Test

Esta es la frase que con su correspondiente final más ansiósamente fue esperada por los miembros de la comunidad gay cuando en los 80 se extendió el virus del SIDA y aparecieron las primeras pruebas para detectar su presencia. Es el tema de la película, pero con el aliciente de que la historia transcurre entre los miembros de un ballet de San Francisco, cuyos miembros son casi todos homosexuales, unos de vida sexual más controlada y otros más promiscuos. Este ambiente del ballet y una magnífica dirección de alguien que conoce ese arte, hace que la ansiedad y la angustia se refleje de una manera plástica en los movimientos de los cuerpos, tanto en sus ensayos, en sus preparaciones como en el ballet que representan en el teatro donde actúan. Son cuerpos magníficos, jóvenes, sin una gota de grasa y con un sentido interpretativo que atrapa completamente al espectador, más si le gusta el arte del ballet moderno. Ver a los intérpretes retorciendo y extendiendo su cuerpo nos traslada a los sentimientos que están teniendo en esos momentos. Sabemos que los personajes principales han tenido relaciones homosexuales, y las están teniendo, por lo tanto el espectador está deseando saber cual será el resultado de la prueba. Como se trata de ballet moderno, la música es también actual, por lo que aquellos que tienen una cierta animadversión a la música y ballet clásicos no van a sufrir. Muchos de los planos están rodados en un escenario, de manera que la utilización de las luces ayuda a tener buenas imágenes, pero es que las imágenes de exterior y las de interior están tan bien iluminadas que se sigue disfrutando de la pantalla.