Lo que importa es vivir

Don Lázaro (Ernesto Gómez Cruz) es un rico hacendado, pero tiene abandonada su hacienda, no lleva cuenta de su ganado, sus tierras no se aprovechan a cabalidad y lo peor de todo no atiende como es debido a su joven esposa Chabela (María Rojo).

De buenas a primeras Don Lázaro recibe la visita de Candelario (Gonzalo Vega), un enigmático forastero que le ayudara a mejorar su hacienda, hará que su ganado se convierta en el mejor de la región, pondrá a producir sus tierras de forma optima, pero atenderá a quien no debió ser con graves consecuencias para todos en especial para Don Lázaro.

El film tiende a inclinarse a un estilo de telenovela, un drama en donde destacan las actuaciones de Gonzalo Vega, Ernesto Gómez Cruz y María Rojo. Un extraordinario grupo de actores de reparto de la época de oro del cine mexicano, le da un excelente apoyo a la trama del film. La calidad de su fotografía, imagen y sonido es de primera. La actuación de Gonzalo Vega en el film le valió el Ariel de Plata como mejor actuación masculina.

Ernesto Gómez Cruz y María Rojo, dos grandes estrellas del cine mexicano, se volvieron encontrar en el film “El callejón de los milagros” (1995). Actualmente María Rojo está parcialmente retirada del cine, debido a que se desempeña desde el 2006 como senadora de la República de México, apoyando con su gestión al cine mexicano.

Candelario, un alma libre que nunca recala en ningún sitio por mucho tiempo, llega a la hacienda de Lázaro y Chavela solicitando un trabajo temporal como peón del campo. Muy pronto empieza a llamar la atención no sólo por su aspecto físico que resulta atractivo para las mujeres, sino sobre todo por su fuerte personalidad. Es inteligente, orgulloso, valiente, franco, trabajador y posee un profundo sentido de la justicia y de la ecuanimidad. Sabe cómo poner a cada cual en su sitio con unas frases bien dichas, aunque también sabe hacerlo con los puños si es necesario. Desprecia a los caciques, snobs, lameculos y en general a los hipócritas de todo pelaje. Tiene ideas socialistas que no son bienvenidas entre las clases rancias. Es ateo y su creencia se basa en la razón, la comprensión y la tolerancia hacia las debilidades y particularidades de los demás y la igualdad entre las personas. Es defensor del diálogo como medio para solucionar los problemas y, si eso no funciona, no se corta a la hora de usar la amenaza. Trabaja a destajo y tiene muy buenas ideas para mejorar el rendimiento de la hacienda y la calidad de vida de los trabajadores, lo cual solivianta a la curia local.
Lázaro por su parte es un buen hombre pero carece de espíritu e interés para dirigir la hacienda. Prefiere sus traguitos, la buena comida y el ajedrez. Mientras tanto, Chavela, aunque lo quiere (con cariño fraternal más que como esposa), se aburre. Hasta que empieza a desear a Candelario, un sentimiento nuevo para ella, que no se casó por amor, como ocurre en tantos matrimonios arreglados por conveniencia. El culpable y prohibido deseo pronto será recíproco...
Un drama familiar y social agradablemente bonito y fresco, aunque de duración algo excesiva, sobre un hombre recto y justo de tendencia nómada que por primera vez encuentra un lugar al que llamar hogar, en el que cada vez se involucra más en todos los niveles: personal, laboral y social.
Una pequeña sorpresa desconocida que creo que merece la pena ver.

Una especie de melodrama neo campirano, intentando en lo posible modernizar las viejas formulas y cliché, darle más profundidad a los personajes, lo consigue a medias.
Si bien la premisa de un hombre que llega a una ciudad, pueblo o hacienda y la transforma no es nada original, si al principio está muy bien llevada, de forma interesante como Candelario logra incentivar a los diferentes personajes y sacar lo mejor de ellos, sobre todo de Lázaro, un burgués hijo de una poderosa y rica familia de dueña de un enorme latifundio que entró en decadencia luego de la revolución y la reforma agraria por lo que fue incapaz de recuperarse y él se dedicó a vivir de forma austera de lo que había heredado. Alcoriza lo comprende en parte, ese hombre que nunca se esforzó por nada, teniendo el mal de los que nacen con todo y no saben mantenerlo, pero que tampoco es un déspota, solo que no se siente parte, ni del campo ni de la ciudad donde estudió a los tumbos, por eso se refugia en el ajedrez y delegaba todo hasta que llega Candelario y lo transforma. Esa parte fue la que más me gustó, como un tipo de mediana edad que va más para viejo que para joven, cambia, se vuelve más dinámico y empieza a creer y confiar en sí mismo. Después la segunda parte y todo el cambio telenovelesco que se da, si bien tiene sus partes destacables y de cierta manera también le dan una vuelta al clásico triangulo amoroso a mí me costó mucho tragármelo.
Lo mejor: para lo que venia siendo el cine de Alcoriza en los 80s esta es la mejor película, aunque eso no es decir gran cosa ya que venía en franca decadencia.
La película en parte es una especie de metáfora del PRI en México, como transformó el país, lo volvió mucho más prospero y moderno pero a su vez se aburguesó y terminó traicionando sus ideales, eso está representado sobre todo en el personaje de Chavela.
Lo peor: usan demasiados clichés típicos de las telenovelas, que no fluyen del todo con una historia que transciende el culebrón, por eso se queda a medias. Supongo que esa concesiones al género fueron para tener éxito comercial pero lo hizo a costa de no fuera la película que podría haber sido.
La música incidental es mala, genérica.

En esta peli mejicana vemos una historia de pasión bastante inverosímil. Cuando un enigmático corremundos llega a un hacienda con muchas posibilidades pero ínfimamente explotada, y este hombre, a cambio de apenas nada, le da la vuelta, hasta ahí la historia es bastante intranscendente. Pero el apañado varón atrae, también, la atención del sexo femenino, y sobre todo la de la mujer del dueño que no puede reprimir la tentación de unir sus cuerpos.

A partir de ahí la pelicula entra en una vorágine de situaciones poco frecuentes en las que entra el desprecio de la gente de fuera y el amor se va consolidando pero un alma errante difícilmente deja de serlo. Una historia original, como si fuera una de esas series mejicanas de los años 80 pero atrapa poco. Un 5,5.