde el primer momento, unas gotas de ambigüedad y una buena dosis de misterio.

Hasta que te das cuenta de que todo va a discurrir por los cauces a los que estamos acostumbrados últimamente, esto es: hombres divididos en tres categorías: tontos, malos y malísimos..

Y mujeres, a su vez en buenas, buenísimas y, si se pasan en algo, es porque están cargadas de razón.

Y a partir de ese momento, ya sabes como va a discurrir la serie (por fortuna, corta) punto por punto.

Encuentro lógica e incluso necesaria. una cierta visión feminista de las cosas en las películas actuales, tras décadas de hombres alfa escupiendo por el colmillo copando las carteleras, pero, por favor, últimamente esto ya empieza a parecer a una especie de spot donde ya sabes exactamente lo que pretenden que compres. Y eso hace que dé mucha pereza mantener el mínimo interés.

Por favor, vendednos mujeres y hombres de verdad: ignorantes y cultos; generosos y envidiosos; egoístas, heroicos, tenaces, repulsivos, atractivos, explotadores, sumisos.

Sin que ningún sexo tenga el monopolio de virtudes y defectos.

En fin, como la vida misma.

Y volveremos a interesarnos en vuestras historias.

Promete algo serio, pero es una más de la agenda doctrinal woke, con todos los elementos esperables y encajados con calzador: la chica linda violada pero antes borracha y provocativa, el chico lindo que fue tan bestia como para no parar cuando ella "le dijo que no" (ya sobre le sofá del departamento de él) , el hermano no binario, su amiga no binaria (estos dos últimos no se entiende qué pito tocan, en el guión y en la vida) la "familia malvada" (heteronormal, por supuesto); el ex de la mamá que es un abogado brillante, el policía inteligente, sagaz y con perspectiva de género, los dealers inocentes, y todos hablando de "su dealer" como si "tener" uno fuese lo más normal del mundo.
No se puede spoilear porque ni trama tiene.

Produce auténtico escalofrío esta miniserie de coproducción que, concebida quizás con un loable espíritu de denuncia y reivindicación, pero que es capaz de llevarnos a un escenario que a mí, personalmente, me ha producido Pavor.

La considero como un auténtico ejercicio blanqueador de una asesina, en la búsqueda de una cómplice empatía. Una joven, víctima de una experiencia cruel y dramática, resulta invadida por el odio y el afán de venganza. Una asesina que desarrolla frialdad en su método, cálculo y premeditación, a la vez que va adoptando cierto perfil de serial killer.

Una investigación absolutamente surrealista en la que la figura masculina (como supuesto apoyo), queda absolutamente reducida a escombros. No llega siquiera a la consideración de comparsa, completamente abducidos y reconvertidos en muñecos de ventriloquía.

En definitiva, una búsqueda de la justicia a través de la injusticia.

ESPELUZNANTE.

No me esperaba una miniserie tan interesante. Empieza con interés, y ese interés va creciendo en todos los episodios hasta el mismo final.

Leyendo algunas de las críticas aquí reseñadas por internautas de Filmaffinity, creí que se trataba de otra serie políticamente correcta y un tanto previsible. Pero no, en absoluto. Al contrario, es bastante incorrecta y perfectamente creíble a pesar de su complejidad argumental.

Los personajes son de carne y hueso, las actuaciones no son malas, el ritmo es el adecuado, los giros de guión son posibles. Quizá a veces la acción resulta un poco lenta, pero no hace que decaiga su interés.

Prefiero no comentar nada acerca de su trama para no caer en ningún spoiler. Solamente me voy a limitar a recomendar su visionado a todo aquel que esté cansado de ver películas o series del montón intrascendentes e inverosímiles.