Hurt

Nos cuenta la historia de una familia (madre y 2 hermanos adolescentes) que a causa de la muerte del padre de familia en un accidente de automóvil y debido a dificultades económicas, se trasladan a vivir junto al hermano del difunto (cuñado de la madre) a un deposito de chatarra en situado en un árido y desértico paraje en el que hay una manada de lobos que llevan un tiempo merodeando.

A ese hogar recientemente formado en el que se respira muy mal rollo debido a lo mal que mezclan la personalidad del Chatarrero y la de los 2 urbanitas hermanos, se suma una niña de luctuoso pasado y relacionada con devaneos del difunto marido de marras, a la que la madre acoge temporalmente.

Con estos ingredientes enfocados a una cinta de terror psicológico (omito a propósito cualquier referencia al origen de este pues caería en el spoiler) puede salir cualquier cosa dependiendo del cocinero (director y elenco actoral), enjundia de las instalaciones culinarias (producción) y calidad de los comensales (cine o televisión).

Pues bien, siempre y cuando tengas claro que estamos ante una película que cumple con todos los requisitos para ser exhibida en televisión durante una sobremesa, se la puede calificar como pasable, por lo que dado que desde el primer minuto de metraje queda claro que esa es la finalidad con la que está rodada, no tiene mucho sentido y sería injusto ponerla a parir en base a lo plano, blandengue y previsible de su conjunto.