Estertor

Una panda de cuatro frikis, a cada cual más subnormal, tiene por encargo cuidar a un tío que en el pasado se ve que mató a mucha peña. Como se aburren mucho se dedican a hostigarle y torturarle. Hasta ahí el argumento promete, y más cuando leemos en la sinopsis que sus cuidadores le maltratan.

Pues señores, ya me gustaría a mí que en mi vejez me cuidaran la mitad de bien que a este asesino. Comida cuatro veces al día, masajitos, baños perfumados con cánticos incluidos, eventuales cenas elegantes, hasta paseítos por el parque... vamos, que a este señor le tienen como un maharajá. A excepción de puntuales escenas donde le vacilan un poco, por lo demás creo que bastante bien vive este capullo tras haber hecho lo que hizo en su día.

En realidad, ese argumento era un pretexto para filmar situaciones a cada cual más absurda que viven los personajes en la casa. Una ninfómana manipuladora que le pone mamar manos, un pringado que se cree seductor, una menopáusica con cara de vinagre y vaga como ella sola, y una embarazada sin personalidad de la que se aprovecha todo el mundo. Los dos primeros se pasan la película follando y metiéndose la medicación del viejo, la cincuentona trayendo por la noche a víctimas del genocida para que se desquiten diciéndole cosas al oído; y mientras los demás se tocan los huevos la embarazada es la única que limpia y hace cosas en la casa. Que dan ganas de darle un bofetón para que espabile.

Y el nieto del viejo es para darle de comer aparte. Un tío que tiene una filia con la leche y el líquido amniótico de las embarazadas únicamente puede llevar los genes de un torturador y genocida.

Ah, y le recomiendo a los realizadores de esta película que pisen al menos una residencia en su vida. A ver si les parece normal las condiciones en las que viven muchos de nuestros mayores los cuales en su mayoría han llevado una vida mucho más digna y decente que el protagonista de esta película y que en muchas ocasiones malviven en condiciones penosas (incluso existiendo casos de vejaciones físicas REALES como constatan vídeos que han trascendido al público). Eso sí es tortura y lo demás mamandurrias.