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No dejes de mirarme

Drama. Thriller Kurt Barnert es un joven estudiante de arte en la Alemania del Este. Está enamorado de su compañera de clase, Ellie. El padre de ella, el Professor Seeband, un famoso médico, no aprueba la relación de su hija y está decidido a destruirla. Lo que ninguno de ellos sabe es que sus vidas están conectadas por un terrible crimen cometido hace décadas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
28 de abril de 2019
49 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contra todo pronóstico, habida cuenta tanta mala crítica ‘oficial’ que había leído, pude convencer a mi mujer para que me acompañara a ver esta película que yo intuía interesante. Y la verdad, esta intuición mía que en ocasiones no falla, acertó, y a ambos nos gustó mucho esta cinta de historia, arte, amor y docenas de sorpresas más.

Es una película grandes dimensiones, que aborda aspectos diversos y complejos. Parte el film con Hitler recién aterrizado ante el fervor de la multitud; muestra el terrible bombardeo de Dresde; y en cuanto al transcurrir histórico, llega hasta 1966 en la moderna Alemania Federal. Ello sin olvidar que todo está ligado a la búsqueda de la identidad, así como a la mirada inicialmente titubeante de un artista en el contexto de una Alemania estalinista que impone sus estándares pictóricos y artísticos; y para que de nada falte analiza la locura, el azar y la comprensión presentida, más que la comprensión racional.

Me ha parecido de excelencia la dirección de Florian Henckel von Donnersmarck, guiada por un guión del propio Henckel muy bien trabado e interesante. Música adecuada de Max Richter y una sobresaliente, o mejor genial fotografía de Caleb Deschanel, que aporta una gran belleza visual al film. Es meritoria igualmente la puesta en escena, vestuario y atrezo de época.

El reparto es excelente. Podemos ver a Tom Schilling que está más que convincente y natural como Kurt Barnet, el joven artista huido de la RDA y personaje protagonista. Magnífica y bonita Paula Beer, la muchacha esposa del artista, Ellie Seeband. Pero es Sebastien Koch quien más alto vuela en una interpretación impecable como el maléfico Dr. Carl Seeban, médico de las SS que sabe acomodarse a los nuevos tiempos con la astucia de un zorro tras haber cometido mil y unas tropelías criminales en su pasado. Actores de reparto muy buenos.

El arco de historia que aborda la película muestra elementos interesantes con relación al arte. Sobre cómo las grandes dictaduras como la comunista hacen prevalecer su idea estética en forma de una belleza ruda, al servicio de sus ideales, lo cual anteriormente había hecho Hitler y que luego calcó Stalin con grandes murales de imágenes fuertes de proletarios sosteniendo la hoz y el martillo caminando en pos del socialismo, y considerando perversa cualquiera otra manifestación artística considerada decadente y burguesa. Esto fue así. Yo mismo, hace añares, en una visita a la URSS, pude comprobar la horripilante estética socialista y cómo, en el mismísimo Museo del Hermitage se arrumbaban en las últimas salas pinturas de Wasily Kandinsky, Peter Mitchev, Marc Chagall u otros reputados artistas mal considerados por el Staff.

Pero lo que para mí tiene mayor interés son las coincidencias de los protagonistas que confluyen en un punto donde se entrelazan historias tenebrosas y criminales de dos o tres décadas antes. Lo curioso es que el guión de Henckel acierta a concluir en descubrimientos que el protagonista, el joven pintor, va a ir haciendo conducido por su olfato y ciertos elementos azarosos que lo ponen en el camino de ordenar elementos de un puzzle que él recuerda vagamente de su primera infancia y su tierna relación con su tía.

