Polvo de ángel

Un policía violento, demasiado sobredimensionado del policía de vuelta de todo. Duerme en las celdas como un delincuente más. Bernard Giraudeau compone un inspector que para el espectador, cuesta trabajo creerse pero que termina aceptando, y es que el desarrollo de la película va bien coordinado.

Es una película acorde a los films policiales ochenteros americanos, con esas pinceladas. Eran los tiempos en los que se parió la mejor música, siguiendo a los setenta, aunque aquí es algo que no trata. El ritmo de la película no es rockero, es una película de espacios abandonados, de sótanos y hospicios, pero también hay sufrida amistad y cariño mal expuesto. Por lo menos se aparca el manido tema de los mafiosos italiani de los setenta y se sigue con el policía no ya rudo de la década anterior, que aún así era serio y competente como las series americanas de la época lo atestiguan, si no que ya es totalmente contrario a las normas, descuidado, irresponsable y en las últimas.

Este es el protagonista que nos encontramos aquí y al final, conectas con él. A pesar de todo. Una película extraña y recomendable.