Un secreto

De esas películas que veo el cartel y empiezo a babear (esa elegancia, esas actrices, un título atrayente…).
Mosqueado porque pasaba el tiempo y la joya no llegaba, ahora entiendo mejor que "Un secret" haya quedado fuera de nuestros circuitos: aunque tiene mucha sustancia clásica en su interior, y aunque trata un tema con tirón como es la represión judía, lo hace desde un enfoque distinto, y además es exigente con el espectador al hacer juegos malabares con media docena de fechas (desde 1936 hasta 1985) de un modo desordenado. Desordenado pero no caprichoso, porque esta narrativa desconcertante le da una dimensión inesperada al intríngulis de la historia: primero te engañan dando a entender que el meollo está en ese misterioso pasado, pero no, el secreto está en el pasado del pasado.
Además de su interés estructural, tiene miga en su estudio de las relaciones paterno-filiales: la diferencia que hay entre cómo veías a tus padres de niño y cómo eran realmente, o la dificultad infantil para identificar sentimientos (el niño malinterpreta el dolor de sus padres por un pasado traumático que le están ocultando, entendiéndolo como desaprobación hacia él).
Funcionan bien los juegos de miradas y esa ambientación que casi no se nota tal vez por ser exacta.
Portentosas actrices: elegantísima Cécile de France, cercana Julie Depardieu, y una Ludivine Sagnier particularmente inspirada, que además tiene el personaje más interesante. Lo que llega hacer por celos es casi de tragedia griega, y enlaza con otra cuestión interesante (hasta qué punto sabían los judíos de la nube negrísima que se les echaba encima, porque si esta mujer lo sabía, lo que llega a hacer es tremebundo).

Un drama basado en la novela autobiográfica de Philippe Grimbert, acerca de los traumas que deja la guerra en la Francia ocupada en los años cuarenta sobre una familia judía sometida a la brutalidad de un régimen sin sentido y atroz del cual ya habíamos visto algunos fragmentos documentales de la época muchas, pero muchas veces, y ahora una vez más. El personaje que recuerda, representado por tres actores en distintas edades, y además descubre el secreto, es François, de 14 años (Quentin Dubuis), otro es el niño de 7 años (Valentín Vigourt) y, finalmente, el adulto, un psicólogo (Mathieu Amalric) (en blanco y negro). Los padres del protagonista, Tania y Maxime (Cécile de France y Patrick Bruel) tienen su historia, una historia de infidelidad, pero prefieren guardarla en secreto hasta que una vecina, Louise, (Julie Depardieu, hija del actor francés) se lo revela al adolescente. En aquellos tiempos era difícil comprender lo que estaba pasando, y luego de lo que pasó, lo que había pasado. ¿Cuál es el secreto, que implica simular la vida y llevar una especie de locura cotidiana? ¿Cuál la culpa? Una historia triste, bien actuada y dirigida, de una realidad que ya hemos visto mucho en el cine, encarada de otro modo, del holocausto que, obviamente, no hay que olvidar.

"Un secreto" narra la historia de un chico tímido y algo torpe tratando de comprender la historia de sus padres en distintos momentos de su vida (de la suya y de las de los padres –la película va hacia atrás y hacia adelante en el tiempo desordenadamente). Así se revela ante el espectador una trama de encuentros y desencuentros, traiciones, amores y muerte en un período que va desde antes de la Segunda Guerra hasta nuestros días.

Buenas actuaciones (me gustó Ludivine Sagnier en particular), linda fotografía (que tiene como recurso cambiar el color de la escenas dependiendo del contexto cronológico –las escenas en presente se ven en blanco y negro), diálogos interesantes y una historia emotiva y bien narrada.

El francés Claude Miller no es un director que se prodigue en exceso. Tampoco es uno de los primeros nombres que vienen a la cabeza cuando hablamos del cine que nos llega del país vecino. Miller nunca ha sido de los que estrenan a bombo y platillo. Pero, cuando he visto películas de Miller, veo un director que se lo curra, no sólo porque se escriba también los guiones, sino por ser un narrador que se esfuerza por salirse de historias convencionales o trilladas. En alguno de esos momentos Miller, sin perder nunca de vista su postura crítica ante la sociedad, se rodeó de cierto halo de realizador escabroso, al tratar en sus películas temáticas que rozaban el morbo y la provocación (L’effrontée, La petite voleuse) Un director diferente. Sin llegar a esos extremos, Un secreto, la última película de Claude Miller, cuenta una historia con los elementos necesarios para hacer de ella una cinta más que interesante.

El secreto que encierra la película nos retrotrae a los años de la Segunda Guerra Mundial. A través de los ojos de un niño asistimos al descubrimiento de ese secreto que tiene que ver con su familia, judía y francesa, en una época más que convulsa. Miller utiliza flashbacks y saltos en el tiempo para desentrañar la historia, en la cual veremos al protagonista en distintas edades, adulto, niño y adolescente.

Una temática que puede resultar incómoda, por más que el paso del tiempo haya restañado viejas heridas, como es el trato recibido por los judíos en la Francia de la ocupación. Aquí Miller le da la vuelta de tuerca al tratar el tema desde otro punto de vista, al reflexionar sobre las posturas de los propios judíos franceses a la hora de encarar esos problemas. Por si ello fuera poco, Miller introduce un puñado de intrahistorias familiares, pasionales y sociales para completar un retrato muy acertado de la época.

El reparto, más conocido en Francia que por aquí, es espectacular. La ya realidad del cine francés, Cecile de France, Patrick Bruel, Julie Depardieu, Ludivine Sagnier, Mathieu Amalric… Por lo demás, hay hallazgos visuales recurrentes en la pantalla muy logrados, el uso del color y el blanco y negro está elegido de manera muy inteligente y la estética es muy cuidada, sin caer en el manierismo ni el acartonamiento, como suele ocurrir con otros acercamientos a esos tiempos.

Un acierto, esta variante en el cine de Miller. En otras ocasiones era la sensualidad y la figura de la mujer. Un secreto es un cine más amplio, igual de intenso, pero con otros componentes, que viene a demostrar que Miller es un buen olvidado del cine francés.

Una historia más de encuentros y desencuentros familiares, pasionales y psicológicos en el contexto de los años previos, posteriores y durante la 2ºG.M., esta vez ambientada en Francia y, según se dice, basada en hechos verídicos, penosos, aunque por cierto nada exclusivos ni particularmente originales.
Guión endeble y previsible que, de no ser por los flashbacks y su relato ficcionado, casi podría ser un documental más de víctimas de la guerra. Y además, algo fría, subjetiva y alejada del clima bélico colectivo, lo cual la vuelve más una nouvelle vague que una historia conmovedora dentro de tamaña tragedia.
No me disgustó, aunque tampoco ha conseguido despertarme mayor interés que para calificarla como pasable.