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La última bala

Western Los trabajadores del ferrocarril no han cobrado su sueldo desde hace meses debido a los atracos de Whitey y su banda, a la que pertenece el peligroso pistolero Utica Kid. La compañía ferroviaria contrata los servicios de Grant (James Stewart) para evitar que continúen los robos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
22 de junio de 2008
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente western rodado en las postrimerías de la edad dorada del género y que quizás por ello no goza de un gran cartel. Rodado por un casi desconocido James Neilson contó con el respaldo de Anthony Mann y del gran James Stewart como principal estrella de la Universal.

La historia se desarrolla en torno a la construcción del ferrocarril. Durante la película se entrecruzarán viejas rencillas, asaltos al ferrocarril, amores imposibles, luchas internas en una banda de forajidos, elecciones morales entre el bien y el mal y como no alguna que otra pelea a puñetazo limpio y algún que otro tiroteo. Bastante interesante en este caso (ya se puede observar incluso en el cartel) los diferentes caminos que se pueden tomar en la vida ejemplarizado en los personajes de James Stewart (Grant McLaine) y Dan Duryea (The Utica Kidd) y que termina siendo el argumento central de la cinta.

Sin embargo, y a parte del guión, interpretaciones personales y dirección, destaca sobremanera la estupenda fotografía que durante más de la mitad de la cinta se convierte en el argumento principal y que consigue hacer disfrutar al espectador de unos paisajes maravillosos dándonos una vuelta por el ferrocarril en su paso a través de Las Rocosas y ganándole millas al por entonces inhóspito territorio de Colorado.

Con un buen final y una duración de metraje que se hace bastante llevadera los amantes del género disfrutarán de esta cinta que, sin estar ni en primera ni segunda linea de producciones del lejano oeste, si auna un gran número de cualidades para sin duda tenerla en cuenta dentro de este cine que tan importante ha sido en la historia del séptimo arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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16 de julio de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si viniera un extraterrestre cinéfilo y viera el inicio de La última bala diría que la mano de Anthony Mann estaba por allí. Y si no fuera cinéfilo siempre le quedaría saber leer. La última bala en el cine del mejor director de westers no llegaría a la cima; a pesar de tener una fotografía admirable, unos diálogos de cine cómico de altura y un excelente final. Pero si vemos que la hizo James Neilson digamos al 70% la cosa cambia y sería un clásico en su discreta filmografía. Audie Murphy el soldado más laureado de la II.G.M da la talla. Y el que rompe dicha talla es el villano que más veces ha muerto en el cine: Dan Duryea. De James Stewart decir que ha sido el mejor en casi todo y en el western no iba a ser menos.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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14 de junio de 2008
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy complicado encontrar en la filmografía de uno de los mejores actores de todos los tiempos como James Stewart un año malo, pero puestos a decir uno me quedo con 1957, ya que ni la biografía del piloto aéreo Lindbergh ni mucho menos este discreto western son películas memorables.

“La última bala” no aporta nada especial al género por excelencia de la historia del cine, y quizá por eso sea una película poco conocida para el gran público y difícilmente aparecerá jamás en ninguna clasificación de películas del oeste a tener en una videoteca.

Se echa de menos otro director que hubiese sacado mejor partido a todos los elementos técnicos que la película disponía. James Neilson, un don nadie en esto del cine, que lo mejor que hizo en su vida fue poder dirigir a Raquel Welch –que no es poco- no es capaz de llevar a buen puerto una historia convencional de dos hermanos con diferentes formas de entender la vida. Por supuesto James Stewart es el hermano bueno, aunque en esta ocasión parece un poco cansado y envejecido para este papel de cowboy, al que sólo puede aportar su saber estar delante de la cámara sin innovar.

Algunos diálogos, sencillos pero efectivos son lo mejor de la cinta, además de la presencia del ferrocarril, que es otro protagonista más de este western con más voluntad que calidad, que nos trae apenas hora y media de algo ya visto pero que nunca cansa como es un vaquero a caballo por las praderas, cosa que sí ocurre con los asesinos en serie o las persecuciones de coches.

Se puede ver, pero no permanecerá en la retina de casi nadie.
vircenguetorix
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13 de marzo de 2010
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El western que Anthony Mann no quiso dirigir. Este es, sin duda, el título resumen de una película discretísima donde la presencia de una figura del género salvaje oeste como es James Stewart no resultó suficiente para diluir las malas críticas ni impedir su descalabro económico.

¿Porqué se negó a colaborar con su actor "fetiche" por excelencia? Cuentan las crónicas que el guión le pareció endeble y con poco fuste. Bueno, pues sí, tenía razón, lo cual no sorprende viniendo de un director que de cine y de westerns sabía algo. La historia es algo así como las campanas de Santa María pero en westerns. Lo importante son las moralinas. El resto del guión se confecciona porque hay que rellenar una duración aceptable que ronde los noventa minutos que es lo acostumbrado.

Así las cosas se delega el encargo en James Neilson, hombre fundamentalmente de televisión y al que por lo visto aquí, el cine le venía algo grande. Aún así, gracias a la fotografía en Technirama, a la música de Tiomkin y a ese pedazo de actor que es James Stewart que saca partido hasta de las tramas más infumables, el film encuentra fuerzas de donde no parece tenerlas y consigue un aprobado raspando, lo cual es mucho.

Bajo la apariencia de una historia de delincuentes decididos a dejar sin salario a los trabajadores del ferrocarril, La última bala es, en realidad, la historia de dos hermanos, un poco a lo Cain y Abel, unidos por la sombra de un padre que se alarga en forma de melodía de acordeón para alcanzar las fibras más sensibles y alcanzar la redención ¡Oh hermanos! ¡Aleluya hermanos!.

Este es el resumen de una película donde Stewart quería tocar el acordeón y al final, sumun de los despropósitos, acabó doblado.
FATHER CAPRIO
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25 de julio de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata de la lucha de un vaquero solitario (Stewart) contra un grupo de desvalijadores de trenes dónde se encuentra precisamente el hermano de éste (Murphy).
Fue comenzado a rodar por el maestro Anthony Mann, lo cual se nota mucho pues es un western dónde los espacios exteriores son de una fuerza insoslayable. Resulta otra nueva constatación de la inigualable vitalidad del género en los 50, dónde discretos realizadores como Neilson también eran capaces de firmar buenas películas, con tan sólo inmiscuirse en la maquinaria del celuloide hollywoodiense. Muy buen reparto (con el niño de "Raíces profundas" Brandon de Wilde) y una preciosa canción: "Follow the river".
kafka
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