Su propia víctima

Los aficionados al cine en general y los aficionados a Bette Davis en particular, debemos felicitarnos por la salida en dvd de esta película. Estoy seguro que sus fans harán críticas más sesudas, más técnicas y más aproximadas a la realidad que ésta que están leyendo, que no deja de ser la opinión de un lego.

Un crítico del momento tras el estreno de esta película comentó de Bette Davis que "su busto parece un saco relleno de botas de goma y su cara una foto del estado de Utah tomada desde un U-2". Bueno, es una opinión, aunque parece que dicho crítico obvia la interpretación en sí. A esas alturas de su carrera parece fácil pensar que pudiese caer en la autocomplacencia de sentirse por encima del bien, del mal y..., de la crítica; sin embargo, lejos de esa autocomplacencia, Miss Davis escoge un doble papel de hermanas gemelas (por segunda vez en su carrera, pues ya hizo doblete en el film "Una vida robada", de 1946). La peculiaridad de estas hermanas para la interpretación de la actriz radica en que no se trata del típico rol "gemela buena-gemela mala", sino que son dos gemelas malas... Una mala de verdad, una pitón vestida de armiño, y otra mala de rebote a la que le sale todo mal.

No entraré a contar más para no destrozar el argumento. El rodaje de esta película no fue particularmente conflictivo por parte de la actriz dado que estuvo a las órdenes de Paul Henreid, su compañero en "La extraña pasajera" (1942), con quien siempre mantuvo buenas relaciones. Quizá vista hoy podamos esbozar una media sonrisa al ver en la peli recursos comunes que después se han utilizado en infinidad de thrillers con lo que se pierde capacidad de sorpresa. No obstante, Bette Davis fue una actriz que siempre luchó por conseguir entretener al público con interpretaciones de calidad. Y esto es lo que podemos decir en última instancia de "Su propia vícitma": que es una película muy entretenida, muy recomendable y nos ofrece el doble de diversión que una película con "una sola" Bette Davis.

De no muchas películas de hoy se podrá decir lo mismo 45 años después de su estreno..., ¿no?

Lo primero tener una hermana gemela y ser totalmente idénticas.
Es aquí cuando el guión puede pecar de algo presuntuoso.
Entonces la suplantas y ocupas su vida, tanteando el terreno primeramente.
Pero... ¿Puede Karl Malden, un sargento de policía veterano, con un expediente lleno de éxitos, perspicaz a tope –como demostró en Las calles de San Francisco años después junto a Michael Douglas- no advertir que la mujer que tiene delante es en realidad la mujer con la que quería casarse, su hermana gemela? ¿Tan idénticas eran en todo su físico a la vista?

Así debe ser porque nadie se entera.
Aceptando ese hecho, la peli es buena porque resulta interesante cómo la suplantadora tiene que ir salvando los obstáculos que se le van presentando ya que no tenía ni idea de la vida que llevaba su hermana. Ni conocía el servicio, ni sus amistades, ni la mansión… Ni a su amante.

Y una buenísima oportunidad de ver a ese eficaz Karl Malden en uno de los papeles que mejor le van, el de poli, con una mirada dura e inquisitiva que se caga uno en los calzoncillos.

Parece que los papeles del último tercio de la carrera de Bette Davis se impregnaron todos del éxito de ¿Qué fue de Baby Jane? pero éste caso es distinto.
Pese a tener un "tono" similar a la antes citada y a "Canción de cuna para un cadáver" o "A merced del odio" ésta película que nos ocupa no es más que un remake de los que tanto abundan hoy en día.
Hollywood lo lleva haciendo desde el principio de los tiempos, aunque últimamente se han superado a sí mismos, el "adaptar/robar/plagiar/homenajear" (elijase el adjetivo calificativo que se prefiera) obras de otras latitudes y adaptarlas al público americano es inherente a su modelo de negocio.
En éste caso la obra homenajeada es "La Otra" de Roberto Gavaldón del año 1946 (of course, la obra original no se encuentra en ésta base de datos, la vida es así de injusta) interpretada sin desmerecer en las comparaciones con la Davis por una Dolores del Río en todo su esplendor.
Por eso recomiendo para una verdadera valoración de "Su propia víctima" revisar la obra precedente porque se descubren unos cuánto trucos de guión, las diferencias entre un actor como Karl Malden y su homólogo mejicano o el cambio de "leit-motiv" que da sentido a la trama (ver spoiler).
Espero que la gente descubra está película semidesconocida y le de una oportunidad a la obra original en que se basa.
Por mucho que sigan haciendo remakes siempre tendrán mi simpatía "los originales" por cuánto supone de riesgo el intentar contar una historia por primera vez.

Bette Davis interpreta en esta película uno de sus típicos papeles de mala, malísima que cimentaron su carrera cinematográfica y que en definitiva la han convertido en un mito y en una de las grandes personalidades del cine clásico norteamericano. Aquí la tenemos además por partida doble en una película –incomprensiblemente poco conocida- que se inscribe dentro del subgénero del cine de gemelos, un recurso siempre atractivo y que tradicionalmente ha dado mucho juego tanto en drama como en comedia.

En una de sus escasas incursiones detrás de las cámaras, el también actor Paul Henreid, el inolvidable Victor Lazslo de Casablanca, dirige este drama con toques de suspense cuya baza principal recae en la arrolladora personalidad de su protagonista femenina. El único pero que se le podría objetar al film es el de un guión que a veces parece funcionar al límite planteando situaciones que si bien son asumibles todas ellas, no siempre parecen del todo creíbles. Y eso que cuenta con un final que merece todos los elogios.

La historia de dos hermanas gemelas (ambas interpretadas por Bette Davis) de diferente "status" social. La pobre matará a la rica y suplantará su personalidad... Una vez finalizó la desasosegante y terrorífica "¿Qué fue de Baby Jane?", la Davis se embarcó una vez sí y otra también en proyectos de películas retorcidas dónde incorporaba papeles de mala malísima que acrecentaron su catalogación en los como "La loba". Esta es una de ellas; no están cargadas las tintas, no hay grosor ni espesura en la trama, pues Henreid prefiere lograr una buena y eficaz película, antes que meter la cabeza en otros atolladeros dónde o te empantanas o sales limpio tras un baño de lodo.
Soportada casi en exclusiva por la diva, es un film muy interesante, realizado sin complicaciones, cuidado formalmente, eficiente a todos los niveles. Es decir, una de esas buenas películas que han hecho del cine una estación dónde apearse es ineludible.