Deathstalker III

La tercera película de esta saga empieza a mostrar una inquietante falta de imaginación e incluso de las características propias de este tipo de filmes de serie Z de espada y brujería. Y con ella aparece la tercera encarnación de Deathstalker, en forma de rubio con corte de pelo noventero y ambientado en una edad media indeterminada. El mundo bárbaro del primer filme ya es historia.

Con una calidad similar a la execrable serie de TV "Conan el aventurero", este film racanea en desnudos gratuitos, con escuálidas protagonistas, en sangre y mutilaciones, pareciendo un film sujeto al código Hays, sin gota de hemoglobina y que decepciona en las coreografías de las escenas de acción, en especial los duelos a espada, que parecen preparados por la fiesta de fin de curso de algún instituto de secundaria.

Y si a esto le añadimos un guión horroroso, en la que aparecen de nuevo (y ya van tres) princesas en apuros, con un malo de pena y un mago que podría ser tu vecino cuando se disfraza en Halloween, llegamos a la conclusión que este filme es ciertamente decepcionante; y para colmo, decepcionante para un género, la serie Z, en la que nadie exige nada.

En detalle, se observa el cambio de productora y de país de rodaje, pasando a Méjico. No reciclan las escenas de los anteriores filmes, pero a cambio, emplean en su banda sonora fragmentos del tema "La Profecía" de Brian Eno para el film Dune, y me parece que incluso emplean fragmentos de las bandas sonoras de Star Trek.

En fin, un bodrio que no resulta ni aprovechable para los aficionados a este "selecto" tipo de filmes. Y aún hay una cuarta parte...