Por mandato del cielo (Miniserie de TV)

Absorbente e hipnótica. Disecciona el mormonismo y sus orígenes, al mismo tiempo que narra los trágicos sucesos que acontecieron en la década de los ochenta en el seno de la influyente familia mormona Lafferty, mientras que el devoto detective Pyre (Garfield) se debate entre su fe, su familia y el horror del caso.

Interpretaciones, guión, narrativa y fotografía brillantes. Un viaje hacia el terror del fanatismo, absolutamente recomendable.

Under the banner of Heaven, el libro de Jon Krakauer (traducido al español con el título Obedeceré a Dios) es una maravilla.
Con su reconocible estilo y maravillosa capacidad investigadora, el autor de Mal de altura y Hacia rutas salvajes (otras dos lecturas imprescindibles, especialmente para los amantes de la no ficción) entremezcla la terrible historia de los hermanos Lafferty con el recorrido del Mormonismo, desde su creación por medio de Joseph Smith a la manera de vida actual de las sectas fundamentalistas que aún practican la poligamia, un ambiente al que pertenecían los enloquecidos Lafferty.
Esta miniserie, escrita por Dustin Lance Black, ha intentado coger todo lo posible del libro de Krakauer, pero la mezcla no termina de ser perfecta. La historia de Mormonismo y su escisión en cientos de sectas fundamentalistas es demasiado extensa como para ser explicada en una miniserie de siete capítulos, y las pinceladas que se dan sobre Joseph Smith, la masacre de Mountain Meadows y algunos otros momentos cumbre de la historia de los Santos de los Últimos Días no son suficientes para hacerse una verdadera idea. Por otro lado, la necesidad de poner el foco en la narración (no olvidemos que el libro original no es una novela) ha obligado a crear el personaje de Jeb Pyre y a modificar un poco los caracteres de los hermanos Lafferty (y los nombres, curiosamente; sólo se mantienen los de Ron, Dan y Allen). Por suerte, Pyre es una de las mejores cosas de la serie, junto con su compañero Taba, en parte también porque tanto Andrew Garfield y Gil Birmingham están soberbios. También Wyatt Russell y Sam Worthington brillan como los hermanos asesinos, pero en general la serie deja una sensación de que podría haber sido más. De que tendría que haber sido más. O quizás es que el libro original es demasiado bueno.
Correcta, notable incluso, pero podría haber dado más de sí.

Lo mejor: El personaje de Jeb Pyre, las interpretaciones de los actores (especialmente Garfield y Birmingham) y su tono tan trágico.
Lo peor: No termina de combinar bien la historia de los Lafferty con la mormona, y no puede abarcar tanto.

Mormones, cristianos, judíos, musulmanes..., la historia más oscura de las religiones siempre sigue los mismos patrones, se escriba hace cientos o miles de años.

Las líneas entre religión y fanatismo, fe e iglesia siempre son difusas y conforme avanza cada capítulo los dos inspectores que resuelven el caso, no sólo nos conducirán tras los pasos de los asesinos, sino que tendrán que combatir contra sus propias creencias para poder conseguirlo.

Paralela a la investigación policial, la serie nos desvela la historia del Movimiento de los Santos de los Últimos Días, Mormonismo, y de cómo las decisiones que se tomaron en su fundación y primeros años repercutieron en la idiosincrasia de esta comunidad.

Buenas interpretaciones en este espléndido thriller religioso que ayuda también a comprender la peligrosa pendiente extremista por la que se desliza EEUU.

En los 80 una mujer joven y su hija de 15 meses son salvajemente asesinados. Las víctimas, los sospechosos y el policía que investiga los hechos son mormones, al igual que casi todos los personajes. La serie se basa en un crimen real tal y como fue documentado por Jon Krakauer.
La historia es terrible. Y lo es porque los asesinos, además de estar rotos y desequilibrados, son fanáticos religiosos. Y el escritor y los guionistas recorren en paralelo -y en flashback- el crimen junto a los momentos más oscuros y violentos de la historia de los mormones. Eso hace la historia opresiva y provocadora, especialmente para alguien con cualquier tipo de fe religiosa. Y se refleja bien el abismo que supone para una persona adulta ver derrumbarse todo su sistema de creencias. Pero todo eso también ralentiza mucho la trama, que a veces parece forzada para alargar artificialmente la serie.
Y por cierto que antes de verla conviene repasar las diferencias entre unas religiones y otras. Porque las hay y son muy relevantes. Y esta historia está contada desde el exterior de la fe. De cualquiera.
Las interpretaciones son soberbias.

Un thriller de los de verdad, de los que te sumerges en la historia y en los personajes y empatizas con ellos, con sus decisiones, con sus vidas personales, y todo mientras mantienes el suspense por la trama principal.

Destacaría todo, la fotografía, las actuaciones de todos los actores, la estructura de la serie, los diálogos, lo bien hilado que está todo… creo que se nota que todo está respaldado por un libro y este a su vez por una historia verídica. Eso que se dice que la realidad siempre supera a la ficción es totalmente cierto.

Es esa serie que mientras la ves piensas “voy a echarla de menos cuando se acabe” y miras cuantos capítulos te quedan. Esa serie en peligro de extinción, sí. Si estás pensando en verla, no lo dudes y disfruta.

El único pero, quizás, el último capítulo. Creo que baja un poco el nivel, pero es que estaba tan alto que era difícil mantenerlo. Creo que cuando se resuelve todo se hace de forma muy rápida. Me hubiese gustado también otro final para el prota, pero bueno, cuestión de gustos.

Me reitero en las actuaciones, de verdad, alucinantes. De diez.