Marina, unplugged

No soy experto en política, en absoluto. Tengo alguna opinión la cuál la gente inteligente me da su positiva aprobación y se que hago bien pero aún no tengo una palabra política exacta ni de lo que quiero ni en qué bando estoy. Aún no me he centrado ni formado en eso, obvio que lo haré, y es la razón de mi inexperiencia política, el porqué quizá no he disfrutado de la película tanto cómo de verdad debería o entender correctamente.


Pues sí, es Marina, Unplugged una de esas películas que dudamos si es una película o no, ¿una llamada de atención? ¿O un panfleto? No sé que puede ser, pero sí que es una advertencia y un grito a lo que hemos presenciado durante años y que podríamos volver a experimentar, también un golpe de realidad, para (ellos). Pues el equipo de Marina, Unplugged nos pone en situación de una elección errónea pero demasiado bien creada, llena de mentiras y un inesperado terror que presenciamos sobre todo en el final, ese discurso final me causa agonía.

Y quizá no hubiera sido posible sin la interpretación de Claudia Faci, única en el filme y su voz de poderío es sorprendente. Al igual que esa ayudita que recibe del escritor de ese guión que aprende Marina y que tanto nos atrapa. Marina, Unplugged es una historia de terror que contiene el blanco y negro con el objetivo de intimidar e intimar con el receptor que plasma una intención más realista y árida. Es persuasiva; el teatro vacío, la comunicación verbal y no verbal, e intentar humanizar la ultraderecha. También una reflexión sobre el poder de la manipulación. Es bellísima y tentadora a la vez. Ten cuidado al observar, y sobre todo escucharla.