Haz click aquí para copiar la URL

Whisky con Vodka

Comedia. Drama En Whisky with Vodka, gracias al cual Andreas Dresen ganó el premio al mejor director en Karlovy Vary, un maduro actor se enfrenta a sus limitaciones durante el rodaje de una comedia. El guión es obra de Wolfgang Kohlhaase, que ya había trabajado con Dresen en 2005 en Verano en Berlín (premio al mejor guión en el Festival de San Sebastián). Como en aquella película, existe una cierta sensación de melancolía detrás de todo lo que pasa. ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
7 de agosto de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andreas Dresen reconoce que, a pesar de encantarle la idea de trabajar con sus actores sobre la improvisación, siente auténtica debilidad por los guiones de Wolfgang Kohlhaase. “Whisky con Vodka”, desde sus títulos de crédito iniciales, despierta su homenaje sin escondite que valga hacía la figura de Woody Allen, tanto en banda sonora como en la fuente de letra utilizada. Incluso el planteamiento que esgrime se basa en hechos reales. Un actor alcohólico de éxito hace peligrar el rodaje de una producción al recaer de nuevo. El máximo responsable de la productora (siempre en un riguroso fuera de campo, incluso sonoro) decide contratar a un doble para que también ruede todas sus secuencias como terapia de choque. El propio doble sabe que es simplemente el elemento que producirá que ese actor de éxito, ya entrado en años, se tome en serio su trabajo aunque genere un ambiente inusual en ya una inusual producción.

Los rodajes de películas siempre han sido fetiche del cine clásico (“Cantando bajo la lluvia”, “Cautivos del mal”), génesis de la neurosis y frustraciones del propio cineasta “(8½)” pero fue en “La noche americana” de François Truffaut donde tomó consciencia de los microcosmos que se generan durante la filmación de otro ficcional mayor. “Vivir rodando “de Tom DiCillo se labró su reputación nacida del cine independiente que se convirtió en un reflejo de sus dificultades. Citar ejemplos supondría más un ejercicio de cinefilia que de análisis y el propio Woody Allen realizó, anteriormente al filme de Dresen, su propia comedia sobre un cegado rodaje cinematográfico en “Un final Made in Hollywood”. Los caminos de “Whisky con Vodka” van dirigidos hacía el retrato de esos solitarios personajes ante el paso de los años y el contraste con las nuevas generaciones. Todos parecen buscar la juventud como elemento renovador aunque finalmente chocan frente a ese espejo roto que tienen delante.

El director siente compasión por la desgracia de esos seres que retrata hábilmente en las conversaciones que mantienen fuera del rodaje (todos buscan el sexo e incluso la única persona que quiere encontrar el amor se choca con una bofetada final a la cara). El propio Otto Kullberg (Henry Hübchen) comprueba que su vida se sostiene por su función vital de actor: las pocas conexiones humanas y familiares desparecen. No será padre ni encontrará a esas alturas a su alma gemela. Queda la ficción como elemento redentor y posibilidad de salvación. El resto de personajes también sufren el choque de paralelismos entre esa ficción de época que ruedan y sus vidas reales y sonantes. A pesar de ser una atractiva e inteligente comedia, “Whisky con Vodka” encierra un terrible melodrama existencial.
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ellos son como el Whisky y el Vodka, no se pueden tomar juntos, pero bebidos en compañía nos pueden hacer pasar un buen rato. Dresen cambia de tercio y con 'Whisky y Vodka' (2009) aborda desde la comedia el siempre agradecido tema del cine dentro del cine, y lo hace con la compasión y el sarcasmo necesario como para compadecernos por cada uno de los integrantes del reparto y el equipo técnico que dan vida al film que se está rodando dentro de la propia película. Un rodaje que sufre un inconveniente, su protagonista siempre anda borracho, pero como es un actor demasiado importante para el éxito del film como para buscarle un sustituto, deciden contratar a un actor desconocido para rodar junto a él sus secuencias e intentar motivarle. El argumento (basado en una historia real) no solo da para divertidos malentendidos, sino par ahondar en la tristeza que hay detrás de los egos, en las relaciones amorosas pasajeras y en la soledad tras los focos que se acaba ahogando en una botella de alcohol.

Con un tono estilizado que rompe con sus anteriores films, y que desde el primer plano y los títulos de crédito recuerda a Woody Allen, tampoco pretende explotar el humor negro ni el gag visual, de hecho tiene una oportunidad desternillante en la secuencia a la salida del hospital y se decide no hacer uso de ella, que los alemanes tienen por algo ganada la fama de serios. Como su protagonista clama, Dresen tan solo pide un poco de respeto y cariño para los que hacen cine. Desde el técnico de sonido hasta el ayudante de realización, pasando por el director y los actores, todos durante el rodaje forman una gran familia que conviven teniendo sus más y sus menos, los que agridulcemente consigue capturar.
antonio1004
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow