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Dirty God

Drama Jade era una joven madre británica en la flor de la vida cuando su ex pareja y padre de su hija la atacó con ácido y dejó su cara parcialmente desfigurada. Ahora, mientras intenta reconstruir su rostro con cirugía, su belleza queda escondida tras las cicatrices. Al mismo tiempo, va perdiendo sus relaciones personales y se adentra en una vorágine autodestructiva. Jade deberá entonces actuar para poder retomar su vida con su hija. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
19 de agosto de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2018 se estrenó un film polaco llamado Mug en el que al protagonista se le desfiguraba la cara debido debido a un terrible accidente. A partir de ese suceso le tocaba enfrentarse a las mentes retrógradas de su pequeño pueblo, todo un relato de crítica a una sociedad polaca caduca. En Dirty God la protagonista también sufre una desfiguración, pero debido al ataque con ácido de su ex pareja. Volver a su vida de siempre en la que la fiesta y salir a ligar son una constante, no resulta nada fácil. Se siente constantemente observada, no se acepta a sí misma en su nueva apariencia y solo consigue introducirse en una espiral de autodestrucción constante. Si a eso le sumamos unas desfavorables condiciones sociales y económicas, unas amistades con las que cada vez se distancia más, un núcleo familiar en el que su madre solo tiene reproches por su estilo de vida y en el que su hija se asusta al ver su nueva apariencia, todo apunta a que Jade no lo va a tener fácil para seguir adelante. El premiado film de Sacha Polak huye de cualquier tipo de victimismo y naturaliza una sexualidad que puede resultar incómoda en muchos contextos, consiguiendo que este relato de empoderamiento femenino tenga una voz propia que resuena tiempo después de haber visto la película. Con el protagonismo absoluto de la debutante Vicky Knight, una actriz desfigurada por unas quemaduras que sufrió de más joven, se consigue una veracidad que traspasa el guion inicial e impregna el film con su propia historia, consiguiendo un acercamiento muy realista sobre una realidad pocas veces mostrada.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
Un hombre sin piedad
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20 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un drama valiente con producción holandesa que dirige Sacha Polak sobre una joven madre inglesa que reconstruye dolorosamente su vida después de un ataque con ácido por parte de su ex novio musulmán. Con la cara desfigurada y una pequeña hija tiene que afrontar la vida de de la mejor manera posible.

Jade esta interpretada por la sobreviviente de un incendio en el que sufrió graves quemaduras en la vida real Vicky Knight en su primer papel en el cine, la cual ha aprendido a vivir con su trauma y sus cicatrices. Aquí da vida a una chica inmadura, tímida y que desea volverse a operar el rostro en una clínica barata de Marruecos para poder ser la joven coqueta de antes.

La realizadora holandesa Sacha Polak, quien también coescribió el guión con Susie Farrell, dirige la película con un profundo sentido de intimidad y opresión sobre la protagonista que prácticamente aparece en todas las tomas. Otro papel importante es Katherine Kelly que interpreta a Lisa, la madre de Jade, una mujer egocéntrica y algo solidaria con su hija que se gana la vida vendiendo ropa y accesorios robados.

Algún hilo narrativo queda suelto, pero puede decirse que es un buen drama sorprendente, poderoso y a veces incomodo. Toda una tragedia muy real ofrecida por una sorprendente actuación de esta joven con mucho talento.
Destino Arrakis.com
videorecord
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30 de agosto de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ópera prima de Sacha Polak narra la vivencia de una pobre mujer a la que han quemado el rostro. Ella que intenta volver a llevar el control de su vida. Va poco a poco sumergiendose en una espiral de la cual no sabemos como acabara. Narrada con un ritmo pausado. La directora siempre desde el punto de vista de la protagonista, su mundo y su vida.
Orson_Welles
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28 de julio de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año más desde Filmdreams vamos a realizar un seguimiento de las películas más interesantes de una nueva edición del Atlántida Film Festival. En un año un poco complicado, no solo para el mundo del cine, este festival sigue apostando por un tipo de cine diferente, normalmente suelen ser más películas europeas que han estado en diversos festivales de cine y que en rara ocasión veremos en una sala convencional. Para empezar he seleccionado una película que se encuentra dentro de la sección Domestik. “Dirty God” es el nuevo trabajado de la directora holandesa Sacha Polak. La cinta fue presenta en el Festival de cine de Rotterdam y luego también formo parte de la Sección oficial de las películas extranjeras en el Festival de cine de Sundance. De esta directora recurado haber visto hace unos años "Zurich".

