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Música a bordo

Comedia. Drama Diez marineros de Cornualles, que forman el grupo de folk Fisherman's Friends, firman un contrato con una importante multinacional de la industria musical. Inspirada en una historia real, narra el ascenso de la banda al conseguir colocar su disco de debut entre los 10 álbumes más vendidos de Reino Unido.
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encantadora película británica sobre el grupo de folk tradicional de música "pesquera", si podemos llamarla así, Fisherman's Friends. Se trata de una comedia dramática muy simpática, entrañable y perfecta para ver y entretenerse conociendo una de las historias recientes más curiosas del mundo de la música, que además resultó ser todo un éxito. Además, está bien ver de vez en cuando a James Purefoy en algo como esto, en contraste con los roles de acción que normalmente hace.
Correcta, simpática y sobre todo muy entrañable fábula sobre cómo la música y la amistad siempre ganan y unen a las personas.
Sibila de Delfos
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12 de enero de 2021
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Urbanitas fuera de sitio

Música a bordo (Fisherman’s Friends), en primera instancia, parece una de esas película en las que se confronta el estilo de vida de los urbanitas, incapaces de ver más allá de su ciudad de residencia, y el de los habitantes de un pueblo más o menos remoto, que miran con desconfianza a los forasteros. Ha habido casos célebres, con sus peculiares variaciones, como Bienvenidos al norte (2008) o su versión italiana Bienvenidos al sur (2010). En este caso la historia comienza con la visita a Port Isaac, un pueblo de Cornualles (Cornwall en inglés), de cuatro ejecutivos de una discográfica.

El objetivo de estos cínicos habitantes de Londres es tomar una yate en esta población y celebrar durante dos días la despedida de soltero de uno de ellos. Cornualles, que está en el suroeste de Inglaterra, en principio es un lugar al que miran por encima del hombro. Sobre todo cuando se desbarata su plan del yate. Uno de ellos, Danny (Daniel Mays), es engañado por sus compañeros para que trate de firmar un contrato discográfico a un grupo de pescadores que cantan canciones tradicionales de la región (llamadas shanty), mientras ellos se marchan a Londres de vuelta.

Lo que no sospechaba nadie es que Danny se siente sinceramente interesado por las canciones de este grupo, los Fisherman’s Friends. De este modo, decide quedarse en Port Isaac para convencer a los pescadores de grabar un disco. Por eso, y porque se siente atraído por Alwyn (Tuppence Middleton), la hija del líder del grupo, Jim (James Purefoy).

*Siguiendo la receta

Música a bordo (Fisherman’s Friends) en muchos aspectos es una película tirando a facilona. El guion utiliza una serie de ingredientes de eficacia probada para conseguir una feel good movie de manual. Todos previsibles y esperables. Tiene una importante cuota de buen humor, algo de romance, una historia de superación y unas ingentes cantidades de moralina. El asunto es que Chris Hoggins, consigue que esta receta funcione y que, a ratos, encuentra una genuina complicidad con el espectador.

Música a bordo (Fisherman’s Friends) tiene varias subtramas partiendo de esta receta. La de Danny integrándose cada vez más en Port Isaac. Los esfuerzo que tiene que hacer para la grabación de un disco con el grupo del pueblo. El acercamiento romántico entre Danny y Alwyn. Y a partir de aquí, una especie de filosofía, tanto para la música como para la vida.

Música a bordo (Fisherman’s Friends) es un elogio a la vida tranquila del pueblecito marinero en contraposición al tráfago enervante de la gran ciudad. Alaba el sentido de comunidad que existe en Port Isaac, y la honradez y la camaradería, algo brusca pero leal y afectuosa, de los habitantes de Cornualles. En contraposición a los habitantes de grandes urbes, que son presentados como unos snobs arrogantes y embusteros. La visión es un tanto maniquea y basa su filosofía en la búsqueda de una Arcadia feliz, reduciendo las tipologías de personajes a arquetipos. Aunque no deja de haber algo de corazón en la historia.

*Una música auténtica

Las canciones de Música a bordo (Fisherman’s Friends) son mayoritariamente canciones de marineros cantadas por los Fisherman’s Friends (aunque se incluye alguna canción conocida, como la joya Fisherman’s blues, de The Waterboys). La película tiene también un componente de defensa de esta música, como epítome de autenticidad, raíces y sinceridad. Además de tener canciones realmente pegadizas. A la hora de contactar con las compañías discográficas, se contrapone cierta música pop moderna (se menciona a Factor X unas cuantas veces) como ejemplo de material prefabricado y de consumo rápido.

