Husk

La verdad es que como amante del terror no tenía muchas expectativas con esta película, pensaba que me arrepentiría y que tendría la sensación de haber perdido el tiempo en una americanada. Para nada. La película me sorprendió, no solo por la original sucesión de muertes, sino que consigue en ciertos momentos sobrecogerte con escenas muy bien llevadas. No estoy diciendo que sea una obra digna de elogiar pero sí que se nota que han intentado hacer una película seria, con jóvenes actores que te pueden gustar más o menos pero con ganas de hacerlo bien. En definitiva, película con ganas de agradar y que de verdad lo consigue. Recomendable.

Brett Simmons firma el guión y la dirección del film de terror “Husk”, una nueva y no muy innovadora aportación al ya subgénero fundamentado en “una cuadrilla perdida en mitad de ninguna parte masacrada miembro a miembro”.

En esta ocasión, cinco amigos se hallan de viaje de fin de semana y el ataque de unas aves contra su vehículo los sacará de la carretera junto a un frondoso campo de maíz.
En su búsqueda de ayuda pronto se verán perdidos entre el laberíntico follaje de los interminables campos, descubrirán una misteriosa casa en el centro del maizal… y lo más importante, que no están solos. Unos tétricos espantapájaros cobran vida y están más que dispuestos a robársela a cada uno de los protagonistas para engrosar sus filas.

El reparto de jóvenes actores se compone de Devon Graye, Wes Chatham, C.J. Thomason, Tammin Sursok, y Ben Easter, quienes, pese a no regalar ninguna interpretación memorable ni que vaya a lanzar sus carreras, cumplen su función con un mínimo de credibilidad. El guión, aunque rocambolesco, mantiene el interés del espectador y la factura técnica general, aunque sencilla, es aceptable.

En conclusión, es “Husk” un producto de terror de segunda fila, un slasher con aderezo sobrenatural para pasar el rato que si bien no nos regala una porción de buen cine, sí de entretenimiento y evasión. Pasable.

-Enoch-

Película con cierta deuda y a la sombra de Jeepers Creepers, que deja mas preguntas que respuestas, pero que creo que tampoco las busca. De lo más gratificante, es que no respete el "orden" establecido para este tipo de películas en el "body count" de muertes. Hay algo enfermizo en esa habitación de costura, y aunque el gran mcguffin es saber por qué y para qué o el cómo, es preferible sentarse y dejarse asustar por estos espantapájaros en carrera de relevos.

Ni que decirlo: el género del terror está demasiado manoseado. Aunque te guste, aunque tengas un pedazo de corazoncito puesto en él ya sabes a lo que te enfrentas. ¿Será la falta de ideas; la displicencia a la hora de afrontar el género; los módicos presupuestos; la fórmula comercial ya establecida? Quizás un poco de todo. Pero cuando surge una idea en medio de envoltorios trillados se nota.

Cierto que Husk no merece ser elogiada más de la cuenta. Sigue cayendo en deja vus cansinos y parece respetar a rajatabla el axioma troncal: los personajes deben dar pie al terror incurriendo en conductas ilógicas. Vamos, que si tenemos largos trechos de maizales en medio de la nada y con algunas rutas despejadas lo más sensato es meterse de cabeza allí, donde no puedes ver bien ni lo que tienes detrás. Pero bueno, que los maizales están ahí para ser atravesados, que joder.

Pero a medida que la historia avanza se vislumbra una idea. Sobre el terreno conocido de maldiciones y con un escenario que el mismo King ya explotó de pronto Husk tiene algo más para contar. Cierto "circuito repetido" que le da a la peli un aroma singular. Luego tenemos la escena de la máquina de coser: terror efímero pero bien logrado. Bastante sugestivo.

Inclusive dentro de su modesta factura, Husk se las rebusca para sacar conejos de la galera. No es una obra construida en piloto automático. Parece grave si nos remitimos al género, ver la aguja en el pajar. Pero es algo, y se agradece.

Dentro del terror, el subgénero de los campos de maíz y los espantapájaros siempre han dado mucho juego. Ese muro verde, amenazante, desde el que te pueden observar y en el que puede ocultarse cualquier amenaza letal sin ser vista hasta ser demasiado tarde, desde "Los Chicos del Maíz" y su inacabable franquicia, al "Señales" de Night Shyamalan han sabido jugar con esta amenaza ominosa; junto a ella, el miedo que producen esos embozados en forma de espantapájaros, burlas deformes de seres humanos, alejándose de la amabilidad de "El mago de Oz" para adentrarse en el auténtico pavor de los embozados de "Jeepers Creepers" y "Brightburn". Y, sin duda, esta película ha bebido del filme que combinaba ambos miedos: Scarecrows (1988), con un guión muy similar.

"Husk" hereda todo el mal cuerpo que generan espantapájaros y campos de maíz, ambientándolo, como buen filme de terror, de noche; una noche de angustia para gente sitiada que no entiende lo que ocurre. Poco importa si uno se cree el arranque del filme, ya que tiene su vertiente paranormal. Pero una vez empieza, te mantiene en vilo, sabiendo crear angustia y desasosiego con cada escena. Progresivamente el ritmo se incrementa y el director, también guionista, sabe transformar ese malestar en la desesperación del sitiado por fuerzas hostiles, con actuaciones personales desde cobardes a heroicas, pero todas ellas desesperadas.

Aunque sólo aparecen cinco personajes, saben jugar con sus tiempos y nada de lo que sucede será previsible.

Es un buen filme de terror. No se pierde en subtramas sin interés ni en refociles de parejitas ardorosas. Va directa al grano y no se hace en absoluto pesada. Nada sobra en ella. Un magnífico equilibrio entre tempo cinematográfico e historia narrada.