El quid de la cuestión reside en una escena en la cual, el protagonista, ya muchacho, desde lo alto de un árbol acierta a tener una iluminación y, yendo a toda prisa hacia su casa, viene en decirle a su padre que lo ha comprendido ‘todo’, como que todo está relacionado; es como si el joven hubiera tenido un profundo y clarificador insigth, un momento de eureka, de haber descubierto que hay una ‘totalidad’ que permite ver clarividentemente la universalidad del mundo y de las cosas. El “insight” es un clamor interno que provoca cambios en la persona, pues no solamente afecta la conciencia del artista del film, sino la relación de todo con todo, tomando como base su mirada abierta, serena y de conjunto, que viene a concluir que los elementos aislados constituyen una ‘forma’ ordenada y clarificadora, una realidad percibida en forma reconstructiva dentro de un orden orgánico. Como expresa el joven pintor, una serie de números tomados sin orden no son nada, pero si constituyen la serie ordenada de un premio de la lotería, éstos adquieren un sentido y una dimensión insólita. Este es el hallazgo instintivo e inconsciente que el artista Kurt Barnet hace al final de la historia. Descubrir el nódulo de la verdad y de su vida, a través de indicios fortuitos que él va ordenando con su pintura apoyada en los vagos recuerdos de sus primeros años.

Mi parecer es que siendo una cinta de más de tres horas, mantiene la atención y el interés todo el metraje. Es una obra poliédrica, con lecturas diversas sobre aspectos muy variados y complejos relacionados con la historia, el arte o la psicología. Todo ello está narrado con gran pericia y rigor.
Kikivall
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30 de marzo de 2019
33 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: 6,5

Aunque Florian Henckel von Donnersmarck se saca la espinita clavada de su mala experiencia en Estados Unidos con su anterior trabajo, The Tourist (2010), La Sombra del Pasado parece demasiado desequilibrada, tanto en la ejecución como en el contenido, y queda lejos de estar a la altura de La Vida de los Otros (2006)

Inclusive este desequilibrio se percibe dentro de las propias escenas. Un ejemplo lo tenemos cuando el pequeño Kurt se despierta por la noche debido al ensordecedor ruido de los aviones que sobrevuelan los cielos de Dresde en febrero de 1945. Miles de trozos de papeles plateados caen del cielo, una forma de incomunicar radios y radares. La belleza de esa imagen en combinación con los bombardeos de la ciudad que transformó la magnífica ciudad del valle Elba en un mar desolado de escombros y cenizas, es abrumadora con lo que viene a continuación.

De repente, esa fuerza y belleza visual desaparece ante nuestros ojos. Florian Henckel von Donnersmarck da paso a las imágenes de Elisabeth conducida a la cámara de gas junto con otros “enfermos mentales y degenerados”. Las imágenes de la cámara de gas son clichés innecesarios y que no aportan nada. Un recurso fácil para apropiarse de las emociones de la audiencia.

La sutileza brilla por su ausencia

Después de la guerra, Kurt (Tom Schilling, conocido por su papel protagonista en Oh Boy) termina en la Academia de Arte, donde el régimen comunista enseña el realismo social. La conformidad es una virtud, salirse de las pautas marcadas cuenta como fracaso. La Alemania Oriental de posguerra ha cambiado una norma represiva por otra y Von Donnersmarck (quien también escribió el guión) enfatiza de forma repetitiva en el tema a lo largo de la trama, desde el plano histórico hasta el personal.

Una forma de rizar el rizo es cuando Kurt conoce a una mujer (Paula Beer) en la academia de arte que se parece en algo a su tía y que también se llama Elisabeth. Kurt le dirá que le recuerda a alguien por si todavía queda algún espectador por percatarse de la relación. Y, además, su padre también es el hombre que anteriormente tuvo el destino de la otra Elisabeth. La Sombra del Pasado está llena de momentos y situaciones de este tipo donde la sutileza queda bastante en entredicho.

La interpretación de Sebastian Koch sobresale del resto

El papel de Elisabeth interpretada por la siempre brillante Paula Beer, lamentablemente se reduce cada vez más a su hermoso cuerpo en la segunda mitad de la película. Von Donnersmarck se pasa la mayor parte del tiempo en poner el cuerpo de la actriz en tomas de cámara silenciosas y gregarias en la luz correcta y capturarlo en tomas estéticas.

