El hijo de Mudge

Con el título de esta crítica podría definirse la parte emocional a la que nos traslada THE MUDGE BOY.

Un trabajo intimista, correcto, agradable; que con una sencilla trama y cierto dinamismo, construye personajes arquetípicos que entroncan alejándose de lo que hubiera podido ser una historia convencional.

Un 7.

La capacidad mental no es la misma en todos los individuos y tampoco lo es la capacidad afectiva. El proceso de maduración y concienciación varía también, siendo, lógicamente, mas lento en los individuos con una cierta discapacidad. Y está el ambiente que envuelve al individuo, que puede ayudarle o puede retardarle. En fin, un tema interesante que en la película se trata con sumo cuidado. La interpretación del muchacho protagonista es magnífica dándonos todos los matices de esa discapacidad que sabemos que padece y como va madurando, a su ritmo, y como sufre y se interesa por su entorno y en particular por la gente que quiere. La película tiene una fotografía muy cuidada y destaca una luz bien dirigida en interiores y otra luz en exteriores que tamiza el paisaje y sobretodo juega con los árboles, las ramas y las hojas, dejando el camino por el que Duncan transita con su bici y donde murió su madre, con una intimidad interesante para el significado de dicho camino. La música está también muy situada y modulada, por ejemplo está muy bien el ritmo de la música cuando el muchacho va con la bici y como cambia haciéndose casi inaudible cuando pasa por el lugar donde murió su madre. Y un elemento muy bien introducido en la historia, la gallina, que tiene un amaestramiento perfecto y de alguna manera suaviza o dramatiza todas las situaciones.