Para gustos colores, no deja de ser una tesis amplia. No obstante, dentro del guion chirría el inmediato enamoramiento de Danny por este tipo música, hasta el punto de apostar su carrera por los Fisherman’s Friends. Más que un descubrimiento, parece que Danny tiene una epifanía. Es bastante inverosímil el cambio de actitud de un ejecutivo discográfico en cuestión de segundos. Dicho esto, los momentos más divertidos de Música a bordo (Fisherman’s Friends), en su mayor parte, están relacionados con las actuaciones de los entrañables pescadores.

No se puede negar que hay una corriente de simpatía del espectador hacia los Fisherman’s Friends que, en buena medida, se basa en la correcta dirección de Chris Foggin. El realizador apuesta por un estilo exento de retórica, basado en dejarse llevar por el pintoresquismo de Cornualles y el carácter de sus habitantes. Todo ello aderezado con una simpática historia romántica (entre Danny y Alwyn) y particularmente, con una edificante historia en la que un puñado de gente humilde, acostumbrada a los peligros del mar, acaban adquiriendo notoriedad.

*La pandilla de Música a bordo

Dado que Música a bordo (Fisherman’s Friends) se basa en un sencillo sentido de la empatía, es conveniente revisar a los personajes y las actuaciones. Dentro de los habitantes de Port Isaac destaca Jim (James Purefoy). Purefoy realizada una actuación ruda, como de hombre duro con buen corazón, y además no se le puede negar cierto carisma. Tuppence Middleton es uno de los puntos de interés de Música a bordo (Fisherman’s Friends). No es que haga una actuación memorable, pero su desempeño es cálido y espontáneo.

Otros actores como David Hayman aportan una saludable dosis de campechanía burlona para que el espectador se sienta más cercano a la historia. En todo caso, el protagonista es Danny. Daniel Mays lleva a cabo una actuación entre cómica y seria. De un lado es un patoso propenso a meter la pata en su periodo de adaptación a Cornualles, pero su fe inquebrantable en la música de los pescadores y el cariño espontáneo a la vida sencilla del pueblo, aportan un componente serio. Aun así, es un personaje esquemático, que tiene una conversión en su filosofía de vida tan súbita como inverosímil.

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Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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28 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo una película basada en hechos reales, algo que en la actualidad empieza a ser bastante reiterativo y una demostración de la escasez de guionistas competentes y originales.
En 2009 el presentador de radio de la BBC Johnnie Walker se tomó unas vacaciones en Port Isaac, una idílica ciudad costera en el suroeste de Cornualles (Inglaterra). Allí descubrió un coro de marineros que daba un concierto en el puerto todos los viernes. Sin más preámbulos, Walker envió a su manager Ian Brown y consiguió un contrato discográfico para el grupo que pasó a llamarse "Fisherman's Friends", logrando que su álbum de debut, "Sea Shanties", se convirtiera en uno de los diez más vendidos del momento. En 2010, los "Fisherman's Friends" aparecieron en "This Morning", un programa de TV británico, donde fueron vistos por los guionistas y productores Meg Leonard y Nick Moorcroft que compraron los derechos para rodar una película sobre su vida.

Por supuesto, el film no es del todo fiel a la historia original y se permite bastantes licencias dramáticas no del todo conseguidas, y es que en vez de contarnos la historia del grupo de marineros cantantes la película se centra en el personaje de Danny (Daniel Mays), un manager discográfico de Londres y auténtico urbanita que poco a poco se irá prendando de la música, el paisaje y las costumbres de los habitantes de Port Isaac, especialmente de la hija de uno de los componentes del grupo. El reparto es notable y está lleno de interpretaciones llenas de naturalidad que resultan muy creíbles convirtiéndose, junto con las canciones de sabor marinero, en la mejor virtud del film. Incluso los auténticos " Fisherman's Friends" tienen alguna aparición breve como personajes ficticios.
El problema, en mi opinión, radica en el giro que el film da en un momento dado. Durante buena parte del metraje asistimos encantados a la vida de los habitantes del pueblo con sus canciones, su cerveza en el único pub, sus buenas dosis de humor y al conflicto cultural entre los urbanitas de Londres y el mundo rural. Pero, de pronto, el grupo de marineros cantantes deja de tener importancia y la película se centra en contarnos una historia amable pero demasiado predecible y convencional en la que abusa del melodrama en exceso lo que hace que se pierda bastante autenticidad.

Aunque "Fisherman's Friends" resulta un producto entretenido y agradable a uno personalmente le hubiese gustado que la parte final no fuese tan convencional, cayendo en exceso en lo amable y comercial, y que se hubiese centrado más en la verdadera historia musical de este peculiar grupo de cantantes de salomas.
Marius
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