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Good Vibrations

Drama En las malas calles del Belfast de los 70, nada hacía más falta que buenas vibraciones. Good Vibrations (por los Beach Boys) se llamó la tienda que Terri Hooley abrió inspirado por el espíritu de Hank Williams. La leyenda se fragua el día en el que Terri descubre el punk y pierde los papeles por ello. Hipotecando su casa y abandonando a su mujer encinta para grabar discos, nunca hubo un perdedor más épico que él: capaz de producir la ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
9 de marzo de 2013
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la historia real del productor musical irlandés Terri Hooley, una especie de Quijote de la música de los '70 que luchó contra viento y marea para que en Irlanda y más concretamente en Belfast, hubiese una escena musical digna y pacífica.

La película contiene momentos memorables e hilarantes, muy bien conducidos por su pareja de directores, donde destaca un montaje muy ágil apoyado en una buena fotografía y salpimentado con una banda sonora de lo más sugerente (The Undertones, The Shangri-Las, The Outcast, Suicide). Pero por encima de todo destaca la gran interpretación del actor irlandés Richard Dormer en el papel de Terri Hooley. El espíritu incansable e insobornable de Terri Hooley recuerda por momentos al Ed Wood de Tim Burton.

Película muy recomendable, sobre todo para los amantes de la (buena) música, que estuvo presente en la sección oficial a concurso del Festival de Cine Europeo de Sevilla 2012.
Fernando Cortizo
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2 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver esta película durante la pandemia es casi lacrimógeno. Como amante del rock (no tanto del punk pero bueno, qué más da) hiere en el alma recordar lo que era ir a un concierto, meterte en un pogo con gente que no conoces de absolutamente nada, la camaradería y el buen ambiente reinante...

Pasé mi Erasmus en Irlanda del Norte hace 10 años y la verdad que es increíble lo que este hombre tuvo que conseguir en su tiempo. Yo no daba crédito al enterarme de que está basada en un hecho real...tuvo que ser maravilloso haber logrado unir a católicos y protestantes, sin distinción, por y para la música. En definitiva, háganse el favor de ver una película así en estos tiempos tan inciertos. Se lo agradecerán. Y ya, si les gusta el rock o la buena música en general, ni os cuento. De nada.
DTRi
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1 de diciembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música y el deporte siempre han sido utilizados de bálsamo para calmar a las fieras, de lugar de unión neutral y pacífica para las masas donde tienen cabida todo tipo de ideología política, opción religiosa, preferencia económica, variedad étnica..., espacio común de encuentro de todo aquel que olvidara sus preferencias personales, odios y venganzas y se dejara llevar por la sintonía, la magia, la gratitud, el confort y el relax que proporcionan ambas actividades.
¿Y quiénes son siempre los recordados? Los primeros, los que tienen éxito y triunfan y, los últimos, los que a pesar del esfuerzo, la constancia y fuerza de voluntad se dan de bruces contra su sueño, una y otra vez, el cual mantienen intacto a pesar de no conseguir ningún logro propio.
En el caso del deporte, es por todos recordado, en los Juegos Olímpicos de Sidney del 2000, aquel nadador africano que apenas sabía nadar -Éric Moussambani- y que entró el último, casi ahogándose, con un tiempo de casi dos minutos, más del doble respecto a sus compañeros, por poner un ejemplo de los muchos.
Good vibrations narra, con el nombre del local de referencia, la ilusión, perseverancia, inquietud, locura, creencia sin freno ni stop en sus posibilidades de quien, fascinado por la música, se enamoró del punk y se atrevió a abrir, en la Belfast del 70, en plena ebullición del conflicto católico-protestante, una tienda de discos y se lanzó a producir grupos locales con un entusiasmo, fervor, apetencia y delirio inagotables que le costaron su matrimonio, el olvido de su hijo, la ruina económica, el fracaso musical continuo..., y todo lo que se pueda imaginar en este perdedor victorioso que, nunca abandonó sus creencias ni deseos y se mantuvo al pie del cañón a pesar de ser bombardeado, una y otra vez, por una despiadada y, cebada extremadamente con él, existencia dificultosa.
Magnífica recreación vigorosa, psicodélica, caótica, rebelde, loca de una historia verídica que se desarrolló en una zona arduo complicada y sensible a la agrupación de gente de diferentes pensamientos e ideas, espléndida interpretación de Richard Dormer en su plasmación del carácter y personalidad peculiar y únicos de este Simbad rítmico, de nombre Terry Hooley, en su lucha contra el incesante y bárbaro mar y su angosta, personal y enorme ballena.
Lisa Barros D'Sa, Glenn Leyburn plasman con gran vivacidad, decoro y arte un espíritu carismático de gran pasión e hipnosis para los fans amantes de este género musical, los demás observarán la gran destreza, acierto y talento de todos los participantes implicados en dicha producción, otra cosa será que te atraiga o motive el escenario, su orquesta y una narración que pueden resultarte distante y ausente, atronadora y poco estimulante o nada sugestiva.
Que sí, una historia loable y heroica de no desfallecer y vivir conforme tus sueños, empeño y bravura de aplauso y reconocimiento admitidos, encanto de descubrir a este Supermán anónimo a quien ni la kriptonita pudo con él pero, a menos que consigas envolverte de su aroma frenético, de su fanatismo esquizofrénico, de su velocidad mareante, vivirás la anécdota de su descubrimiento como información interesante, documento biográfico válido de conocer pero que causa poco énfasis y atención en tu persona.
Genial, ideal, recomendable para apasionados de la historia musical, de sus narraciones individuales con toque singular, de fotografía y ambientación impresionante, con un líder nietzscheano de alegría y desenfreno sin límites.
El resto, admitirá y apreciará todo lo mencionado desde la desgana e inapentencia involuntaria de no sentir un gran ardor e interés por esta historia esquiva y estridente, de apetencia dudosa y, alterna por momentos, que no capta ni hace posible una percepción interesante y atractiva continuada en el tiempo y donde, la motivación, simplemente cede; aceptable como curiosidad pero..., poco más
O te absorbe, atrapa y..., ¡maravilloso! es soberbia la experiencia o..., ¿cuál es la sensación cuando acudes a un concierto, por un amigo, de local fantástico y representación escénica desbordante pero, la música no es de tu estilo, no conoces al grupo que canta y las canciones te saben a vacío, a ni fu ni fa? ¡Pues eso!

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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