Espectro (TV)

La década del los 70 fue pródiga en producciones de temática sobrenatural cuyos protagonistas eran detectives de lo oculto. Y es que el éxito de películas como "La profecía" llevaron a las productoras a explorar este género, en el que hubo muchísima explotación. Una ambientada en otra mansión británica es "El legado", estrenada un año después, con la comparte algo de argumento y ese misterio a investigar.

Estos detectives son unos personajes que vienen de tiempo, tanto en novelas, como Carnacki el cazavampiros o John Silence, o en el mundo de los comics, con interesantes personajes como del Dr. Occult, The Phantom Stranger - con ese medallón y el cuello de cisne blanco - y los Doctores Druida y Extraño en el Universo Marvel, Dylan Dog en Europa y que se ha popularizado en nuestros días con el éxito de Vértigo/DC conocido como John Constantine. Y no olvidemos que la serie de Hann-Barbera "Scooby Doo" es exactamente eso, detectives de lo oculto.

En televisión abundaron telefilmes y personajes como Kolchak , un periodista-detective enfrentado a vampiros, hombres-lobo, seres inmortales y en general, todo lo sobrenatural imaginable en una serie televisiva de culto, u otros menos conocidos como Granville Van Dusen, personaje de dos telefilmes, enfrentándose en uno de ellos a un golem con muy malas pulgas titulado The world beyond y que ya referencié en Filmaffinity.

Roddenberry estaba buscando, tras el primer Star Trek, una nueva franquicia. Había lanzado "The Questor tapes", las desventuras de un androide, sin éxito, y preparó esta película como un episodio piloto que no llegó a buen finen EE.UU., así que la llevo a las televisiones británicas, añadiendo escenas de desnudos. Los personajes protagonistas, encarnados por Culp y Young, son muy doylerianos, nos recordarán a Holmes y Watson. La investigación se desarrollará en Reino Unido, centrada en familia inglesa de gran poder, que usa su mansión para montar fiestas bunga-bunga al más puro estilo Berlusconi. Hay escenas cómicas, aprovechando el erotismo más propio de un puticlub de carretera, como la habitación de Young, con cama de agua, y las visitas nocturnas que tendrá, en modo colegiala y dominatrix. Difícil que esto colase en la mojigata televisión estadounidense.

La historia se sigue más o menos, tiene ocultismo, túnicas, monstruos, templos, cavernas, orgías, cosas de druidas y libros con poderes. A quién le gusten estos temas le resultará de interés. Y los actores cumplen sobradamente. La producción es extraña, con notables fallos de continuidad, como cuando aparecen imágenes de dos aviones distintos cuando es solo uno, así como una puerta de piedra que conduce a una gruta y que luego es de madera con bisagras.

Telefilme setentero que, a pesar de sus limitaciones y de ser una producción televisiva, puede seguirse si eres fan del género.