La primera escena de la película nos muestra a una joven en la habitación de un hospital, está a punto de recibir el alta. Llevaba ingresada varios meses después de que su ex pareja le atacará con ácido, dejándole terribles cicatrices en su rostro. Los médicos están bastante satisfechos de como ha quedado, pero para la joven protagonista no es suficiente. Sabe que fuera le espera una vida bastante dura, sobre todo para adaptarse a esta nueva situación.

La directora junto con su director de fotografía consigue mostrarnos unas imágenes bastante impactantes de la joven, enseñándonos unos primeros planos con la piel completamente deformada. Me gusta cómo nos muestran el reflejo de la protagonista en el espejo y la cara de preocupación y miedo que tiene. Queda claro que nos quieren mostrar a una chica reducida en un monstruo que su objetivo es ser vista lo menos posible.

Jade es londinense de nacimiento, se nota que viene de una familia trabajadora y bastante pobre. Tiene una hija pequeña que se asusta cuando vuelve a ver su madre de nuevo. Las dos viven junto con su abuela, una mujer bastante joven, que parece más una hermana, que la propia madre. Eso nos demuestra que las dos han cometido los mismos errores en la vida y se han quedado embarazadas demasiado jóvenes.

A partir del momento en la protagonista está fuera del hospital, nos va mostrando como se va adaptando al mundo real, se reúne de nuevo con viejos amigos y vuelve a salir de fiesta, aunque no se siente nada cómoda, por eso prefiere quedarse en casa y contactar con hombres en chats privados, donde el rostro es lo que menos importa. También descubre un clínica en Marruecos, que por poco dinero te ofrecen una reconstrucción de la cara, eso le hará realizar un viaje para cumplir su sueño, pero iremos viendo que nada le va a ser fácil.

Uno de los principales motivos que hacen que la película funcione es la poderosa interpretación de la joven actriz no profesional Vicky Knight. Se nota que es una mujer inmadura, pero aun así le da una fuerza brutal a su personaje y le pone valor para seguir con su vida. La actriz tuvo importantes quemadura en su infancia que le dejaron secuelas, sobre todo en su cuerpo, eso le ha venido bien para su personaje.

En definitiva estamos ante un nuevo alegato de violencia machista, que desgraciadamente va en auge.

Lo mejor: La interpretación de la protagonista
Lo peor: Que desgraciadamente, lo que cuenta ocurre muy a menudo

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
LASO83
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21 de diciembre de 2020
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos corrientes cinematográficas que en los últimos tiempos se hallan cada vez más extendidas: por un lado, el cine de la crueldad, que se recrea en la violencia, sexo y sordidez gratuitos sin ningún discurso que los sustente; por otro, cierto cine social que ha degenerado en la acumulación de desgracias para los personajes que retrata con una absoluta falta de respeto hacia los mismos, lo que popularmente se conoce como pornografía emocional. En Dirty God convergen ambas.

La película de Sacha Polak sigue a Jade, una joven madre soltera con escasos recursos que acaba de salir del hospital tras sufrir un ataque con ácido por parte de su expareja. En principio, la protagonista intenta superar las secuelas físicas y psicológicas de la agresión, recuperar la relación con su hija y continuar con su vida, pero el filme no está interesado en explorar la importancia de la imagen en la sociedad actual, la violencia machista o los esfuerzos de Jade por salir adelante, sino que vira hacia el tremendismo mientras se suceden los reveses del destino y las escenas desagradables.

La anodina dirección de Polak, con la cámara siempre cerca de su protagonista y regodeándose en sus cicatrices, y la fotografía, en la que predominan los tonos fríos, son ya un cliché en este tipo de propuestas. Vicky Knight, actriz no profesional, encarna a Jade solo con corrección. Sus cicatrices son reales, consecuencia de un incendio, por lo que molesta aún más la oportunidad desaprovechada para retratar con mayores respeto y profundidad sus circunstancias. El resto del reparto tampoco está a la altura.

En Dirty God no hay ninguna reflexión sobre la religión; el título procede de una línea de diálogo insustancial. Ese llamar la atención y querer impactar con un discurso vacío son perfecta síntesis de lo que ofrece esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Oflineuk
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