La colaboración del director con Sebastian Koch vuelve a funcionar bien. Koch interpreta a un patriarca familiar manipulador y un médico nazi sin escrúpulos de una manera más que convincente. De esta manera, coloca al resto de protagonistas un poco a su sombra. Sus personajes se mantienen algo planos.

El personaje de Oliver Masucci, interpretando al profesor Antonius van Verten, quizás sea la figura clave de La Sombra del Pasado. Este pintor y maestro dará la pista y la clave a Kurt para encontrar la esencia de su arte. Van Verten le hace a Kurt la pregunta crucial: ¿quién eres?. En la respuesta encontrará los materiales y la forma de pintar y expresar su arte.

La música

Muchas escenas ocurren silenciosamente sin música de fondo, pero cuando se trata de transmitir emociones y estados de ánimo de manera eficaz, Florian Henckel von Donnersmarck también utiliza las herramientas de la música de cine clásica y acompaña a muchos momentos opresivos y exultantes con música orquestal maravillosa, compuesta por Max Richter.

Recorrido por la historia de Alemania

La Sombra del Pasado cronológicamente se desarrolla durante el período nazi, el ascenso del socialismo de Alemania del Este y la construcción del Muro de Berlín. Durante estos episodios de la historia alemana, Kurt Barnert, un personaje basado en Gerhard Richter, el fundador del movimiento artístico “realismo capitalista”, nunca mira hacia otro lado. Como artista, siempre quiere mostrar sus sentimientos más profundos en el lienzo. Florian Henckel von Donnersmarck se pregunta si la autenticidad individual es el objetivo más alto en el arte o si el arte debe servir al colectivo, como en la RDA y durante el régimen nazi.

En la Alemania de los nacionalsocialistas, el arte debía estar al servicio del imperio. Las obras que no glorificaron al nacionalsocialismo fueron consideradas de arte degenerado y prohibidas. Las personas que no podían ser útiles para el imperio eran consideradas impuras e inútiles. La Sombra del Pasado nos muestra cómo las personas, el arte y básicamente todo era secundario al sistema político.

Conclusión

En la película, sin embargo, deja una lectura un tanto cliché del trauma como fuente de gran arte. A Florian Henckel von Donnersmarck no se le puede negar la ambición. En más de tres horas, que nunca resultan aburridas, La Sombra del Pasado recorre durante tres décadas Alemania Oriental y Occidental. Pero como retrato de un artista, la película no profundiza lo suficiente en el proceso de creación. El trauma como fuente de inspiración es un enfoque demasiado cliché, al igual que el retrato realizado de Alemania resulta demasiado simplista.

