Kiss Me, Kill Me

Ha funcionado en el cine de Corea del Sur la mezcla de géneros con resultados más que alentadores.
Es que los híbridos elaborados con toques de policial, thriller, comedia, drama y romance, son habituales en el país asiático. Y en general, funcionan de manera efectiva.
Tal es el caso de "Kiss Me, Kill Me", un buen film que pasea y va rotando de estilo a medida que va corriendo la cinta.
Tenemos a un asesino a sueldo que trabaja para una agencia y de la cual recibe múltiples trabajos que van desde eliminar algún peligroso ganster hasta matar a un vecino molesto por encargo.
Un día recibe un encargo para eliminar a un hombre perezoso pero al llegar al lugar descubre que se trata de una muchacha. Ella misma había solicitado el propio asesinato porque no había tenido suerte con sus suicidios.
El asesino "tiene códigos" y elije no 'limpiarla' y entre ambos surge una relación.

Cuanto más se vinculan, menos ganas de matar tiene el sicario y en la agencia piensan reemplazarlo por algún joven con más sed de sangre.

Nuevamente tengo que destacar la estética de una película coreana, lo que ya parece redundante.
Las actuaciones son efectivas y logradas, y el guión permite cuanto rulo sea necesario para entretener a la platea.
El final, sorpresivo, da un buen corte a una película que no pasará a la historia pero seguramente no contará con demasiados detractores.

Interesante mezcla de géneros que van desde la comedia romanticona hasta el thriller, Kiss me, kill me es una película que puede tacharse de blandengue, pero estupendamente ejecutada. La historia de un frío asesino que es contratado por una suicida cuyos reiterados intentos por quitarse de en medio han sido fallidos podría haber dado para mucho más. Aún así, rodada con la solvencia del cine coreano y un sentido del humor a veces irritante, la peli se pasa volando, entretiene y acaba arrancando alguna sonrisilla.
Lo mejor: El protagonista, para comérselo.
Lo peor: Ella, para ahogarla.