https://cinemagavia.es/la-sombra-del-pasado-pelicula-critica/
Eduargil
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31 de marzo de 2019
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de la estupenda película "La vida de los Otros" por la que ganó el Oscar en 2006 Florian Henckel von Donnersmarck vuelve a Alemania después de ocho años de rodar la fallida "El turista" con Angelina Jolie y Johnny Depp, para contarnos un drama que abarca tres décadas y que se centra en la vida del artista ficticio Kurt Barnert, pero realmente todo apunta a una biografía de uno de los pintores contemporáneos más populares de Alemania Gerhard Richter. 
1940 hay órdenes a los directores de todos los hospitales para que envíen a los campos de concentración a personas con discapacidad mental para que haya más camas disponibles para los soldados. Aquí es donde conoceremos a el profesor Carl Seeband (Sebastian Koch) que lleva una clínica en Dresde. Como buen nazi comienza a mandar a la cámara de gas aleatoriamente a quien considera oportuno y ahí entra en escena Elizabeth la tía de Kurt que es enviada a uno de los campos.
Años después Kurt por el azar del destino conoce a una hermosa estudiante de moda (Paula Beer) de quien se enamora por el parecido físico con su fallecida tía. Esta es ni más ni menos la hija de el criminal nazi....
El film cuenta con una espectacular fotografía de Caleb Deschanel que fue nominada al oscar este año y una música de Max Richter (Shutter Island, Hostiles) impresionante. 
La película se sigue con gran interés y vamos descubriendo cosas muy interesantes de la vida en Alemania durante y después de la guerra. Conoceremos al artista como va haciéndose famoso, primero con murales de trabajadores heroicos y campesinos para contentar a los gobernantes comunistas de la Alemania del Este y poco a poco con sus dibujos y lienzos de arte moderno.
La historia de amor entre Kurt y Ellie es preciosa dandole al drama el toque épico que  necesita. Los actores estan magnificos Sebastian Koch que ya trabajo de protagonista en "La vida de los otros" es el doctor Carl, Tom Schilling es Kurt y las dos chicas que dan brillo a la película son Paula Beer (Frantz) y Saskia Rosendahl (Lore) que interpreta a la tia.
Destino Arrakis.com
videorecord
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13 de abril de 2019
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de comenzar de un modo un tanto maniqueo y de algunos fallos, creo que es una buena película, especialmente recomendable en estos tiempos en que vuelven a soplar envenenados aires de unidad patriótica, Suscribo totalmente la crítica de JR Boxó, de Málaga y me preocupan enormemente las críticas de los supuestos profesionales que, o bien no han entendido nada o, mucho peor, están al servicio de otros intereses. Lamentablemente, parecen haber logrado su fin, ya que éramos muy pocos espectadores en la sala. Pero, cada vez son menos fiables, yo prefiero escuchar a los no profesionales y, por ello, FilmAffinity juega un papel fundamental en mi selección de películas a visionar, complementado por mi personal intuición, lo que forma un cóctel que rara vez me falla. Me costó convencer a mi acompañante, un gran aficionado al cine y con una vasta cultura, pero lastrado en esta ocasión por las críticas negativas y el inapropiado título en español, que poco ayuda también.

El gran acierto de la película es presentar una visión del Arte como expresión y liberador de la carga ideológica en sociedades totalitarias, religiosas o laicas, neoliberales o pseudodemocráticas, donde el dinero es quien marca las reglas y gana en las urnas. Sin, por ello, dejar de criticar ese arte snob, que es mero bien de consumo y distintivo de una clase privilegiada (en dinero, que no en cultura, por lo general)
MARIANA
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28 de julio de 2019
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy lejos de la calidad de “La vida de los otros”. La peli, aun así, es ambiciosa, no solo por las más de tres horas que dura y las tres décadas por las que discurre la trama, sino, particularmente, por la intensidad de los mensajes que quiere transmitir. No solo habla de historias cruzadas con un personaje protagónico como hilo conductor, es una obviedad que hay política también.

El director viene a contarnos cómo afecta a la vida de los personajes y a la evolución del protagonista como artista (cómo afecta a la concepción del arte) la represión del régimen nazi y posteriormente del régimen socialista en la Alemania Oriental (RDA). La culminación artística del protagonista llega con el individualismo, cuando el arte pasa a emanciparse de toda misión social: es al margen de la norma donde se encuentra a sí mismo, mirando al otro lado, como siempre le dijo su tía. Una tía que, bien sabemos, fue vencida por la norma. Y la norma será vencida por él.

Hay aspectos de la peli que se me hacen pesados. No solo es demasiado larga, también tiene fallos de ejecución y en algunas partes es repetitiva, obvia y muy poco sutil. Esperaba más contenido para el papel de Paula Beer, reducida a desnudos y amante a la espera durante toda la segunda mitad. Habría sido más inteligente profundizar en ella y contraponerla a la otra Elizabeth.

También me ha parecido floja la reflexión que en cuanto al arte hace. Usa la creación artística como metáfora para machacar al socialismo y su neutralización de las emociones y aspiraciones individuales para entonces reivindicar las bondades del individualismo y del capitalismo: «ich, ich, ich». Pareciera que ironiza sobre el realismo capitalista pero no, no lo hace, no lo creo. Por esome ha resultado decepcionante :/

En cualquier caso, me quedo con los primeros minutos de la peli, de amor maternal y esquizofrenia, hasta cuando los aviones sobrevuelan Dresden para convertirla en piedra y arena.
marsolba
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